La diputada nacional por Santa Fe Rocío Bonacci, integrante de la comitiva de seis legisladores libertarios que se reunieron con represores en el penal de Ezeiza, entre los que destacaban Alfredo Astiz y Mario Marcote, reveló este jueves que la visita contó con el visto bueno de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
“Lo craneó (el diputado) Beltrán Benedit, supongo que con ayuda de Guillermo Montenegro, y parece ser, a raíz de unos chats que salieron ayer, todavía no lo charlé con el bloque, que esto tenía un okey de Bullrich”, afirmó la referente de La Libertad Avanza (LLA).
Incluso, argumentó que algunos protocolos de estricta seguridad que se realizan en una visita a las cárceles fueron pasados por alto.
“Simplemente nos abrieron la puerta, ingresamos, conversamos, nos recibieron muy cordialmente y los diputados teníamos todos nuestros teléfonos”, contó.
“Fue todo muy irregular. De hecho, ingreso al pabellón consciente de que me iban a tantear los bolsillos, que me iban a pedir el teléfono y más datos, y eso no ocurrió”, sostuvo a semanas de la visita.
Sus dichos contradicen la versión oficial que sostiene que se trató de una acción personal de los diputados desconocida por el Poder Ejecutivo.
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"Les comenté que no quería participar porque me repugnaba, estaba descompuesta del estómago”, afirmó Bonacci.
Foto: Archivo / La Capital.
A horas de que la foto de Astiz, entre otros represores, viera la luz, la legisladora -que decidió no participar del retrato- acusó a su compañero de bancada Benedit de ocultar el verdadero propósito de la visita al penal.
“Nací en 1996, había muchos reclusos que a nadie le sonaban. Cuando me plantean que nos estaban esperando, fui la primera en saltar y comunicárselo a mis compañeros”, se escudó.
“Le comuniqué a Beltrán que no me iba a poner a defender este proyecto que tira a la basura 40 años de democracia”, enfatizó Bonacci. Y completó: “No merecen que gastemos nuestro tiempo. Fueron horas desagradables. No me quedó otra que quedarme ahí, en un momento de la reunión pedí retirarme y me pidieron que esperara para salir todos juntos”.
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Según contó la libertaria, decidió no participar activamente de la visita, a pesar de que permaneció en el penal de Ezeiza, y planteó que el objetivo de la delegación era “comunicarse con los genocidas para armar una especie de proyecto”.
"Les comenté que no quería participar, que no iba a presentarme con los genocidas, que no iba a intercambiar información ni dialogar porque me repugnaba, estaba descompuesta del estómago”, sostuvo.
Acerca de la participación de la titular del Senado, Victoria Villarruel, la diputada descartó que estuviera al tanto del intercambio. “No me consta a ciencia cierta que ella haya organizado la visita. Una cosa es el Ejecutivo, otra el Legislativo”, aclaró.