"Queremos compartir historias argentinas en todo el mundo", destacó Hastings, que viajó especialmente desde Estados Unidos para este evento.
Zimmerman y Caetano contaron en qué se inspiraron para crear este mundo machista liderado por una mujer empoderada que viene a romper con todos los moldes.
—¿Por qué eligieron una protagonista mujer en un mundo tan masculino como es el fútbol, y más el de los barrabravas?
—Zimmerman: la historia está un poco basada en la realidad, en el caso de Florencia Arietto (N de R: el Club Atlético Independiente convocó a Florencia Arietto para hacerse cargo del área de seguridad en una institución jaqueada en su momento por el poder de las barras bravas). Pero el personaje no sigue por la misma trayectoria. Nos pareció muy interesante tener esa energía femenina en un mundo tan machista y ver cómo se generan los cortocircuitos en los hombres, que no saben como reaccionar. El personaje de Carlos Belloso, "Lomito", siempre dice que le gusta enfrentar a una mujer, sale de lo típico. Desde el punto de vista artístico esto sirve y mucho, pero también es importante mostrar cómo está cambiando al cultura del fútbol acá. Hubo cosas que parecían imposibles y empezaron a suceder, por ejemplo, una mujer llegando a ser presidente de un club de primera. Entonces es importante reflejar ese cambio y ayudar a llevarlo a cabo, porque los medios de comunicación influyen a la percepción de la gente sobre lo que es posible.
—¿Cómo fue el proceso de investigación? ¿Entrevistaron a barrabravas conocidos?
—Caetano: los barrabravas son parte de la sociedad argentina. Hay una idea pacata sobre que la sociedad no tiene nada que ver con la violencia. Ya la verdad es que es una sociedad con raíz violenta y desentendernos de eso sería muy careta. No hace falta saber mucho, uno lee los diarios. Voy a la cancha desde que era chico y desde que los barras entran a la cancha, todos aplauden, hay una aceptación. Hay gente que se saca fotos con el "Loco Demente". Y no me asombra. Los barrabravas tienen fuertes lazos con la política, el poder y los negocios ilegales existen porque hay una sociedad que banca eso. No sólo nosotros como ciudadanos, sino los políticos que votamos,. La mafia sigue siendo una conformación de poder primitiva, pero por ahora, una de las pocas que conocemos.
—Zimmerman: No es "ellos" y "nosotros", los barrabravas no son separados de la sociedad. Cuando los hinchas quieren entrar a la cancha, buscan a los barrabravas para que los ubiquen. Todos somos parte del sistema que rodea ese fenómeno.
—¿Qué preconceptos tenían y cuáles se confirmaron y derribaron?
—Caetano: yo no tenía preconceptos. Nos fuimos dando cuenta que los barrabravas dialogan con los dirigentes del club, hay una concepción familiar un tanto mafiosa, que le da fuerza a la serie. La serie no denuncia a los barra sino que se mete adentro y convive con ellos. La idea es convivir con estos personajes y entender que no son solamente malos y ya, están insertados en este club, son queridos, tienen códigos mafiosos muy extraños. Cuando iba la cancha con mi hija cuando era bebé, me abrían paso para que la avalancha no nos toque, y un día fui sin mi hija y me robaron la camiseta. No se termina de entender. Y la serie indaga qué lugar ocupan estos tipos en la sociedad.
—Zimmerman: mi preconcepto tenía que ver con entender los códigos de cómo uno se hace barra. Viniendo de Estados Unidos, la gente dice acá que son la mafia, pero es distinto. La mafia al estilo de Sicilia tiene códigos distintos, allá pasa más por la sangre y la familia, y acá la mafia pasa más por lo social y hay que iluminar la diferencia y destacar las similitudes y que sea legible para un público internacional, que viene entendiendo desde hace siglos, como es una mafia italiana estadounidense a través de los medios estadounidenses.
—¿Piensan que después de la serie todo va a seguir pasando igual o que se generará un debate?
—Caetano: somos un poco escépticos con respecto a que una serie pueda cambiar el rumbo de la historia, sino más bien creo que la ficción es una consecuencia de la realidad. No está pensada para cambiar nada pero sí para generar un debate. Hay muchas frases, como la promo de Maradona que dice "la pelota sí se mancha". Tiene muchas cosas folclóricas que la arraigan a algo real, pero también se da los lujos de la ficción. La mafia acá bucea en un club de fútbol, no en una comunidad. Los negocios acá son otros.
—Zimmerman: espero que genere debate y eso es cómo los medios pueden producir cambios lentamente. El debate puede, muy lentamente, empezar a producir un cambio.
—¿Cómo lográs transmitir tu sello, Caetano? ¿Y cómo lográs despertar el monstruo en los personajes?
—Caetano: lo que más me sedujo del proyecto es que tenía una mirada muy diferente de la que venía teniendo sobre aspectos marginales de la sociedad. No era una cosa de regodeo de la marginalidad de mostrar cómo se pega o se matan, sino ver un poco las razones de por qué están ahí. Estoy muy orgulloso de haber podido abordar la violencia y la marginalidad desde otra óptica, no tan oscuro ni tan antropológico, sino más desde la ficción, con escenas más melodramáticas que violentas. La serie genera su propio universo. La premisa de Martín fue generar un mundo, tenia que ir atrás de eso y croe que lo hice bien.
—¿Cómo piensan que lo tomará el mundo del fútbol?
—Caetano: espero que bien. Espero que este debate se dé, no se salva nadie en el mundo del fútbol, es infinito... La gente que le gusta el fútbol se va encontrar con algo más, no sobre lo que pasa adentro de la cancha sino sobre personajes, política, relaciones. Si te gusta el fútbol y no ves esta serie no es lógico.
—Zimmerman: la serie entretiene pero también es polémica, entonces va a haber gente que tendrá distintos puntos de vista y eso está bien. Hay que provocar debate, si no provocás nada has fracasado.
—¿Cómo se verá en otros países el tema del barrabrava donde no se entiende mucho qué es?
—Zimmerman: en Argentina muchos creen que saben lo que es un barrabravas. Lo mismo pasa en Estados Unidos, donde la gente piensa que sabe lo que es un narcotraficante, pero hay que contarlo para que se entienda. Creo que esta propuesta va a tener éxito en otros países también porque las hinchadas argentinas tienen mucha fama en todo el mundo, y muchos quieren entender en qué mundo vivieron los astros argentinos del fútbol.
—Caetano: la intención del proyecto y el desafío es que trascienda las fronteras y esté contado no sólo como algo folclórico, como lo fue “El marginal”. Los guiones se alejan de lo folclórico e intentan narrar. El mundo de las series es muy particular, tiene anclaje muy fuerte en la realidad, pero lo que intenta Martín es crear un mundo. El personaje de “Lomito” tiene un derrotero acorde a la ficción y no a la realidad. Se genera ese mundo, el del club Ferroviarios y ahí, cuando propones un mundo, podes traspasar las fronteras.
Fonzi y Lamothe, el dúo protagónico
Dolores Fonzi interpreta a Diana, una mujer llamada por el club Ferroviarios para hacerse cargo de la seguridad. Mientras que Esteban Lamothe es Fabián, la mano derecha de "Lomito" (Carlos Belloso), quienes manejan la barrabrava del club.
"Me pareció tan irreverente la propuesta. Es un personaje tan íntegro que ayuda a los chicos en la calidad de vida, que también es fan del club, se crió ahí, y es convocada para ser jefa de seguridad del club. A ella le parece que es posible cambiar las cosas, me pareció hermoso. Es una soñadora, y en eso se parece a mí. Que Diana crea que llega a este club y que va a cambiar las cosas con las barras en contra, y que eso pueda salir bien, me pareció hasta tierno", aseguró Fonzi en una entrevista íntima con Escenario.
A la vez, la actriz destacó: "Una mujer en el mundo del fútbol no es un detalle. Ella es tan fuerte, es como un extraterrestre, nadie entiende que entre a cambiar las cosas. Se trata de guiones atractivos que vienen a romper estructuras", anticipó
Para Lamothe, que viene de "El Marginal", otra ficción que también indaga en la oscuridad de la sociedad argentina, su personaje tiene una gran dualidad. "Por un lado pertenece a los malos y hace cosas que están mal, pero también tiene valores sociales, es una especie de Robin Hood. Trata de hacer el bien dentro del mal. Además tenía muchas ganas de trabajar con Israel (Caetano) y nunca había hecho nada con Netflix, así que fue una experiencia muy buena en ese sentido", destacó.
Sobre el fanatismo que plantea la serie, ambos coincidieron en que "la pasión no lo justifica todo". ¿Pero, al ídolo se le perdona todo? "No. No hay que perdonarle nada a nadie", destacó Lamothe. "Pero sí es verdad que la idiosincracia argentina suele personar a los ídolos, incluso en otros países también pasa, se olvidan. ¡Pero yo no!", agregó el actor.
Diana es una mujer aguerrida y está en pareja con una mujer, mientras que Fabián está soltero. ¿Romance a la vista? "Yo tengo novia", respondió Fonzi sobre el tema, descartando todo tipo de posibilidad. Pero Lamothe fue más esperanzador: "Mirala la serie completa y vas a ver qué pasa...".