"Estoy cansado sin haber hecho mucho esfuerzo, me duele tanto la cabeza y el
cuerpo, no soporto la luz ni el ruido fuerte, la comida me cae mal" son algunas de las quejas que
manifiestan los pacientes con fatiga crónica, un síndrome que en la ciudad y el mundo es poco
reconocido tanto por los médicos, sistemas de salud y auditorías de obras sociales, como por la
población.
Con el fin de que obtenga más difusión y reconocimiento, la médica de familia
Gloria Pizzuto realiza una investigación sobre los aspectos psiconeuroinmunoendocrinológicos (Pnie)
del síndrome de fatiga crónica (que puede estar asociado a fibromialgia).
El estudio comenzó en agosto del 2007 y ya reúne a 204 pacientes que llegaron en
forma voluntaria al consultorio de la profesional luego de haber realizado varias consultas médicas
sin un diagnóstico y una respuesta a su problema. La Pnie es un enfoque que relaciona el aparato
psíquico, los mecanismos neurológicos, la función inmune y la regulación endócrina. Permite
comprender en forma integral al individuo.
"Quienes tienen síndrome de fatiga crónica poseen cansancio o agotamiento sin
haber realizado grandes esfuerzos y los que padecen fibromialgia sufren dolores musculares en todo
el cuerpo. El diagnóstico de ambas es clínico", aclaró Pizzuto, quien está realizando el estudio en
el Centro Médico Integral de Atención Familiar (Cemif) que dirige. Del trabajo participan los
bioquímicos Delia Ostera (master en Pnie) y José Scrigna del Instituto de Bioquímica Clínica de
Rosario.
"Nuestro desafío es estudiar los estados afectivos de los pacientes para aplicar
la terapéutica correspondiente a cada caso y no tratarlos en forma esquemática lo que no dio
resultados hasta el momento", explicó Pizzuto.
El síndrome de fatiga crónica (SFC) es una enfermedad cuyo origen es
multifactorial y afecta mayormente a las mujeres. Produce síntomas muy dispares como dolores
intensos en todo el cuerpo, ansiedad, desórdenes del sueño, depresión, agotamiento extremo, pérdida
de memoria, migrañas, vértigo, transpiración abundante, sudoración nocturna, colon irritable y
alergia a sustancias (perfumes, químicos).
"Los síntomas del SFC empeoran con una mínima actividad física o alteración
emocional y en un gran porcentaje se asocian a la fibromialgia. Ambas son enfermedades de gran
impacto social, que no cuentan con el reconocimiento necesario", dijo la especialista.
En el país el conocimiento a nivel médico es escaso y son muchos los
profesionales que ponen en duda su existencia cuando Pizzuto comentó que hay evidencias científicas
suficientes acerca de estas enfermedades. De hecho, el Instituto Ferrán Fructuoso de Barcelona se
dedica a investigarlas y la profesional rosarina mantiene contacto estrecho con ellos para realizar
su trabajo.
"La falta de conocimiento y aceptación de estas alteraciones lleva a que los
pacientes se sientan incomprendidos por el sistema de salud y deban pelear con su enfermedad
«invisible» dado que los estudios convencionales no arrojan información al respecto", comentó la
profesional.
Biología y emociones. Desde agosto de 2007 comenzaron a protocolizar a pacientes
con síntomas de SFC y fribromialgia bajo la mirada de la Pnie con el objetivo de medir el nivel de
estrés que conlleva padecer estas patologías. Quieren relacionar los síntomas biológicos con los
emocionales. Conforman un equipo integrado por psicólogos, psiquiatras y distintas
especialidades.
"Ya estudiamos a 204 pacientes que se acercaron voluntariamente al Cemif con la
sospecha de que podían tener estas enfermedades", contó Pizzuto.
La médica realiza una entrevista con el paciente y luego solicita estudios de
neurotransmisores (sustancias que pueden medir la actividad del cerebro, ritmos biológicos del
sueño y flujo de hormonas) para verificar cuál es la neuroquímica alterada que originó el malestar.
Una vez con el diagnóstico indican al paciente la medicación capaz de mejorar la calidad de vida
del paciente.
Pruebas. Pizzuto adelantó que los pacientes estudiados tienen una alteración
comprobable del sistema psiconeuroinmunoendocrinológico y desde lo emocional perciben la influencia
de hechos traumáticos sufridos en la niñez, conflictos vinculares afectivos, pérdida de familiares
cercanos, cirugías traumáticas, episodios de abandono y discriminación.
"Es una patología que enferma el alma y el cuerpo, dando tristeza, dolor y
fatiga porque se aprendió a no hablar", definieron a la enfermedad pacientes participantes del 1º
Foro Fatiga Crónica Rosario.
Las alteraciones del sistema nervioso autónomo se manifiestan en la forma de
cefaleas, jaquecas, alteraciones de la memoria, irritabilidad de carácter, dolor de raíces
nerviosas y alteraciones del sueño, mientras que desde lo endocrinológico, habría una relación
entre el hipotiroidismo y la fatiga crónica, y entre la diabetes y la fibromialgia.
La investigación es supervisada por Andrea Márquez López Mato, especialista en
psiquiatría biológica de Buenos Aires, quien junto a las profesionales rosarinas participará, entre
otros, en el congreso de la Asociación Argentina de Psiquiatría, en el 1º Congreso Panamericano de
Pnie (Montevideo 2008) y en el 9º Congreso Mundial de Psiquiatría Biológica (París, junio
2009).