El Club Atlético Rosario Central fue sede el viernes 1 de septiembre de una charla que intenta volverse costumbre en ámbitos deportivos del país. "Los clubes en acción contra la violencia de género y la discriminación" es una iniciativa de la Coordinadora Nacional de Hinchas que tuvo su primer anclaje en Rosario y que fue un éxito. Es decir, logró reunir a más de cincuenta personas un viernes por la noche para debatir sobre género, diversidad sexual y fútbol. Pasada la emoción y en vistas de posibles réplicas en otros clubes, Esteban Paulón, subsecretario de Diversidad de la provincia, y Loreley Flores, militante feminista y una de las disertantes en la charla, analizaron las repercusiones del debate.
Eran casi las 23 del viernes y la sede fundacional de Rosario Central seguía abierta y en movimiento. Adentro, unas cincuenta personas debatían. Hombres y mujeres, jugadores de fútbol, de rugby, dirigentes del club, funcionarios provinciales, dirigentes gremiales, hinchas de Central, todos y todas intercambiando dudas, conceptos y experiencias sobre los mismos ejes: la violencia machista, la discriminación, la diversidad sexual. La actividad estuvo impulsada por la Coordinadora Nacional de Hinchas pero en Rosario fue la subcomisión de Mujeres de Rosario Central con el apoyo de la Comisión Directiva, que logró que la actividad resulte un éxito a pesar de las ciertas "adversidades": un viernes a la noche y casi a la par de una masiva movilización en la ciudad. Pero la gente asistió. Loreley Flores, militante feminista, periodista y representante de la organización Con X, y una de las disertantes, dijo a Más que fue algo maravilloso. "No son temas muy populares por fuera de la militancia", explicó, días después.
Entre los expositores estuvieron además Caio Varela, del equipo de rugby Los Ciervos y Sebastián Butticé, de Con X.
Loreley Flores comentó: "Son charlas muy importantes para empezar a darnos cuentas de estas cosas. Y está muy bueno plantearlas en estos lugares. Si pueden hacerse es porque hay mujeres en el club que lo quieren hacer, pero también porque hay muchas personas que quisieron ir, y fueron, y se quedaron debatiendo. Nosotras, las feministas, queremos modificar el mundo, incidir, y lo bueno es sentir que las personas que estaban ahí llegaron por alguna inquietud y se fueron pensando, reflexionando".
Diálogo y cabezas abiertas
Esteban Paulón estuvo sentado entre el público. Para él, el encuentro no fue una charla, ni conferencia, ni una ponencia. El funcionario provincial define la reunión como un diálogo. "Nos juntamos a hablar sobre temas que todavía son tabú, temas complejos de tratar en ámbitos deportivos", explicó. Para Paulón el deporte en general, y el fútbol en particular, es uno de los "reductos machistas por excelencia", un ámbito donde el sexismo, la violencia de género, la orientación sexual o la identidad de género de las personas son muchas veces motivo de burla, de hostigamiento, de no pasarla bien. "Nos parece súper importante que desde un club como Rosario Central se hayan abierto las puertas para este debate. Como pasa con estos temas, cuando lográs instalarlo en los lugares que más difícil de instalar el impacto es muy fuerte".
"Me pareció una actividad espectacular. Salimos con una sorpresa bárbara. No sólo por la cantidad de gente sino por el nivel de inquietud: se quería saber, compartir, cada uno habló desde su lugar", remarcó Loreley Flores, también integrante del colectivo Ni Una Menos Rosario. Para Flores el deportivo es un ámbito en general sumamente machista y masculino. No sólo por la presencia mayoritaria de varones, sino también por la diferencia de salarios entre hombres y mujeres, la presunta diferencia en los rendimientos deportivos, la idea de que los varones nacieron para ser héroes y estrellas del deporte, y las mujeres no. "Los mandatos de masculinidad son tan fuertes en el deporte que no hay jugadores gays fuera del clóset. Eso es violencia. Más te alejas de la idea de varón, más discriminado sos", agregó.
Paulón fue en la misma línea e invita a reflexionar en función de cuántos deportistas de élite son abiertamente gays o lesbianas, por ejemplo. "Los pocos que salieron del clóset no la han pasado bien. No hay nadie de la élite deportiva que hable abiertamente de su orientación sexual. Y ni hablar de personas del colectivo trans. Primero, para ser jugador hay que ser bien macho. Eso es objetivo, como el hecho de que hoy para una persona de la diversidad sexual es muy difícil participar y competir en un equipo. Ser mujer, trans o gay es un desvalor. El prejuicio es tácito y la clave de estos encuentros es fundamental: empezar a desnaturalizar que el deporte tiene que ser machista, homófobo y violento".