Con toda la belleza del Paraná como telón de fondo, el Concejo sesionó esta mañana en la isla del Espinillo. Sentados en el patio de la escuela Marcos Sastre, los ediles aprobaron 18 proyectos relacionados con la quema indiscriminada que desde comienzos de año se registra en el delta del río. Pero además manifestaron su apoyo al tratamiento en el Congreso de la ley de humedales, un primer paso para la preservación de estos territorios puestos en jaque por el avance de la ganadería y de la especulación inmobiliaria. Mientras sesionaban, en la costa central rosarina se divisaban varias columnas de humo.
Primero expusieron ambientalistas de Rosario. Franco Ferrugino, de la organización Mundo Aparte, reclamó celeridad en el tratamiento de la ley de humedales y advirtió sobre las consecuencias que tienen las quemas. "Casi no hay sobrevivientes a los incendios, de los mamíferos sólo sobreviven los más rápidos", relató.
La referente de El Paraná no se Toca, Gabriela Roldán, pidió además la sanción de ordenanzas para reducir los niveles de contaminación producidos en el río por los efluentes de las redes cloacales de las ciudades, los químicos de las empresas y el nivel de plástico que se descarta.
La concejala de Iniciativa Popular (IP), Fernanda Gigliani, advirtió sobre la necesidad de que la ley de humedales resulte "lo más integral posible" para regular no sólo la explotación ganadera en las islas sino también el avance de las urbanizaciones en el delta.
Por su parte, Norma López (Frente para la Victoria) propuso una lectura política del problema. "Los mismos sectores económicos y políticos que protagonizaron el conflicto del 2008 impiden los avances de la ley de humedales", advirtió.
La referente de Rosario Progresista, Susana Rueda, apostó a que este año se logre la sanción de la ley de ambiente.
Lisandro Zeno, en tanto, consideró que además de la sanción legislativa debe existir una "voluntad política real de resolver, controlar y destinar recursos" para la preservación de los terrenos.
