Un acta policial verídica de principio de siglo es el leit motiv de "La denuncia", la obra que se estrena hoy, a las 21.30, en el teatro La Comedia (Mitre 958), y que estará en cartel durante los viernes de enero a la misma hora. La producción, que forma parte del ciclo rosarino "Un verano fresquito", es un espectáculo desopilante en el que cuatro cómicos transformistas multiplicándose sin parar en toda la gama de arquetipos posibles de la Pampa.
La trama se basa en una denuncia ocurrida en 1909, a partir de la cual, entre máscaras y pelucas desfilan personajes entre milongas y chamamés, que serán el reflejo del patrimonio cultural tradicional. La hilaridad que produce el relato y el universo creado por este dispositivo escénico intentan transportar a la audiencia cien años atrás.
Escrita por Rafael Bruza, con la dirección de Claudio Martínez Bel y un elenco conformado por Gastón Ricaud, Federico Cécere, Néstor Caniglia y Marcelo Curotti, "La Denuncia" introduce a una pintura de Molina Campos, de la comedia del arte o del más puro sainete porteño. Nominada a 4 Estrella de Mar como mejor comedia, dirección, iluminación y actuación protagónica masculina, el relato y el universo creado por este dispositivo escénico darán el marco necesario para transportar a los espectadores cien años atrás.
La historia plantea el recorte de una época, un viaje al pasado de los tiempos, a aquellos tiempos de gauchos, locomotoras y velas. El exilio del hombre y la mujer que espera su regreso, condenada al olvido. Las mujeres de esta historia son disputadas, en un espacio que las coloca a la espera, donde la vuelta al hogar, el trabajo digno y el amor, serán sus pilares. Esta historia real del 1909, describe a una mujer víctima, arraigada a los valores culturales y morales dominantes de aquella época que la encuentran dependiente de una figura masculina, que cargue con la responsabilidad económica de la casa. La mirada masculina no juzga ni castiga, la voz femenina no es acallada, por el contrario, se reafirma y se llena de valor para denunciar.
Antes del gran estreno, el director Claudio Martínez Bel dialogó con La Capital sobre el desafío de poner en escena esta mirada crítica hacia el discurso patriarcal de la época y su relación con las representaciones artístico-culturales.
—¿Cómo describís "La denuncia"?
—Es una comedia del arte criollo. Trabajamos con máscaras diseñadas por nosotros. En Argentina no existió la comedia del arte, como en Italia. Por eso pensamos que si hubiese existido, tendría que haber sido gauchesca. Entonces tomamos una denuncia policial verídica, que circula por los juzgados, de 1909, en Las Flores, provincia de Buenos Aires. Se trata de Bonifacia Estrella, una mujer que denuncia al concubino por haber abusado de ella y de sus dos hijas, de fugarse con la menor y dejar a la otra embarazada. Si eso ocurriese hoy, sería tapa de todos los diarios. Está escrita a puño y letra del comisario, ni siquiera en máquina de escribir. La mujer dice que es viuda pero que no sabe de quién y que vive en una casa blanqueada de verde.
EM_DASH¿Era normal que eso suceda?
—No sé si era normal, pero que sucedió, sucedió. Cuando el comisario le pregunta por qué se fugó con la menor, él dice: "Y sí, porque nos gustamos". "Pero dejó embarazada a la de 18". "Y sí, porque es buena chica". "¿Y se va a casar con alguna?" "No puedo, porque ya estoy casado", responde. Es un gran nivel de lejanía con la actualidad. Cuando leés la denuncia es desopilante. Están todos los testimonios, tanto de las hijas, como de los mayores.
—¿Por qué decidiste llevar a cabo esta historia?
—Queríamos hacer un teatro popular. Vivo en Buenos Aires, pero el elenco es federal. Un actor es de Olavarría, otro de Córdoba, otro de Uruguay y otro de Capital. La idea era hacer una obra argentina para mostrar en todo el país. Y me propuse trabajar con máscaras para lograr un distanciamiento, para que quede claro que es una representación. Y por otro lado, le pedí al autor Rafael Bruza que la escriba. Y la escribió, y quedó brillante. El resultado es algo inesperado. Porque la gente reconoce a los personajes como propios; ven al tío, al abuelo, a un amigo del primo, reconocen las maneras de hablar. Y como la historia es tan graciosa, además, se divierten muchísimo. Me encanta hacer obras para que venga el mecánico, la gente de pueblo, y que la pasen bomba.
—¿Cómo fue la propuesta del teatro municipal?
—Hace un año que la venimos rodando, y me propusieron hacer la temporada veraniega en Rosario, y estamos más que felices. Creo que con esta obra gana la cultura del interior, de la amistad y del asado, de estar juntos, de ser amigos. Así funciona la dinámica de la obra.
—¿Qué opinás del público rosarino, que muchos tildan de exigente, e incluso Les Luthiers lo toman como termómetro para estrenar sus obras?
—Nunca hice temporada allá, pero siempre fui como actor y me fue muy bien y obtuve una respuesta similar a la de otras ciudades. A Rosario la palpito como un epicentro cultural. Hay grandes artistas del mundo gráfico, de la música y del teatro, que son rosarinos y son muy talentosos. Por eso, el público debe ser exigente por la calidad de artistas que ha dado la ciudad.
—A lo largo de tu carrera, también incursionaste en el teatro infantil, con la obra "Cosas de payasos", con la que giraste por Singapur y Malasia....¿cómo fue esa experiencia?
—Fue fantástico. Hicimos una temporada en Singapur con la obra ante 500 chicos por día. Allá son bilingües, hablan mandarín e inglés, así que la hicimos en inglés. Y funcionó perfecto. Los chicos se reían de las mismas cosas que acá. Los seres humanos somos todos iguales, sólo nos diferencian los sistemas que nos gobiernan.
—¿Qué proyectos tenés este año tras la temporada veraniega en Rosario?
—Como autor y director, en mayo voy a estrenar una versión de "Cosas de payasos" pero realizada enteramente por mujeres. Además, como actor voy a empezar la quinta temporada de la obra "Terrenal", que es la más vista del teatro independiente porteño. Además, filmé dos películas; "Necronomicon", un filme de terror que se estrenará en marzo, y "Rojo", que se estrena a mitad de año. Es un año completo. El gran comienzo es en Rosario...
temporada. Gastón Ricaud, Federico Cécere, Néstor Caniglia y Marcelo Curotti, todos los viernes en La Comedia.