Fernando Marquínez ha publicado un nuevo libro. Poeta, músico, fotógrafo, alma mater del programa de radio "El barco ebrio", ha publicado en colaboración Ese agua cruda, Herética desmesura, Cavidades del recreo y Sanguíneo, y en solitario El resto no presenta alteraciones.
Encontramos en Sueñan los pulpos con cazuelas de náufragos ese desparpajo propio de su escritura que le permite hacer tanto poemas de lunfardo lisérgico como trabalenguas lisérgicos. "La puñalada/ la da/ Dadá" (de Herida absurda).
Ese aire entre surreal y dadaísta, que genera una mueca, una distorsión de la realidad, a la que reconcilia —a veces— con un humor muy particular, que no oculta normalmente su tonalidad oscura, su aire pesadillesco. En Samsa Flash dice "miro a través/ de los cordones/ de mis zapatos/ pero no encuentro/ nada vertebrado".
Lejos de los extremos tanto de la solemnidad como de la banalización de la poesía, ahí discurre Marquínez, mostrando la felicidad del que juega con las palabras.
Juega con la sonoridad, con la música de los textos; a la vez que juega con los sentidos. El "ensamble primal/ del delay".
Pero en esta actitud lúdica hay un cuidado del orden y de la forma, un trabajo. En Dientes, por ejemplo, vemos cómo en cada estrofa se reiteran y alternan las palabras "garganta", "agonía", "sangre" y "dientes".
Ya desde el título nos introduce tanto en cierta comicidad, como en ese dar vuelta las cosas, y elige para hacerlo un interrogante, reivindicando ese ámbito de la ambigüedad propio del lenguaje poético. Dice Margaret Persin que "la ambigüedad permite que existan varios significados simultánea y armoniosamente". Esa "perseverante búsqueda/ de geometrías/ en la niebla" que se emprende en este volumen; el "ensordecedor… estrépito de nada".
Hacemos un spoiler del poema final, Epílogo, que con una autocita de un seudónimo con colaboración —la escritura colectiva es otra de las marcas de Marquínez— y otra de Ringo Starr en el cierre, dice "Si llegaste hasta aquí/ es porque estás cocinando.// O tal vez/ algún pulpo te imagina/ mientras hace la digestión/ y dormita en su jardín subterráneo".
Pero más allá de la humorada el título también tiene que ver con determinada toma de posición del autor, vegetariano y defensor de la causa animal, preocupado también por la ecología. "Otra captura de sopor/ y hambres transgénicas…/ Las certezas se deshacen/ sobre la faz de la tierra/ mientras los depredadores/ preparan un infierno tardío".
El cine —en particular las películas clase B— es el motivo de la primera sección del libro; el rock —a través de las citas de letras— también enriquece esta escritura poderosa e intensa. La cultura personal entonces, como camino y configuración de la subjetividad del poeta. Y la sensibilidad también palpitante, en ese miedo "a la anilina/ a la lluvia ácida/ al humo descarriado/ al frío de tus dientes".
De este modo celebramos que en medio de estas épocas difíciles pueda abrirse paso una obra contundente, de poesía auténtica y sólida.