“Militar es un poco una forma de vida, supongo que es no quedarte con lo que te toca, pensar más allá de las cuestiones de la vida diaria y proyectar otra realidad un poco mas justa”, dice Juana Madussi, presidenta del centro de estudiantes de la Escuela Guido y Spano, una organización que hace seis años impulsó a crear junto a sus compañeros.
Es una mañana fría y desde el patio de la escuela de Córdoba al 2600, la adolescente que cursa 6º año de la tecnicatura en diseño y comunicación multimedial, se suma al espacio “Pido la palabra” para contar sobre su presente, la lucha de la organización estudiantil que preside y sus inquietudes como joven.
Juana recuerda que a sus once o doce años, cuando cursaba en la escuela primaria, la actual legisladora porteña Ofelia Fernández era una de sus referentes. “En ese momento ella no era tan conocida —aclara— pero tenía un ranking de peleas con Feinmann que era fantástico”. También cuenta que viene de un hogar donde pudo mamar la política con naturalidad. “Vengo de una familia militante”, dice cuando habla de sus padres y explica que ellos hacen trabajo social en barrios de la ciudad. El año que viene va a seguir estudiando la carrera de ingeniería civil y, entre risas, da por hecho que continuará con la militancia: “No me queda otra, es algo que hago sin querer porque simplemente me sale”.
Defender el espacio
En el 2017 Juana comenzó la secundaria en la Guido y Spano. En aquel momento se encontró con una escuela que había tenido varios intentos de conformar un centro de estudiantes, pero que por distintos motivos no había avanzado en su formalización. Junto a sus compañeros y compañeras avanzaron hacia esa meta. “Lo terminamos conformando oficialmente con estatuto y elecciones en el 2018, normalmente hay elecciones todos los años, solo fueron interrumpidas en el 2020 y 2021 a causa de la pandemia. Ese fue un momento muy complejo porque mucha gente se iba de la institución”, recuerda.
Centro de estudiantes de la Guido y Spano
Luego del distanciamiento que impuso la crisis sanitaria, los chicos y chicas emprendieron el fortalecimiento de la organización estudiantil. En asamblea general, tal como lo establece el estatuto, se creó una comisión directiva provisoria y se resolvió la celebración de elecciones formales para fin de año, con el objetivo de elegir nuevas autoridades. El centro cuenta con secretaría de finanzas, relaciones exteriores, deporte, género y prensa. “Vamos sumando y creando secretarías según la cantidad de gente que participe en el centro y las cosas que van pasando. Al principio no íbamos a crear la secretaría de género, pero después la vimos súper necesaria y la sumamos. Vamos modificando el estatuto según quién transite la escuela”, explica Juana. La principal tarea de la organización es trabajar para los estudiantes y dar respuestas a los conflictos que los afecten.
Actualmente uno de los temas que los motiva a la militancia es la pelea por el edificio que acoge a la escuela. El inmueble de Córdoba al 2600 se alquila desde hace mas de 90 años, pero a comienzos de este ciclo lectivo recibieron la noticia de su inminente venta, por lo que la comunidad educativa de la Guido y Spano espera una respuesta del Ministerio de Educación para resolver el tema del espacio. “Ahora nos ocupa lo del edificio de la escuela, estamos militando un proyecto de ley para que se expropie el edificio donde estamos cursando, porque si esto no sucede no sabemos dónde vamos a ir a parar”, afirma Juana.
Aunque este se presenta como el tema más urgente, no es el único que ocupa la atención del centro de estudiantes. Las cuestiones de género son atendidas y se asume el compromiso de acompañar a las chicas que transiten situaciones de violencia. Los protocolos de género existen y los estudiantes trabajan para que se activen y no queden en letra muerta. “La idea es que las herramientas que ya existen funcionen, y las que no, empezar a dar debate para que existan”, dice.
La organización también tiene visibilidad mas allá de los muros de la escuela. Los chicos y chicas que la integran son parte de la Federación de Estudiantes Secundarios de Rosario (Feser), y como colectivo viajaron a Buenos Aires para pronunciarse a favor de la sanción de la ley de aborto legal, seguro y gratuito. Además, durante el 2019 participaron en una campaña impulsada por una organización de varones trans para festejar el día del niñe. La presidenta del centro agrega: “Nos sumamos para apoyar causas de otras instituciones mas allá de la nuestra”.
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Juana, Gina y Lucía hablan de las preocupaciones de los jóvenes.
Sebastián Suarez Meccia
Les importa
¿Por qué creen que algunos adultos creen que a los jóvenes no les importa nada? Ante la pregunta Juana no duda en aseverar que “quienes piensan de ese modo no conocen a los jóvenes, están desesperanzados y se las agarran con nosotros”. A la charla se suman Gina y Lucía, dos compañeras del centro de estudiantes que también se pronuncian sobre los temas que les preocupan a los chicos y chicas. “A los jóvenes nos preocupa mucho el primer empleo, es un tema presente porque está difícil, las cuestiones de género también están presentes, y acá en la ciudad el tema de la inseguridad, el no poder salir con los amigos. Ya nadie es ajeno a lo que sucede”, dice Gina Mainardi, que está en 6º año y es la vicepresidenta del centro. Juana agrega: “Acuerdo con Gina que las cuestiones de género son una preocupación, hoy en el país la organización feminista es fuerte pero a pesar de eso muere una mujer cada 24 horas. El Estado es responsable, pero no solo el Estado puede abarcar esta cuestión, es un problema social y complejo. También me preocupa en la violencia en la que estamos sumergidos en esta ciudad, acá todo se resuelve a los tiros, la vida pierde valor y este problema nos afecta a todos”. Lucía Pezzoto, secretaria general del centro, también toma la palabra y recuerda un tema pendiente en la provincia de Santa Fe: la plena implementación de la educación sexual integral (ESI).
“Más allá de estos temas que son súper importantes y nos preocupa, sumo el tema de la ESI y su correcta implementación en forma inclusiva e igualitaria para todes. Es necesario que se ejecute más allá de un taller de media hora en el que te explican cómo usar un preservativo, que está bien pero no es el único tema a tratar en la ESI. Abordar el respeto por la diversidad y la ampliación de derechos es fundamental”, concluye Lucía. Entiende que en muchas escuelas la voluntad de implementarla aún viene de parte del estudiantado y de algunos docentes interesados.