A pesar de las dificultades que implican las restricciones de importación, las recurrentes crisis económicas que atraviesa el país y las complicaciones que siempre suma la pandemia, los responsables del nuevo Rock&Feller’s, que estará ubicado en el Hotel Savoy (en la emblemática esquina de San Martín y San Lorenzo), confían en poder inaugurar este bar temático antes de que finalice agosto.
Sobre los avances de este emprendimiento gastronómico, que abrirá su tercer local en la ciudad, se envuelven grandes expectativas ya que las autoridades locales entienden que puede ser uno de los principales motores de tracción urbana para que los intentos de revitalización en el microcentro de la ciudad comiencen dar pasos de concreciones.
Por la envergadura de la inversión, por la inserción de la marca en las costumbres de los rosarinos, y por el efecto contagio que puede llegar a multiplicar, la apuesta representa un halo esperanzador para una zona que viene reclamando ese tipo de acciones e incentivos.
“Si bien se viene hablando últimamente del segundo semestre por estas complicaciones que estamos atravesando, lo cierto es que cada cuestión puntual que va apareciendo provoca replanteos en los plazos de obra. Pero más allá de todo eso, estamos pensando esta próxima apertura para finales de agosto. Hoy le apuntamos a ahí”, afirmó David Roisman, manager general de Rock&Feller’s.
En relación al escenario de complicaciones, Roisman comentó que “tuvimos algunos contratiempos, sobre todo con lo que es equipamiento. También tuvimos dificultades para la compra de cocinas y hornos, ya que la mayoría de los equipamientos de gastronomía son importados, y estamos teniendo complicaciones relacionadas a esos plazos de entrega”.
Y comparó: “En términos normales eran lapsos de entrega de 30 o 60 días, aproximadamente, y ahora están llegando en 120, 150 e incluso hasta 180 días. Eso trajo muchas demoras por cuestiones de equipamiento y se fueron dilatando los tiempos para la próxima apertura de ese local”.
En ese sentido, admitió problemas con la entrega de acero y de equipamientos gastronómicos. “Todos los emprendimientos de esta envergadura están en la misma disyuntiva que nosotros”, reconoció.
Mientras esperan por la llegada de esos elementos, dentro de la planta baja del Savoy todo está cambiando. La transformación hacia una nueva fisonomía está en situación de avance. “Nuestro local abarcará lo que era el bar del hotel, incorporando toda la planta baja, incluyendo el lobby, la sala de estar y lectura, y todo el área de recepción del hotel. Todo eso se incorporó para generar una sola planta. Antes había 120 cubiertos y esa intervención nos está permitiendo llegar a tener más de 300 cubiertos. Ganamos mucha superficie”, describió Roisman.
Levantar el centro
El manager general también se animó a contar las razones que acompañaron esta apuesta dentro de la zona centro de la ciudad. “Esta es una decisión en conjunto con los que manejan el Hotel Savoy. Es una propiedad patrimonial que tiene un gran valor para los rosarinos. Me acuerdo que cuando el local de bulevar Oroño y Jujuy estaba en obra, donde ahora es Pichincha, en ese momento estaba todo muy apagado en ese sector, y la gente respondió súper bien a nuestra propuesta. La marca es una gran atracción”, subrayó.
“En el Savoy estamos sintiendo algo similar a lo que atravesamos con el local de Oroño y Jujuy. La densidad poblacional en el microcentro es bastante alta y está encuadrada en la zona entre Córdoba, Paraguay y el río, que desde nuestra perspectiva nos resulta muy atractiva. Si bien no es un polo gastronómico, no tenemos dudas de que funcionará y muchos se acercarán a disfrutar de esa propuesta”, aseguró.
Sobre la combinación con lo patrimonial, confió que “conjugar lo que es patrimonio histórico con una apuesta moderna, con toda la tecnología y pantallas de última generación, nos parece muy interesante. Estamos seguros de que le va a agregar virtudes arquitectónicas a las que ya tiene ese local”.
Y precisó: “Habrá muchos totem verticales, y estará toda la tecnología de esta época al servicio de esa puesta. Será una combinación muy atractiva y disfrutable para los rosarinos”.
Opciones de calidad
Para Rosario, este movimiento basal en la zona del microcentro es seguida con mucha atención. “Estamos sintiendo que la ciudad está acompañando esta iniciativa. Nuestra idea es que sirva para incentivar un nuevo polo gastronómico en el centro y lo estamos viviendo con muchas expectativas”, reconoció el manager general de Rock&Feller’s.
Desde el punto de vista comercial, Roisman señaló que “queremos darle otra opción de calidad a los rosarinos, que no se cierre todo al nicho de Paseo Pellegrini o Pichincha. A nosotros nos gusta mucho poder mostrar una nueva cara de Rock&Feller’s, con un excelente servicio gastronómico, tecnología, diseño y vanguardia. Creemos que es una gran combinación”.
Sobre las características que tendrá este nuevo bar temático, se encargó de remarcar que “el rosarino se va a seguir sorprendiendo, ya que será el tercer local de Rock&Feller’s en la ciudad. Tendrá una impronta muy moderna, con toda la última tecnología. Será un lugar muy ameno, una opción más, de alto valor, para poder elegir”.
Y deseó: “Queremos que el rosarino, cuando decida salir, tenga que pensar varias veces a cuál de los tres locales tiene ganas de ir en ese momento. Son apuestas similares”.