La vida no deja de sorprender a Virginia. La noche del pasado 21 de diciembre cuatro hombres que circulaban en un auto ejecutaron a balazos a su marido Roberto Carlos Godoy, que estaba en la vereda de su casa de Empalme Graneros frente a tres de sus hijos. Pasada la medianoche del jueves uno de sus hermanos se topó en inmediaciones de la terminal de ómnibus con uno de los presuntos homicidas y llamó a Virginia. La mujer se tomó un remís, minutos más tarde llegó a la estación y junto con su hermano retuvieron al sospechoso hasta que llegó la policía.
"Lo conocemos de toda la vida. Lo agarré del cuello por detrás y le dije: «Viste hijo de puta que te iba a agarrar». Lo metimos en la terminal pero los (agentes) del destacamento no se querían meter y tuvimos que esperar 20 minutos un patrullero. Decí que un policía que esperaba un colectivo lo engrilló hasta que llegó el Comando", recordaba ayer Virginia en su casa.
Así terminó detenido Roberto M., de 18 años y apodado "Rober", quien tenía un pedido de captura del fiscal Florentino Malaponte y ayer fue imputado como partícipe necesario del crimen de Godoy. Junto con el muchacho, que quedó con prisión preventiva sin plazos, también fue detenida una joven de 20 años que estaba con él, vive en Villa Constitución y era buscada a pedido de la Justicia Federal.
La mañana siguiente al asesinato de su esposo Virginia recibió a la prensa con una verdad que llamó la atención: "Yo vendía drogas. Vendí durante cinco meses para Graciela de La Cerámica. Hace un mes y medio no quise vender más y empezaron a amenazarme. Hace 15 días vinieron y nos balearon el portón de la casa. Eso lo hicieron para que volviéramos a vender para ellos. No los denuncié porque tuve miedo. Pensé que cerrando la puerta y teniendo cuidado, iba a pasar. Pero me mataron a mi marido".
La noche anterior, alrededor de las 23.30, Roberto Godoy estaba con Virginia y tres de sus pequeños hijos en la vereda de su casa mirando como una dotación de la EPE chequeaba una columna ubicada a escasos 30 metros de ellos.
"Entonces aparecieron una moto y un auto. Y dispararon contra mi marido", relató la mujer. Y recordó que una de sus pequeñas hijas alcanzó a guarecerse en el interior del Peugeot 206 de la familia que estaba estacionado. "Un balazo pegó en el parabrisas y no entró. Podría haberme matado a la criatura".
El 206 gris sigue desde ese momento estacionado en un improvisado garaje de la casa con el parabrisas impactado. Un mes después del crimen, el frente de la vivienda anuncia mediante un cartel pintado: "Se vende esta casa". Y también desde entonces hay un patrullero día y noche desde el 21 de diciembre.
"Acá está el Rober"
Virginia contó ayer que había cuatro muchachos en el auto de donde partieron los disparos que mataron a su marido. Tres de ellos están identificados con nombre, apellido y apodos. "Después de la muerte de Roberto nos siguieron bardeando por Facebook. Usaban perfiles truchos para decirnos que nos iban a matar y nos ofrecían dinero para que sacáramos la denuncia. Después los cerraban".
Pasada la medianoche del jueves, según recordó la mujer, uno de sus hermanos bajó de un colectivo frente a la Terminal de Omnibus Mariano Moreno, en una de las dársenas ubicadas sobre Cafferata. Apenas bajó del vehículo reconoció de inmediato a un muchacho que se pavoneaba con una joven sentado en uno de los bancos.
Sin dudarlo el hermano de Virginia sacó el celular y la llamó: "Agarrá un remís y venite para la terminal. Acá está el Rober". La mujer no dudó. Llamó un remís y con dos de sus hijos partió hacia la terminal. Llegó a la 1.20.
"Me bajé en la esquina —recordó—, me solté el pelo para que no me reconociera y fui por detrás de él. Lo agarré del cuello por detrás y le dije: «Viste hijo de puta que te iba a agarrar». Fue un momento raro. Yo lo agarré y él se quiso soltar. Mi hermano me ayudó a controlarlo y lo metimos en la terminal. La chica que estaba con él no paraba de putearnos y decirnos: «Ustedes no saben con quienes se metieron»".
Vecinos
Oficialmente se indicó que Rober fue detenido en Santa Fe y Cafferata luego de ser señalado por Virginia. Y que al consultar el sistema de Cóndor —programa que almacena datos de vehículos y personas que hayan participado en un hecho ilícito o que pese sobre ellos algún impedimento legal— le saltó la captura ordenada por el fiscal Malaponte como participe del asesinato, aunque no sería uno de los ejecutores.
"Así que la policía les dijo que fueron ellos quienes lo agarraron. Muy cara rotas. Lo agarramos con mi hermano y estuvimos peleando con el pibe como 20 minutos porque nadie se quería meter. El único que nos ayudó fue un policía que estaba de franco y esperaba el colectivo. Fue él quien lo engrilló (le puso la esposas)", recordó Virginia.
"Nosotros conocemos a Rober desde chiquito, vivimos en Vieytes y la vía y él a la vuelta de mi casa. Es hermano de Vladimir Medina. Con ellos siempre estuvo todo bien, hasta que yo dije que no quería vender más droga para Graciela", explicó Virginia, que hace ocho años que vive en ese sector de Empalme.
La mujer contó que "durante cinco meses" vendió droga y que ella y su marido estuvieron presos por vender. "Tengo ocho hijos y uno fallecido. Y sé lo que pasan los hijos cuando uno está presa. Y no quería volver a la cárcel".
Virginia dijo que vendía para Graciela T., uno de los nombres que surgen cuando se habla de la venta de drogas en barrio La Cerámica. Otros nombres son "La Vicky Verón" y "La Tata Medina", también conocida como "La Rubia", detenida en octubre de 2014 en un operativo de la PSA.
Sin embargo, algunos vecinos La Cerámica cuestionaron duramente las reflexiones de Virginia. Y dijeron que en realidad "ajustó su discurso (sobre la muerte de su marido y la posibilidad de no vender más drogas) para ocultar que es ella quién pelea por el territorio".
Imputado
Roberto M. fue imputado ayer a la tarde por el fiscal Rafael Coria —en reemplazo de Malaponte— de "homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y con arma en cálidas de participe necesario", según se indicó ayer desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA). El fiscal pidió que quedara con prisión preventiva por el plazo de ley de dos años, lo cual fue aceptado por el juez penal de primera instancia Juan Andrés Donnola.
En tanto, la chica de 20 años que acompañaba al sospechoso fue identificada como Aylen Candela V., con residencia en Villa Constitución. El sistema Cóndor indicó que sobre ella pesaba una orden de captura de Policía Federal emitida por la Fiscalía 1ª Instancia de Menores, Distrito Judicial 14ª.