Falta de personal, requisitos en lugares distintos, papeles, fotocopias, esperas, idas y vueltas. La remisión de un vehículo al corralón municipal por una falta menor puede transformarse en una pesadilla. El infractor debe estar dispuesto a perder entre 4 y 6 horas, si toda su documentación está en regla, hasta reencontrarse con su vehículo, que puede encontrarse en tres lugares distintos: Presidente Perón al 8000, Moreno y Ocampo o Virasoro 2031. Los inspectores deben deambular de un lado al otro para avanzar en el engorroso trámite.
La Municipalidad ha intensificado su política de ordenamiento vial y ahora en el marco del aporte para reforzar la seguridad, los operativos callejeros dejan un saldo de miles de motos y autos remitidos por alguna falta.
Y si bien Tránsito tiene circulando unas 6 o 7 grúas en el horario diurno para levantar coches mal estacionados, una vez que ingresan a los corralones el personal parece diluirse.
En varias jornadas, la capacidad de los dos corralones municipales se saturan y se debe a apelar al "muletto" de Virasoro al 2000. En los casos de faltas leves, los vehículos son acarreados por las grúas a las instalaciones de la concesionaria encargada de controlar el estacionamiento medido.
Para comenzar, el conductor debe sortear la angustia de no saber si el vehículo fue robado o enganchado por la grúa, porque en varias oportunidades la oblea que notifica el paso de la grúa no se puede encontrar. Pero una vez que se deduce que lo tiene el municipio empieza a jugar el factor ocupacional. "El auto puede estar en Moreno o en Virasoro", indican desde Tránsito. Este misterio recién se devela con el paso de las horas.
Complicaciones. Allí comienza el cuento kafkiano. Para iniciar el recupero del coche, primero hay que esperar que un inspector se haga presente en el espacio de Tránsito Rosario. Esto puede demorar una hora o 90 minutos. Pero, luego de que un agente corrobore con una linterna que coincidan los números de chasis y motor con la tarjeta verde del titular del rodado, sigue el periplo.
Si está todo okey, el infractor debe regresar a la Dirección de Tránsito y allí exhibir la licencia de conductor, tarjeta verde y patente al día con sus correspondientes fotocopias. Además, la revisión técnica obligatoria (RTO) o su turno otorgado si le correspondiere.
Tramitado esta parte del procedimiento, se deberá pagar en la sucursal del Banco Municipal que allí funciona. Son 464 pesos por el acarreo (sin incluir los días de estadía de 42 pesos para los autos), más la multa por el tipo de infracción que se puede abonar en otro momento.
Con el ticket, el infractor está facultado para ir a la Oficina de Liberaciones y continuar con la pesadilla burocrática. Esta dependencia responde al Tribunal del Faltas. Allí, en general de pie y esquivando el ingreso de las grúas por un portón, habrá que esperar en un pasillo diminuto el ingreso on line del alta que permite la liberación.
¿Se terminó? No. Con ese papel, más el resto de la documentación exigida habrá que dirigirse nuevamente a Tránsito Rosario y aguardar que el inspector habilite el retiro del vehículo. Pero, si el rodado está rodeado de otros autos que quedaron en este corralón "muletto", habrá que empujar entre varias personas hasta que, con maniobras propias de un corredor de Fórmula 1, se puedas retirar el coche. Tiempo aproximado: entre 4 y 6 horas.
Pocos agentes. Si bien Tránsito tiene circulando unas 6 o 7 grúas en el horario diurno para levantar coches mal estacionados, una vez que ingresan a los corralones el personal parece diluirse. Dos o tres agentes en una oficina disponen de siete grúas a la mañana (cinco del Estado local y dos de la empresa privada Tránsito Rosario), seis a la tarde (cuatro y dos, respectivamente) y tres durante la noche (dos y una), con un refuerzo cuando se hacen los controles del alcoholemia.