Atraviesa un patio colmado de estudiantes que corean su nombre, la abrazan y le entregan sus dibujos como ofrendas. Los gritos ensordecen pero ella entona una copla y con habilidad de encantadora los apacigua y parece crear una burbuja que los contiene a todos. “Esta noche no tengo miedo, las cañas me hacen de sonajero y las brisa con ellas bailan, en esta tarde no tengo miedo”, entona. El fenómeno se produjo días atrás en la Escuela Nº 90 María Remedios del Valle, donde la artista y escritora trans Susy Shock llegó para dialogar y abrazar a los pequeños lectores de sus obras. Una visita que se realizó en el marco de un proyecto institucional en el que los escritos de la autora integran un itinerario de lectura bajo el eje “disidencias sexuales y literatura”, en una clara apuesta por la educación sexual integral (ESI) que la institución reafirma cada año.
La escritora llegó a la escuela acompañada de integrantes y militantes del colectivo travesti trans, entre ellas la poeta Morena García. Cuando Susy Shock pudo ubicarse en la marea de admiradores tomó la palabra y apuntó: “Cuando hablamos de violencia y de discriminación, claramente nada tiene que ver con lo que hoy está pasando acá, donde hay un universo precioso que es responsabilidad del mundo adulto que no se rompa”.
El ida y vuelta con el público no tardó en llegar y chicos y chicas tomaron el micrófono para hacerle preguntas a la escritora a la que habían leído a lo largo del año. “¿Cuándo empezaste a escribir y a cantar?, ¿cuál fue la primera canción que cantaste en público?, ¿cuál es tu comida favorita?, ¿a qué le tenés miedo Susy?”, interpelaron. Ella no dejó pregunta sin respuesta. Compartió recuerdos de su infancia y adolescencia, contó cómo era su familia y el modo en el que su papá la había acercado a la lectura desde temprana edad. Repasó su pasión por el teatro y sus primeras experiencias sobre un escenario cuando recién tenía 14 años. Todo tamizado por coplas, que en su potente voz creaba un ambiente abrazador.
Encontrarse en la literatura
La tarde del evento, la directora de la escuela, Carina Trivisonno, recibió a La Capital y contó sobre los distintos itinerarios de lectura con los que los docentes se comprometen desde 1º a 7º grado. El criterio de selección, en cuanto a temáticas, autores y autoras, responde a un proyecto institucional en el que participan todos sus miembros. “Tenemos un fuerte compromiso con la educación sexual integral y también con la perspectiva afro. Uno de esos itinerarios aborda la ESI desde el respeto a la diversidad sexual y las disidencias”, explica.
Fue en este marco que los estudiantes de la escuela de Córdoba 3845 se acercaron a la obra de Susy Shock y la recorrieron a lo largo del año, especialmente en junio —el Mes del Orgullo— para cerrar con su visita como quien le pone la cereza a la torta. Trivisonno destaca que la gestión del evento estuvo a cargo de una mamá de la cooperadora escolar. “La forma de trabajo de nuestra cooperadora excede la tarea de recaudar fondos, también aporta al proyecto educativo de la escuela”, indica.
En este abordaje de las disidencias sexuales a través de la literatura, la biblioteca escolar se erigió como espacio clave e hizo de puntal del proyecto institucional. Bajo la conducción de la bibliotecaria Sabrina Tolaba y en coordinación con las docentes, la sala de lecturas se llenó y se llena cada día de un grado distinto para disfrutar de la lectura. Tolaba dice que en la 90 siente que tiene libertad a la hora de elaborar los itinerarios de lectura. “A mí me atraviesa lo que tiene que ver con el cuerpo —cuenta—, hace un tiempo hice un taller en Chirimbote que era de infancias libres y diversas, estaba el colectivo disca, como se autodenominan, que explicaban que se percibían con discapacidad recién cuando se daban cuenta que en los cuentos no había personajes con cuerpos disidentes. También entendí esto cuando hice una capacitación del Plan Nacional de Lecturas, donde vimos que la autora Chimamanda Ngozi Adichie, que escribe desde pequeña, contaba que recién cuando llegó a literatura de autores africanos se dio cuenta que podían existir personas con su cabello. Ella tampoco se encontraba en la literatura”. Todas estas experiencias la movilizaron e interpelaron como bibliotecaria, por eso decidió armar tres itinerarios lectores para los estudiantes de su escuela: uno con participación marrona, otro con personajes con discapacidad y el que se celebra con la visita de Susy sobre diversidades sexuales.
Para la bilbiotecaria, la literatura no tiene fines pedagógicos, por eso selecciona los textos por su belleza. A la hora de explicar cómo elaboró este último itinerario, cuenta que trabajó mucho con las infancias la obra Crianzas, de Susy Shock, sus poemas y sus coplas. Entre ellos, “Alas”, “Abracitos”, “La palabra”, “Miradas”, “Pichones”, fragmentos de “Yo monstruo mío” y “Hay una niña”. Incorporó los textos de antiprincesas de Chirimbote y relatos del recursero ESI. Sumó Infancias diversas, de Cecilia Merchán y Nadia Fink; la “Carta a Tiziana”, de Pía Ceballos; y también recurrió al poeta Marcelo Quispe y sus obras Soncoy Multicolor y Mainumbí y la cajita luna. Amigues del litoral.
Mundos posibles
“Esta es una escuela que nos habilita a hacer, que da los espacios. Queremos una escuela más justa, plural y para todas las infancias”, dice Tolaba. Destaca que el equipo de docentes y directivos de la 90 se encuentran hermanados en la tarea de no replicar ni reproducir discursos prejuiciosos que dañan. En su charla con La Capital recurre a una canción de Susy Shock para explicar su motivación: “Como dice Susy en su poema Pajarito, «el mundo está más lleno de fieras que de aves», lo que tenemos que lograr es que, como el pajarito, nuestras infancias jueguen y tengan un vuelo pleno y feliz. Esta es la trinchera, la escuela pública tiene esa mirada”.
La bibliotecaria de la 90 quiere asegurarse que las infancias puedan encontrarse en la literatura que les ofrece. Esta también es una posición personal, porque como hija de padre colla jujeño y madre diaguita tucumana, tampoco tuvo la posibilidad de encontrarse en ella. Tolaba trabaja a diario para mostrar que no hay una historia única sino muchas historias posibles. “También nosotros tenemos nuestros propios clásicos y autores, a pesar de la mirada eurocéntrica que a veces los desplaza”, indica y destaca los avances de apertura que se produjeron en los últimos años con las plataformas del Infod, Juana Manso y el Plan de Lecturas de Santa Fe, donde nota una reparación histórica de esa identidad negada. “Porque cuando no te nombran no existís, estás excluida porque no aparecés en el imaginario de nada”, explica.
Para la docente “no hay literatura tabú ni literatura prohibida”. Cita a María Teresa Andruetto, a quien escuchó en una charla decir que “la literatura tiene que servir para tirarse ahí, en el río, para ir hasta el fondo, en lo profundo, donde los peces son mas poderosos”, y que “nos tenemos que tirar aunque incomode y salpicar, aunque mostremos algo que no nos guste a nosotros o mostremos algo que no le guste a los demás”. Y con calidez poética agrega: “La literatura está para que las infancias sepan que todos los mundos nos pertenecen, que todos los mundos son posibles, que no hay destino de cuna, que eso lo tienen que doblegar. Muchas veces la escuela es el único lugar donde se convida con ternura, se hace con amor, porque ese es nuestro trabajo, garantizar derechos”.
Reafirmar la ESI
El patio de la escuela 90 se luce con dos grandes banderas. Una con los colores del arco iris que dice: “Hay que tener coraje para ser mariposa”, y otra que afirma contundente: “No queremos ser más esta humanidad”. Ambas como expresiones de una escuela que se planta en la idea de cobijar a todos y la sostiene a pesar de las resistencias.
Trivisonno hace referencia a las dificultades y oposiciones que debieron enfrentar a la hora de abordar el tema de las disidencias, y dice que cuando se cree que está todo consensuado, la realidad llega para golpear y recordar que en los tiempos presentes queda mucho por trabajar en materia de inclusión y respeto a la diversidad. “En la escuela, el cuerpo travesti y trans molesta, incomoda y surgen miles de prejuicios. Tenemos niñeces trans adentro de la escuela, ya estamos teniendo niñeces fluidas, no binarias. Hemos hecho un trabajo con Carla Ojeda y Morena García con las familias de algunos grados, porque se suscitaron violencias al cuestionar por qué teníamos que alojarlas en la escuela, por qué si una niña tiene pene va al baño de mujeres. Por eso la comunidad trans ya está trabajando con nosotras”, indica y afirma contundente que “los cuerpos trans, no binarios, fluidos y todos los cuerpos tienen que estar dentro de la escuela”.
En la charla se puso el foco en los tiempos presentes y los cuestionamientos a la ESI por parte de un sector de la dirigencia política, como es el caso de La Libertad Avanza. Frente a ello, la directora sostiene que la respuesta que debe dar la escuela es profundizar una política pública educativa que implica más derechos. “Desde nuestra escuela resistimos esta ofensiva neoconservadora antiderechos y redoblamos la apuesta”, indica Trivisonno y afirma que frente a los embates de los grupos que sostienen “con mis hijos no te metas”, la escuela que conduce supo meterse en el ojo de la tormenta y trabajar la ESI en todos sus ejes, en cumplimiento de la ley y como garantía de los derechos de las infancias.
“Vivo con mucha preocupación estos contextos donde afloran estos pensamientos antiderechos, persecutorios de las libertades que le quieren poner un cerco a las infancias libres. Pero también tengo la certeza de que hemos construido en estos años un colectivo de docentes que junto con las organizaciones LGBT, a sus luchas y conquistas, estamos unidos, tenemos fortaleza y experiencia en resistir y hacerle frente a las adversidades”, afirma la directora y concluye que en esta meta de garantizar los derechos de niñas, niños y adolescentes “la 90 no claudica”.