Argentina necesita políticos, no usurpadores de sillas. Cuando hablan de “diálogo” es imposible con delincuentes, el diálogo es entre políticos. Grabois, Pérsico, Delmonte, no son dirigentes sociales, son delincuentes extorsionadores que viven de los pobres y sobre eso hay que trabajar sin concesiones, hay un conflicto y hay que afrontarlo con energía, sin miedos. Un político miedoso es muy fácil de dominar. Los planes sociales no deben manejarlos estos personajes nefastos y se debe realizar un tratamiento de esta problemática desde el fondo del problema, con asistentes sociales, con un programa integral de capacitación en oficios, facilitar microemprendimientos y otorgar planes a cambio de trabajo. El trabajo realizado por los que reciben planes les empezará a devolver la dignidad que les quitaron estos personajes que hacen creer que luchan por ellos cuando en realidad viven de ellos, bien llamados “gerenciadores de la pobreza”. Para una Argentina grande se necesitan políticos grandes, en inventiva, inteligencia, creatividad y, esencialmente, en valentía. Lo otro, esas negociaciones con la extorsión es siempre con rendición anticipada, y siguen perdiendo los pobres.