En los próximos meses habrá novedades para la costa céntrica rosarina, un área estratégica para el desarrollo de emprendimientos gastronómicos ya que no son muchos los espacios vigentes para nuevas concesiones frente al río Paraná. Es por eso que las licitaciones que se lanzaron en septiembre de este año para los históricos bares ubicados en la zona de avenida del Huerto y Entre Ríos son fundamentales y despiertan gran interés no solo en empresarios del sector, sino en los rosarinos que utilizan los espacios públicos que rodean el área. Se trata de dos licitaciones, una incluye la nueva concesión de los bares Quita Pena y El Charladero, que ahora se unirán y se explotarán juntos, y la segunda es para el desarrollo con vista al río en el predio que ocupa el bar Quillagua.
La apertura de los pliegos licitatorios con la presentación de los oferentes se realizó el 16 de diciembre, tras una postergación de un mes, y ahora es el turno de la junta evaluadora que debe dar puntaje a cada propuesta para luego realizar el dictamen, la resolución y la posterior adjudicación. Se espera que, si todo marcha bien, y teniendo en cuenta algunas demoras por las vacaciones de verano, haya noticias para mediados de febrero o principios de marzo.
Los oferentes que se presentaron tienen proyectos muy diferentes para los predios. Una de las propuestas centrales es la que llevó adelante el equipo de Canela Fina SRL, que contempla una inversión de 77 millones de pesos para el terreno que ocupa Quillagua, donde se promete demoler el edificio actual para hacer una propuesta totalmente nueva. Los otros dos oferentes se presentaron no solo por ese bar, sino para hacerse cargo de los tres. Son, por un lado, una Unión Transitoria (UT) que conformaron dos actuales explotadores del predio más dos socios más y, por el otro, la firma Conte Pub SA, con un proyecto a base de franquicias.
Pero de todos los proyectos, claramente el que despierta mayor interés es el que se puede realizar en el terreno de Quillagua, puesto que es el único que tiene una vista en primera línea al río Paraná. A nivel arquitectónico, la propuesta de Canela Fina SRL tiene un dato diferencial, al demoler la construcción actual proponen una pasarela pública sobre la barranca del río con circulación libre, similar a la que actualmente existe en otro de los bares de la costa central, Flora. Eso les permitirá a los rosarinos caminar sin interrupción frente a una de las mejores vistas de la ciudad. “Estuvimos trabajando junto a mi socia para hacer un proyecto diferencial, contratamos un drone para tomar les mejores imágenes y luego comenzar con el diseño del proyecto, porque creemos que ahí no hay que hacer un parche, sino tener la posibilidad de construir una obra completamente nueva y de calidad”, explica Emanuel Navarrete junto a Georgina Tori, titulares de Canela Fina.
El objetivo de la firma es llevar su modelo de negocios a orillas del río, pensando en un proyecto que tenga como eje la sustentabilidad, el cuidado del río, del medio ambiente, e incluso teniendo en cuenta el respeto por los humedales que se encuentran frente al predio. “Pensamos en un proyecto arquitectónico sustentable, consciente, donde todo el verde que se le saca a la tierra, se devuelve con jardines verticales. Cada decisión que tomamos para este lugar tiene una razón profunda, porque no pensamos en un negocio, sino en un proyecto a largo plazo, como es Canela Fina, una marca rosarina, un sello rosarino de calidad que se sostiene en el tiempo”, asegura Navarrete. La búsqueda que tienen es la de reducir en un 50% el impacto ambiental actual, a través de una mejor infraestructura que permita disminuir costos de luz y climatización, con un programa de reciclaje de basura, utilización exclusiva de botellas de vidrio reutilizables, sin la utilización de plásticos, priorizando proveedores con políticas sustentables y con la mirada de empresas ecológicas que supervisen estas temáticas.
En lo que respecta a la carta que proponen ofrecer, Georgina Tori describe que “el objetivo es que todos los productos sean elaborados en el día en el propio local, con materias primas de primera calidad, con productos con el sello francés Label Rouge. Además, diseñamos opciones de menús sustentables, vegetarianos, veganos y apto para celíacos con certificación y por supuesto nuestro tradicional café que lo tostamos en el local para que tenga la mejor calidad”.
Es la primera vez que Canela Fina se presenta a una licitación municipal, en este caso pensando en llevar su know how para dar un servicio de calidad en la costa central. La marca nació como un emprendimiento de ambos socios, en el año 2011, que en esa primera etapa se dedicaron exclusivamente a la fabricación de panificación artesanal con estilo francés.
Tras el aumento de demanda decidieron invertir en ampliar su capacidad instalada y comenzó la industrialización de sus productos. Además, tienen hoy tres locales propios, uno en Francia al 1000, donde se encuentra la fábrica, el tradicional local de Alvear y Rioja, e inauguraron en diciembre un gran espacio en bulevar Oroño y Catamarca. En este momento los empresarios viajaron a Europa para continuar capacitándose en gastronomía para traer tendencias internacionales a sus negocios. “Invertimos mucho en conocimiento, queremos siempre estar a la altura de un buen servicio, levantar siempre la vara”, concluye Navarrete.
A partir de ahora, solo resta esperar a marzo cuando se conozca finalmente el dictamen y el futuro de esos terrenos que llevan años de conflicto por las dificultades históricas que hubo en las anteriores concesiones.