El intendente de Villa Gobernador Gálvez, Alberto Ricci, que este 10 de diciembre cumplirá cinco años al frente de la intendencia de la tercera ciudad de la provincia –con 90 mil habitantes– anticipó a La Capital que “en este problema de los remises que pasan con pasajeros por varias ciudades del área metropolitana tenemos que juntarnos con los intendentes con los que peleamos acuerdos en el Ente de Coordinación Metropolitana”.
El titular del Ejecutivo villagalvense, que ejerce su segundo mandato del Frente Progresista, abundó en un extenso diálogo con este diario que “Gálvez tiene zona complicadas donde los taxistas de Rosario no quieren entrar, entonces ahí va un remisero de Gálvez, pero en Gálvez vive gente que trabaja en fábricas o en empresas de toda la región, desde San Lorenzo hasta Villa Constitución o San Nicolás, entonces es inconcebible que un pasajero vaya en un remís y que en cada una de las ocho ciudades por las que pase le pidan algo distinto”.
–¿Hablaron de este tema con el intendente rosarino Pablo Javkin, con quien comparten el espacio?
–Con Javkin hablamos siempre, igual que con los otros intendentes con los que venimos de un mandato anterior, aunque no seamos del mismo espacio, como (Pablo) Corsalini, de Pérez, y con (Adrián) Maglia, de Baigorria, igual que con los senadores como (Armando) Traferri. A veces la política está por encima del sentido común, como pasó en esto de los remiseros de Gálvez, que son perseguidos en Rosario, y como pasó con una chata de Control Urbano de Rosario, que venía por Circunvalación, entró en Gálvez para agarrar el puente de Ayacucho y fue atacada y sufrió algunos abollones. Este hecho de violencia es inaceptable. Así como también tenemos que resolver el problema de los remiseros de Gálvez a los que persiguen en Rosario, cuando la mayoría de las veces llevan pasajeros de aquí.
–¿El abordaje de esta problemática debería ser integral?
–Por supuesto. Tenemos que sentarnos a dialogar con los intendentes del área metropolitana y con los senadores departamentales para analizar el problema de los remises y de todo el sistema de transporte metropolitano como un problema integral porque no podemos seguir pensando cada uno en su ciudad como si fueran compartimentos estancos.
–¿La Municipalidad desarrollan un plan de primer empleo joven con empresas locales?
–Nosotros tenemos el apoyo del gobierno nacional, con el Ministerio de Trabajo, en una iniciativa que venía de nuestra gestión anterior y que consiste en que armamos dos bases de datos. Una para ver las necesidades de personal de las empresas y otra con los jóvenes que buscan su primer trabajo cuando terminan la escuela secundaria. Son chicos que salen de la secundaria con una determinada capacitación y a los que tratamos de capacitar para los requerimientos de la industria moderna, según lo que necesitan las empresas de la zona, que ahora superaron las 45 firmas, y esta semana tenemos más de 120 pasantes, muchos de los cuales se quedaron con el trabajo.
–¿Es una escuela técnica municipal o un curso de oficios?
–La escuela técnica capacita a un tornero para hacer piezas con un torno de 1980, pero hoy eso no se usa. Nosotros no somos una escuela técnica sino que les brindamos cursos de oficios, los capacitamos para que aprendan a hacer piezas que requiere la industria moderna. Lo mismo pasa con los soldadores. En la escuela técnica aprenden a hacer soldaduras eléctricas, pero aquí aprenden a hacer soldaduras continuas de alambre. Compramos algunas máquinas de soldar de alambre continuo y vamos a dar cursos de control mecánico computarizado (MCM). Los chicos vienen a los cursos y después los llevamos a las industrias. La idea es brindarles a los chicos una capacitación en oficios. Es un programa de primer empleo joven muy importante porque los chicos salen de la secundaria, se capacitan en técnicas modernas y la mayoría quedan en el trabajo.
–¿Cuál es el panorama de las industrias de la zona en un año tan atípico?
–En la carrocera Metalsur, que es la más grande de la zona, arrancaron con la fabricación de colectivos urbanos, que están haciendo ahora para La Rioja. Hay muchas empresas de la zona que colaboran en esta situación de la pandemia, como el (Frigorífico) Swift, que ha donado una ambulancia, carne, salchichas y hamburguesas, y Unilever, que ha donado productos de limpieza, a diferencia de algunos que son medios duros.
–¿Hubo una gestión de ustedes con la provincia para reabrir el Policlínico Gomara?
–Hubo una intención de reabrirlo, por eso empezamos a ver cómo estaban la situación económica y, sobre todo, la judicial. Yo lo fui a ver a (el gobernador Omar) Perotti por este tema, pero él me dijo, con muy buen criterio, que en vez de invertir ese dinero en un sanatorio privado, en una obra que no le iba a quedar a todos, lo iba a hacer en un hospital público como el Gamen, en una obra que después de la pandemia le va a quedar a toda la sociedad. Entonces con un aporte de la provincia ahora tenemos 35 camas aptas para Covid, que no son Unidades de Terapia Intensiva, y ocho camas de UTI, para la modernización del hospital. Es lo correcto.
–¿Cuál es tu relación con el Pocho Lavezzi, que cuando donó alimentos en el comienzo de la pandemia su hermano Diego me contó que ustedes se encargaban de la logística para distribuirlos?
–La relación con el Pocho es excelente. Mi hijo va al colegio con el suyo. Cuando empezó la pandemia el Pocho Lavezzi donó cinco millones de pesos en alimentos, que en ese momento eran 50 mil dólares, que es muchísima plata para cualquiera, y con eso armamos ocho mil bolsones de 12 alimentos cada uno. Hay gente que no lo valora porque dice que la tiene, pero no ven la plata que puso en ese momento del comienzo de la pandemia. Esas actitudes de él son muy valorables porque podría no hacerlo. Hay gente que la tiene y no lo hace.