El lado de la sombra –título del último libro de poemas de Diego Colomba– puede remitir a un sitio de oscuridad pero también a ese lugar donde se encuentre el alivio frente a la luz y calor del sol intenso; a “la sombra de una mano” que pone nerviosas a unos mojarras dentro de un frasco como a “sombras o pájaros/ como dioses que hacen crujir las chapas”.
Tres secciones; la primera con poemas de versos breves, la segunda con poemas en prosa y la tercera con una mayoría de textos con versos extensos.
La muerte del padre, como leimotiv de buena parte de su obra publicada, pero también la madre, el amor y la poesía, el paisaje; evitando la solemnidad y manteniéndose –como se ha señalado en otra reseña– “a una prudente distancia de cualquier tono mayor”.
Una atmósfera por momentos de corrosión, de enfermedad, de decadencia, que no impide visiones luminosas – “entrever desde allí la lejanía del cielo”, “contempla, desde el claro que da al sur, un cielo rojo y abierto” –, y que traza una tensión con lo espiritual – “apenas una imagen del misterio” –, con la presencia/ausencia de Dios –“…esa/ maraña de huesos pulidos/ que parece abrirse a algo/ la horrible desnudez de lo que vive/ una muerte que amiga con Dios” –.
Esa falta de solemnidad que antes mencionamos es lo que le permite tomar a lo poético como tema, con una mirada singular, desacralizándolo pero al mismo tiempo rindiéndole justo honor con la propia producción –como el que juega bien al fútbol pero no se la cree–.
En “Qué significa tener un poema en la cabeza” describe con justeza esa experiencia que seguramente buena parte de quienes escriben han tenido, entre el poema soñado –o imaginado– y el poema posible. La ironía de “Una tertulia poética” relata una experiencia de lectura, en la que “debe desgranar frente a un micrófono de pie/ /la espinosa melopea/ que en la intimidad de los suyos reconoce como su propia música/ no tan inspirada si se guía por los rostros de las primeras filas”; y en “Te haré reír o te pondré un cuchillo en la garganta” refiere con humor las desventuras devenidas de una invitación a leer a un lugar consagrado como el “Pueblo de los poetas” y proclama “(¡qué poca cosa es un poema!)”. Pero también, en un partido de fútbol, se hacen resonar los ecos de Dylan Thomas en “el sonido sordo de una pelota que no puede dejar de caer”.
Además de obra ensayística e infantil, Colomba ha publicado en poesía entre 2012 y 2019 Baja tensión, Desaire, Inmemorial, El largo aliento, La hospitalidad del mundo, Papá trajo a casa un Cuatro Ele y Blanco a la cal; libros con los que va construyendo una obra sólida, coherente y con una identidad propia.