—¿Es cierto que el presidente Mauricio Macri le ofreció ser el futuro presidente de la AFA?
Por Mauricio Tallone
Foto: Angel Amaya / La Capital
—¿Es cierto que el presidente Mauricio Macri le ofreció ser el futuro presidente de la AFA?
—Eso no es cierto. Sí es verdad que tuvimos algunas conversaciones sobre fútbol. Además, no depende de Macri que yo sea el presidente de la AFA.
—Los rumores periodísticos aseguran que usted es el dirigente que Macri quiere para que se haga cargo de la AFA.
—Sí, lo escuché. Hace cuatro meses Macri me convocó junto a Graciela Ocaña y Fernando Marín para que en una eventualidad formara parte de la Comisión Normalizadora de la AFA y al final esa posibilidad no se concretó. Pero si los clubes del fútbol argentino me apoyan, que es un requisito indispensable, y ven que puedo ser un aporte positivo para este cambio, voy a participar en las elecciones de la AFA. Pero si los clubes dicen que no sirvo, me quedo haciendo lo que estoy haciendo ahora.
—No le parece un gran apoyo que Macri, el presidente del país, deje trascender que es la persona más capacitada para conducir a la AFA.
—Sí, claro. Es un honor que Macri crea que puedo ser el presidente de la AFA. Es un hombre que sabe mucho de fútbol y para mí es el dirigente más exitoso de la historia. Es el que más campeonatos ganó en un club como Boca.
—¿Observa que Marcelo Tinelli es el candidato con el que tendrá que competir?
—Sí, por el momento los dos que hicimos públicos que queremos ser presidente de la AFA somos él y yo. Igual, eso no quita que mañana pueda aparecer otro candidato.
—¿Con Tinelli tiene más diferencias o coincidencias con respecto a lo que quieren de la nueva AFA?
—Tenemos algunas diferencias en algunos enfoques, pero son más las coincidencias. Los dos entendemos que tenemos que cambiar, que hace falta renovarse y que se debe transparentar el manejo del fútbol en varios sentidos.
—¿Ve a Claudio Chiqui Tapia como otro candidato potable para enfrentar en las elecciones?
—No lo sé. Hasta ahora no tengo conocimiento que él se manifestó para candidatearse para presidente de la AFA.
—Daniel Angelici, el presidente de Boca, dijo en una entrevista con Ovación que el presidente de la AFA no salía de Tinelli o usted.
—Lo dijo porque son los dos nombres que hoy por hoy están arriba de la mesa.
—También cree como Angelici que las sociedades anónimas no son un cuco para el fútbol argentino.
—Pienso eso también. No son un cuco. Cada club debe tomar sus propias decisiones con relación a si los socios quieren que sean sociedades civiles o anónimas. Lo que me parece mal es prohibirlas como ocurre hoy. Central o Newell's, por citar dos ejemplos, no viven la misma realidad que un club que tiene 100 socios que no puede sostener su infraestructura. Esa entidad, tal vez a través de la privatización, puede empezar a crecer y por qué se lo vamos a prohibir. Sí estoy de acuerdo con que Newell's o Central no podrían ser sociedades anónimas. ¿Qué socio de un club grande de Argentina querrá que su club se transforme en una sociedad anónima? Ninguno. Desde mi punto de vista, todos se oponen. Por ejemplo, hay varios clubes del fútbol europeo que cotizan en bolsa y cuál es el problema que se manejen de esa manera. Igual, insisto, la última palabra sobre eso siempre la tienen los socios.
—¿Le hubiera gustado integrar la Comisión Normalizadora que hoy preside Armando Pérez?
_Me hubiera gustado siempre dependiendo qué funciones y facultades me hubiera dado la Comisión. Si las facultades eran muy limitadas, no. Porque la AFA necesita cambios profundos. Si participaba simplemente para mirar papeles, no me hubiera gustado estar en la Comisión.
—¿Cómo evalúa la gestión de Armando Pérez?
—Y... le dieron tres funciones específicas: modificar el estatuto, manejar el día a día y convocar a las elecciones. El estatuto lo está modificando otra comisión que llegó desde la Fifa y Conmebol, con una participación relativa de los dirigentes. El día a día no está muy bien porque la AFA tiene una cantidad importante de problemas y es muy poco lo que se pudo resolver hasta el momento. Y convocar a elecciones es la única función que le queda y me parece que será la más exitosa.
—¿Cuándo cree que serán las elecciones?
—Espero que sean lo antes posible. Una fecha sería en marzo de 2017. Todavía las partes están muy metidas con la modificación del estatuto, pero hay un orden de prioridades. Para mí lo primero no hubiera sido modificar el estatuto, sino rápidamente normalizar, democratizar la AFA y llamar a elecciones como corresponde. Además, volviendo un poco las cosas, ¿por qué se arma esta Comisión Normalizadora? Porque en un momento la AFA quedó acéfala, no se sabía quién mandaba, no se sabía si se iba Luis Segura ni quién podía asumir. Las deudas eran cuantiosas. Por eso llega esta comisión de la Fifa y los dirigentes del fútbol creyeron que venían para resolver los problemas económicos. La verdad es que no hicieron eso y tampoco creo que esa hubiera sido la función que debían cumplir. Pero cumplido el primer objetivo de salir de ese ahogo institucional que tenía el fútbol, creo que la Comisión Normalizadora tendría que haber convocado rápidamente a elecciones.
—Más allá del llamado a elecciones, ¿cómo se soluciona este descalabro que es la AFA?
—El primer paso que se debe dar es tener autoridades legítimamente constituidas. Porque a partir de ahí se puede empezar a resolver el problema. Es muy difícil que una autoridad interventora pueda negociar el contrato de fútbol de los derechos de televisación que se viene. O decidir qué formato de torneo para el 2017. Son todas cuestiones que necesitan de una revisión, eso es tarea de los dirigentes y con una AFA democratizada.
—¿Anda con fuerzas de meterse en el pantano que significa hoy conducir la AFA?
—Sí, yo salí del fútbol hace cuatro años y también dije que no iba a volver. Pero a mí me gusta mucho el fútbol. Es una cuestión pasional. Y cuando vi todo este escenario y además algunos dirigentes vinieron a buscarme para formar una lista para ir por la presidencia, ahí me volvió a picar el bichito. Cuando vi la situación de crisis que atraviesa el fútbol argentino, me incentivó aún más. Siento que todos debemos colaborar desde nuestro lugar para sacar al fútbol argentino de esta crisis.
—¿Pero tiene más ganas que cuando fue candidato en 2011 y se proclamó presidente pero no lo dejaron entrar a la AFA?
—Estoy más viejo que en 2011 (risas). Es otro momento. Aquella vez decidí tomar una estrategia que era cambiar el fútbol desde afuera. Por eso no me involucré nunca en la AFA con ningún cargo. Porque vi que si estaba adentro era casi imposible modificar lo que yo quería que cambiara. Después con el tiempo me enteré de que habían sacado hasta los picaportes para que no entrara. Entonces, hice todo desde afuera recorriendo el país, explicando cuál era mi proyecto, ciudad por ciudad. Y como era imposible ir por la vía normal, decidí ir por la vía judicial para forzar un cambio. En ese momento Grondona tenía un fuerte apoyo del gobierno nacional luego de que rescindiera el contrato con Torneos y Competencias y le dio al gobierno kirchnerista la posibilidad del Fútbol para Todos. Hubo una relación muy fuerte y yo no pude hacer nada contra eso. Hoy la situación es distinta porque los dirigentes están conscientes de los problemas. En aquel momento nadie veía la realidad que se venía. Sólo yo estaba convencido de lo que se venía. Todos creyeron que vivíamos en un paraíso. Cuando hace cinco años decía que había que modificar el estatuto, parecía un loco. Hoy todos están convencidos de que hay que hacerlo. Por eso si los clubes me apoyan, que es un requisito indispensable, y ven que puedo ser un aporte positivo para este cambio, voy a participar. Si los clubes dicen que no sirvo, me quedo haciendo lo que estoy haciendo ahora.
—¿Está de acuerdo con que empresas multinacionales como Turner o Fox se hagan cargo de la televisión de los partidos en lugar de Fútbol para Todos?
—Bueno, en algún momento había que salir del esquema de Fútbol para Todos. El tema era cómo se salía. Si se lo hacía de una manera progresiva o de una forma abrupta como decidió finalmente este gobierno. A partir del 1º de enero de 2017 no estará más Fútbol para Todos y eso lleva a que se deba buscar ese dinero en el sector privado. Podrá ser Turner, Fox u otra empresa. Me encantaría que fuera con un proceso en el que puedan participar todos los que quisieran y seguramente eso mejorará los ingresos en el fútbol. Igual, aclaro, hasta acá son todas cosas en el aire o lo que se escucha. Yo no vi nada escrito de esto. Se dice que hay una oferta por escrito de 2.500 millones de pesos por año para la televisación. Ahora, los enviados de la Fifa están pensando es redactar el nuevo estatuto y mandarlo para que la Asamblea lo apruebe. Y ese mismo estatuto mandarlo a libro cerrado para que no se le puedan realizar modificaciones. A mí no me parece bien eso porque no es un proceso democrático. No hay debate.
—¿Lo sorprende en algo lo que está ocurriendo ahora en la AFA?
—No, en nada. Se veía venir una crisis profunda y este manto de corrupción. También no me sorprende que haya funcionarios con nombres y apellidos presos, montos y bancos sospechados. Ese cuerpo enfermo siguió empeorando y hoy nos encontramos con uno en avanzado estado de descomposición. Casi un cadáver y ahora será mucho más difícil sacarlo a flote.
—¿Sigue convencido de que se llegó a esto como consecuencia de los 35 años de Julio Humberto Grondona en el gobierno?
—Por supuesto. Tampoco creo que fueron 35 años sólo de errores, pero no creo en los procesos largos. Primero para manejar el fútbol y menos en una entidad colegiada como la AFA. Y segundo lo que vivimos ahora es producto de un proceso de degradación en el que la corrupción se hizo algo habitual, normal. Lo que nunca me imaginé es que iba a llegar a ver al FBI sacando a esos dirigentes, casi en pijamas, en Suiza, que luego quedaron presos. Algo cambió porque hay funcionarios públicos y directivos presos. Pensar que a mí me criticaron cuando fui a elecciones y me proclamé presidente, con el aval de los clubes, y esa imagen en la que me dejaron en la puerta y decían que había montado una AFA paralela. Me gastaron mucho con ese tema. En definitiva, hoy también funciona una AFA paralela. Porque está la AFA y la que está intervenida. Mañana habrá otra AFA paralela, que será esta y la Superliga. Los hechos que pasaron en ese momento fueron todos ciertos. Pero, la verdad, no me hace sentir bien decir que tenía razón. Siento una pena que pase esto.
—¿Qué opina de la Superliga?
—Estoy de acuerdo con que hay que profesionalizar el fútbol, pero profesionalizarlo no significa sólo crear una entidad que nuclee a los clubes de primera y la B Nacional, y que también maneje los recursos. La profesionalización alcanza otras cuestiones. Por ejemplo, no escuché a nadie que hable de cómo se solucionan los problemas de violencia que tiene el fútbol argentino. Cómo van a hacer para erradicar a los barras, qué medidas van a tomar para reestructurar a los clubes. En ese sentido, estamos peleando para que se pague mucho dinero para la televisación, pero los clubes no tienen la iluminación adecuada para una transmisión de HD. Hay otros que ni siquiera tienen baños y ningún club de Buenos Aires está habilitado por las intendencias.Entonces, las habilitaciones son semanales. Al fútbol argentino le hace falta incorporar infraestructura y esto también es profesionalizarlo. También creo en el Fair Play económico de los clubes. Si la AFA tiene que mantener las cuentas en orden, los clubes también deben estar auditados. Todo esto también hace a la profesionalización. En un país en el que no podemos sacar los trapitos de la calle, queremos imitar un sistema de un país en el que no existen los trapitos, los barrabravas. Si copiamos, copiamos todo.
—¿Qué puede pasar con la continuidad de Bauza si la selección no logra un buen resultado el martes contra Colombia?
—Hoy el fútbol está muy vinculado con la política. Por eso si hablamos de fútbol inevitablemente vamos a caer en la política. Por ejemplo, ¿qué pasa si a Bauza no le va bien contra Colombia? ¿Quién tomará la decisión de decirle que no siga? ¿La Comisión Normalizadora, la Conmebol, la Fifa? Hoy la AFA está intervenida. Está claro que no pueden tomar esa decisión porque hoy no hay un comité ejecutivo. Tampoco podés convocar a una asamblea para tomar la decisión sobre la continuidad de un técnico. Vuelvo al punto. Una cosa está muy vinculada con la otra. Por eso creo que es urgente llamar a elecciones para resolver cuestiones futbolísticas, económicas e institucionales.
—La selección recién volverá a jugar en marzo contra Chile por la fecha eliminatoria. Y ahí habrá otro escenario en la AFA. Incluso, hasta usted puede ser el presidente.
—Sí, pero Argentina está en una situación deportiva en la que no puede perder puntos en las eliminatorias. Hoy está afuera del Mundial. Si el resultado es malo nos vamos a preocupar aún más de lo que estamos. ¿Quién va a buscar un técnico si Bauza se va desde el martes? Hay que esperar hasta el día en que haya elecciones. Ojalá que todo se solucione lo más rápido posible por la vía de las elecciones. Sería dramático para el fútbol argentino que no vayamos al Mundial 2018 teniendo a Messi. Sería un enorme retroceso para el fútbol.
—¿Realmente cree que Argentina puede quedarse afuera del Mundial?
—Claro que corremos riesgo. De hecho, hoy estamos afuera. Esto me hace acordar cuando decían que River no se iba a ir al descenso y al final se fue. Y ahora con Argentina pasa lo mismo. Todos creemos que no nos podemos quedar afuera del Mundial porque tenemos al mejor jugador del mundo, pero el riesgo está. Si uno sigue perdiendo el tiempo, los meses pasan y cuando nos acordemos ya estamos en marzo y jugando contra Chile. Lo que vi de la selección argentina fue muy malo.
—¿Hubiera elegido a Bauza como técnico de la selección?
—Yo solo no hubiera tomado la decisión del técnico de la selección argentina. Una decisión tan importante requiere del consenso de los dirigentes y no de una sola persona. Justamente es el tema cultural que tenemos que combatir porque así nos manejamos durante 35 años con una persona que era la que decidía todo. Las decisiones deben ser colegiadas, consensuadas y escuchar las opiniones. En lugares como la AFA uno no está manejando cuestiones o negocios personales. Ahí sí uno tiene que hacer frente con su patrimonio y hasta con su libertad si uno comete un delito. Pero en el fútbol no se asume ninguna responsabilidad personal. Por eso se deben tomar decisiones participativas, colectivas y transparentes. El fútbol no es de una persona, es de todos.
—¿Es de los que cree que lo que ocurre adentro de la cancha con el funcionamiento del equipo tiene directa relación con lo que se vive afuera?
—Sin dudas. Tiene una directa relación. No podemos pensar que en un fútbol lleno de problemas, la selección argentina pueda brillar. Por ejemplo, cuando estaba participando de la Copa América Centenario, Messi subió un Twitter en el que no hablaba justamente bien de los dirigentes porque no se respetaban los horarios de los vuelos o le cambiaban todo el tiempo los planes. Por supuesto que existen problemas dirigenciales que repercuten en los 90 minutos de juego.
—Es paradigmático esto. Porque tenemos al mejor jugador del mundo y una dirigencia que está en el descenso.
—Sí, pero también tenemos buenos dirigentes en el fútbol argentino. Hay un recambio dirigencial. D'Onofrio es un dirigente nuevo y llegó para transformar a River y creo que lo está logrando. Hay de todo. La apuesta es que en ese recambio se incorporen rápidamente nuevos dirigentes, con ideas nuevas.
—¿Usted en qué línea de pensamiento se ubicaría con relación a la vieja y nueva dirigencia?
—Yo estoy más cerca de los D'Onofrio, Tinelli. De hecho nunca estuve cerca de la AFA. Al contrario, siempre estuve afuera. Me dejaron llegar hasta la puerta, con suerte (risas). De esa AFA nunca compartí nada. Por eso nunca me involucré. Para meterse adentro y cambiar lo que quería había que ser parte del sistema y había cosas que no estaba dispuesta a hacer.
—¿A su hijo Agustín, hoy presidente de Independiente Rivadavia, lo ve con condiciones para sumar al pensamiento de la nueva dirigencia de la que habla?
—Vamos punteros en la tabla y también últimos en los promedios. Lo veo con ganas de trabajar en un club en el que nosotros cuando nos fuimos lo dejamos sin deudas. Recuerdo que me fui el 15 de julio y pagamos los sueldos el 16. En tres años lo endeudaron de una manera increíble, como también hicieron con el 95 por ciento de los clubes con el sistema que llevaron adelante dirigentes irresponsables, que gastan más de lo que tienen o que nunca se hacen cargo, y el día en que se van le dejan el problema al que viene. Todo eso hay que cambiar en la AFA.
—¿Tiene una opinión formada sobre las dirigencias de Newell's y Central?
—No las conozco. Estuve mucho tiempo afuera del fútbol y eso me llevó a desconocer a gente que hoy está en el fútbol. Desde afuera, las dos dirigencias sanearon mucho a sus clubes. Salieron de situaciones complicadas no sólo en lo deportivo, sino en lo institucional. Se las ven muy recuperadas.
—¿La sensación es que Newell's y Central no tienen afinidad con los dirigentes de los clubes más importantes del fútbol argentino en el momento de las definiciones trascendentes en la AFA?
—Esa es una visión bien porteña de la cosa. Siempre a la gente del interior se la tiene relegada.
—¿Usted buscará cambiar con esa tendencia si es presidente de la AFA?
—Sin dudas. Soy un convencido de que hay que sostener a los clubes del interior, pero no sólo a Central y Newell's. También a los chiquitos que son formadores de jugadores. La mayoría de los grandes futbolistas, cerca del 81 por ciento, que hoy están en la selección y en los mejores equipos del mundo salieron del interior. Muchos son de Rosario. Hay que fomentar eso.
—Dicen que sin Grondona, el fútbol argentino perdió poder en la Fifa. ¿Es así?
—Mirá, si Grondona no hubiera fallecido, hoy estaría preso. Es lo mismo. No tiene nada que ver. Perdimos peso porque la dirigencia no supo reaccionar después de la muerte de Grondona. El ejerció un unicato, un estilo autoritario, sólo mando yo, yo y yo. Se murió él y la dirigencia no supo qué hacer, se quedó mirando unos con otros. Si yo hice un papelón en la AFA cuando me proclamé presidente en 2011, nunca pensé que iba a ver lo de las elecciones empatadas 38 a 38.
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