Hace 15 años que tengo un kayak en una guardería a la altura de la Rambla Catalunya. Por lo general
la gente que no conoce piensa que el río es peligroso. Peligroso se nos está tornando lidiar con el
tránsito y los 10.000 bañistas descontrolados que asisten a la Rambla. Todos los años para esta
época poder bajar las embarcaciones se vuelve traumático. Los guardavidas parecen ser la única
autoridad en la playa, y a mí entender deben cumplir con tareas que los exceden. Por lo general los
bañistas terminan haciendo lo que quieren sin ningún tipo de impedimiento. Es así que el alcohol
corre como agua en esa zona. Los bañistas terminan nadando en cualquier lugar fuera del boyado
habilitado. Los robos y arrebatos son una constante. Cruzar la calle con las embarcaciones en medio
del tránsito feroz, las veredas repletas de motos, puestos callejeros de comida, y atiborradas de
gente, se ha vuelto una odisea. En cuanto a los que bajamos las embarcaciones, es muy común que los
bañistas se cuelguen de las embarcaciones, se quieran subir, y ante nuestra negativa, nos agredan
de alguna manera. Un kayak es una embarcación diseñada para una o dos personas, pero no está
programada para soportar que se "cuelguen" una, dos ni mucho menos 50 personas. Simplemente al
tratar de colgarse nos están poniendo en peligro. El río es para disfrutar, pero debe ser
respetado. Por favor, les pido a las autoridades que arbitren los medios necesarios para que todos
podamos hacer uso del río en armonía. Nosotros los kayakistas tenemos una filosofía particular y de
ninguna manera queremos que a la gente común se le restrinja la posibilidad de bañarse, pero creo
que también nosotros tenemos derecho a disfrutar del río. No es mucho lo que hay que hacer.
Simplemente mejorar los cruces de las calles para las embarcaciones, controlar la venta e ingesta
de alcohol en la zona y organizar a los bañistas en una zona de no más de 200 metros.
Martín Juaristi
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