La flota de taxis envejeció al menos tres años en sus modelos de autos, desde 2019 a la fecha. Así lo indican los propios taxistas, resignados ante la imposibilidad financiera de renovar sus vehículos frente a los 3,8 millones de pesos que significa poner un cero kilómetro en la calle para trasladar pasajeros. Pero eso no es todo. Hay casi 300 coches de alquiler que exceden los 10 años de antigüedad y que todavía circulan gracias a las sucesivas prórrogas otorgadas por el Concejo Municipal.
Con un nuevo pedido de reajuste tarifario de un 40 por ciento y luego de otro 30 por ciento, los dueños de chapas de taxis atraviesan un dilema complejo de sortear: comerse el capital invertido en un auto ante la imposibilidad de renovar sus unidades.
Datos aportados por el sector en base a información oficial revelan que al 19 de abril de este año hay un taxi modelo 2008 dando vueltas por Rosario, otros 31 modelo 2009, 80 autos modelo 2010 y otros 152 del 2011. Más de 260 que están “vencidos” de acuerdo a la normativa vigente pero que pueden sortear las fiscalizaciones merced a las prórrogas otorgadas por el parlamento local. Muchos de estos permisos de extensión fueron por un año, y luego por otros 6 meses. Algunos caducan en junio próximo, como en el caso de los 2009.
En el Concejo, la concejala peronista Silvana Teisa también mostró los permisos de prórroga otorgados con números similares. En 2008 hay 3, en 2009 son 33, 2010 fueron 85, 2011 resultaron 156 y este año vencen según la normativa de un máximo de 10 años 300 taxis modelo 2012. Y para el año que viene vencerán en su vida útil otros 610.
Si en 2018 y 2019 el sistema hacía sus esfuerzos por sostener una antigüedad promedio de 4 años en la flota de unas 4 mil licencias habilitadas por el Ejecutivo; los problemas financieros comenzaron a dispararse. En la actualidad los propios taxistas admiten que su parque automotor “envejeció” hasta llegar a los 7 años promedio. Hoy una gran mayoría de los autos son 2014 y 2015.
Costos
Mientras tanto, el estudio que elaboró la cámara de titulares de Taxis (Catiltar) se realizó tomando datos sobre un promedio de flota y conducción de la unidad por chofer durante una jornada de 8 horas.
El aumento porcentual debería ser del 124 por ciento, con una bajada de bandera de 336 pesos (actualmente entre los 131 y los 159 pesos según día y horario) y una ficha cada cien metros de 16 pesos (el valor actual es de 6,25 pesos) en base a un promedio de viaje de 832 pesos.
En materia de recomposición tarifaria los taxis recibieron en 2020, en plena pandemia, un aumento del 30 por ciento. En 2021 fue del 30 por ciento en junio y un 25 por ciento en diciembre. Ahora se está a la espera. En rigor, habrá que esperar al 5 de mayo a que finalmente el Concejo se disponga a aprobar entre el 30 a 40 por ciento de suba tarifaria en lo que será el primer aumento del año. Un incremento que no alcanza a cubrir los costos calculados por los taxistas, pero se asume como un incremento “posible” en épocas de bolsillos flacos.
“Comiéndose” el auto
En medio de la crisis económica y los problemas inflacionarios que alejan la rentabilidad, los titulares de chapa grafican la situación: nos estamos comiendo los autos. No pueden acceder a una línea de crédito a tasas “pagables” y para adquirir un cero kilómetro se necesitan al menos 3,4 millones de pesos. A eso hay que agregarle otros 100 mil pesos para la compra del equipo de Gas Natural Comprimido (GNC), otros 120 mil de patentamiento, el ploteado, tapizado, seguro y accesorios más el reloj y papelería para sacarlo a la calle como taxi. De modo que se llega a los 3,8 millones de pesos.
“El golpe fuerte de los autos se dio desde febrero del año pasado, si bien ya se venía dando los años anteriores ahora las cifras para llegar a un coche nuevo son desesperantes”, explicó el directivo de Catiltar José Iantosca, para agregar: “Lo lamentable además es que la suba es en cubiertas, baterías, seguro, repuestos. No los podemos cambiar, es inviable y cuando hay que arreglarlo es tremendo”.
Choferes exigen mamparas antirrobo
El Sindicato de Peones de Taxis (SPT) volvió a exigir a través de un comunicado de prensa el cumplimiento de ordenanzas en vigencia y que deberían reglamentarse y ponerse en macha, como la colocación en las unidades de mamparas antivandálicas.
“Serían un complemento vital para reducir los hechos de inseguridad dentro de las unidades y aminorar cualquier riesgo de daños y lesiones sobre la integridad física de los y las choferes”, indicaron desde el sindicato apuntando directamente a los titulares taxistas.
Por lo pronto, dirigentes gremiales del STP mantuvieron recientemente una reunión con el jefe de la Unidad Regional 2 de Rosario, Natalio Marciani, y con el subsecretario de Prevención y Control Urbano de Rosario, Esteban Azaguirre, con la finalidad de frenar la violencia contra los y las choferes de taxis durante el desempeño de su labor.
“Los robos son tan violentos que a veces, frente a sucesos de gravedad, quedan incluso con secuelas a nivel psicológico para nuestros compañeros”, expresaron desde el gremio.