Vivir en la ciudad pero como si estuvieras en el medio de la naturaleza. Esa es la premisa que hoy llevan al frente la mayoría de las constructoras rosarinas a la hora de diseñar un nuevo edificio, en una ciudad cada vez más llena de cemento. La vegetación aporta frescura a las urbes, al disminuir la temperatura de las calles y aportar oxígeno renovado. Son muchos quienes buscan espacios con plantas y árboles, aunque opten por una vida de departamento. ¿Cómo se logra vivir en edificios y condominios sin resignar los beneficios de la vegetación? Con paisajismo.
Si bien muchas veces se reduce el paisajismo a la mera idea de la jardinería, desde hace mucho tiempo que la disciplina combina conocimientos de otras como el diseño, la arquitectura y la agronomía con el fin de crear o conservar entornos naturales. Ya no se trata solamente de embellecer y nutrir de flores un jardín. Los profesionales de este rubro tampoco apuntan a crear un lugar como Versalles en Francia, simétrico. Hoy en día están más enfocados en incorporar naturaleza a los espacios y renovar jardines para que sean utilizados por las familias contemporáneas.
Un excelente argumento de marketing
Por su parte, desde el punto de vista de las constructoras y de los negocios, los espacios verdes venden. No solo son un excelente argumento de marketing para mostrar que se puede vivir con vegetación dentro de la ciudad, sino que sumar jardines horizontales, verticales y terrazas verdes, les permite a las constructoras poner un sello de sustentabilidad en sus desarrollos, y también acceder a subsidios por incorporar zonas de este tipo a las construcciones.
"Los jardines en los espacios urbanos le aportan vida al lugar. No es lo mismo abrir una ventana y ver un paredón que tener una enredadera verde. Además, les ofrecen un goce a quienes viven ahí, ya que pueden disfrutar el aire libre con los chicos y los amigos. El jardín, si está, ya es la mitad de la casa", explica Adriana Saccone, a cargo del Estudio Arquitectura y Paisaje, y una referente en el área desde hace más de 30 años.
Los principales hitos del paisajismo en la ciudad están vinculados con Adriana: los jardines de los condominios del Alto Rosario construidos por Fundar, la implementación de los cipreses del Parque España y la existencia del único espacio de formación en la ciudad como es el ISET 52° “Escuela de Diseño del Paisaje”. Autodidacta por completo, comenzó su profesión en el rubro en los 90 cuando empezó a viajar y a notar que el paisajismo urbano estaba muy presente en las principales capitales del mundo.
Adriana se trajo libros para investigar y profundizar sobre el paisajismo y con ayuda de una pequeña laptop empezó a investigar qué era eso de la arquitectura de jardines. Sin una carrera de grado vinculada, logró participar de un posgrado sobre el tema en la facultad de Ingeniera en La Plata y comenzó a brindar servicios en la ciudad: “Tanto en Rosario como en otros lugares de Argentina, la carrera de paisajismo no tiene demasiada relevancia más allá de algunos posgrados y terciarios. En muchas ocasiones se confunde con la jardinería y es mucho más que eso. La arquitectura del paisaje sirve para auxiliar a urbanistas y arquitectos en la implementación correcta de espacios verdes para diversos fines".
Sobre esto, la experta pone mucho énfasis en la importancia de una formación académica con base en el diseño y el dibujo para que los profesionales del paisajismo puedan despegarse de la jardinería y aportar con una mirada integral al trabajo de la arquitectura y la urbanización. Para fundamentar, pone de ejemplo: “Si el paisajista no tiene herramientas de dibujo en el diseño, puede cometer el error de plantar demasiados ejemplares juntos, no dejando lugar al desarrollo de raíces, lo que genera que crezcan mal o triplicando el costo de especímenes".
Verde + iluminación + mobiliario
David Rivadeneira es Técnico Agropecuario de la ciudad de Casilda y desde hace diez años trabaja junto a Natalia Ciarlantini, Diseñadora Paisajista, en el proyecto propio Taxon Paisajismo. Con su empresa buscan salirse del paisajismo clásico aportando una mirada más completa acerca de cómo se genera el sitio a nivel usabilidad con otros servicios como iluminación y mobiliario. El dúo y su equipo hoy están enfocados en los proyectos con constructoras como los condominios Bruna de Fundar, los Botania de Mio Desarrollo Urbano y otros de Grupo Pecam. A su vez trabajan con grandes casonas del campo en la reconstrucción de los paisajes de los cascos de estancia.
Sobre la escasa oferta local de profesionales, Rivadeneira coincide con Saccone respecto a la falta de espacios educativos: "El terciario no es suficiente. Uno queda como en un gris, entonces la profesión no termina de despegar nunca en la zona. Tampoco hay un colegio que ponga las normas y regulaciones. Todavía es todo muy amateur, lo que genera una competencia desleal, como la de un jardinero que pretende ser paisajista”, explica.
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Uno de los desarrollos diseñados por Taxon Paisajismo.
La demanda de los countries
Julia Arce, por su parte, está al frente de Florestar Paisajismo. Estudió también en el ISET 52, se dedica al desarrollo y mantenimiento de jardines con un equipo conformado por mujeres. Atiende clientes en la zona de los countries como Kentucky, Funes Hills, San Sebastián y Carlos Pellegrini. Con su aporte, busca integrar las áreas verdes a la arquitectura y diseño de los hogares: "El jardín acompaña el estilo, la arquitectura del hogar y tiene que estar bien integrado para aportar bienestar. Son lugares para conectar con la naturaleza, los sentidos, la contemplación y el disfrute".
Una de las soluciones que ofrecen en Florestar Paisajismo -que es de las favoritas de su creadora- es la realización de la huerta ecológica a la vista, una tendencia sustentable que está en alza porque ofrece contar con alimentos libres de agroquímicos: "La gente empezó a tomar conciencia y a cosechar sus propias verduras, ya sea en balcones, terrazas o patios”, explica.
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Un jardín realizado por el estudio de Julia Arce.
Arce entiende que el jardín es una parte fundamental de los que eligen vivir en barrios cerrados porque el espacio verde tiene tanto protagonismo como la casa en sí, lo que representa también un símbolo de status: “Hoy en día se hacen jardines por muchísimas razones. Ya sea para disfrutar con amigos o familiares, por un uso meramente ornamental, para desestresarse cuando llegan a sus viviendas o porque tener un jardín te da status”.