La ola de calor no da tregua. No hay ventilador ni aire acondicionado que aguante. Casi todos los días se baten récords en la demanda de energía eléctrica y el abanico se transformó en un gran aliado. El clima se convirtió en tema obligado de conversación entre los rosarinos y “¿cuándo va a llover?” es uno de los interrogantes que más se repiten en las redes sociales y los motores de búsqueda de internet. No es de extrañar que en medio de la alerta roja emitida por el Servicio Meteorológico Nacional haya aumentado la demanda de atención médica como consecuencia de las altas temperaturas. Son muchos los que requirieron asistencia ante la aparición de síntomas compatibles con un golpe de calor.
La primera semana de marzo dejó una anomalía de temperatura máxima media de entre 6 y 8 grados superior al valor de referencia, situando a Rosario y la región como una de las zonas más calurosas del país. Ante este escenario, en los últimos días creció la aparición de cuadros vinculados a la ola de calor. En la Secretaría de Salud Pública municipal confirmaron a La Capital que el Sistema Integrado de Emergencias Sanitarias (Sies) atendió entre cinco y siete consultas diarias.
La mayoría de los casos se registró en el centro de la ciudad, una de las zonas más afectadas por las islas de calor y la falta de arbolado. También en los sectores comerciales y la zona bancaria. Casi todos los pacientes eran adultos mayores y los cuadros fueron leves. Ninguno requirió mayor intervención que hidratación endovenosa en una guardia.
En los servicios de emergencias privados de la ciudad también notaron un “crecimiento sostenido” de este tipo de diagnóstico con hipotensión, taquicardia, náuseas, somnolencia o cefaleas. Todas vinculadas a las altas temperaturas. Así lo aseveró Alberto Davidovich, director de Emerger, a este diario.
“Estos cuadros afectan principalmente a quienes se exponen al sol en horario pico o practican deporte al aire libre”, señaló. Según precisó, aumentaron entre un 20% y un 30% las asistencias por cuadros relacionados al calor. Aseguró además que se trata de un panorama atípico para el mes de marzo y que la presencia tan frecuente de esta sintomatología está directamente vinculada al fenómeno climático.
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Por su parte, Ariel Torres Morales, de URG Urgencias, cree que la gente tomó conciencia y está mucho más atenta a las recomendaciones de los especialistas. Aseguró que la demanda de atención es la habitual con estas temperaturas tan altas, aunque reconoció que hubo varios cuadros con síntomas compatibles, pero sin llegar a ser golpes de calor.
Identificar los síntomas a tiempo
El secretario de Salud Pública municipal, Leonardo Caruana, subrayó que con el alerta rojo "está en riesgo la población entera, no sólo los niños y adultos mayores". En esa línea, valoró que tanto los meteorólogos como los medios de comunicación difundan las alertas para que "la gente se cuide más". "Nos tenemos que cuidar todos. Hay que tratar de no exponerse al sol si no es necesario y tomar líquido antes de que tengamos sed. Líquidos es agua, ni gaseosas ni bebidas alcohólicas", agregó.
Sobre las consultas realizadas en los efectores de la ciudad, el funcionario explicó que un golpe de calor presenta distintos síntomas que se van agravando si no es tratado a tiempo. Por eso, insistió en la necesidad de estar atentos y evitar que estos cuadros escalen.
Por último, indicó que la mayor cantidad de consultas se da "en los extremos de la vida, porque son las personas más sensibles y por eso hay que cuidarlas más". Es decir, que hay que tener especial atención con los niños y los adultos mayores.
Recomendaciones
Ante las altas temperaturas que experimenta la ciudad, desde el municipio lanzaron recomendaciones para diversos grupos etarios que pueden verse afectados por este fenómeno.
En cuanto a los menores de edad, la Secretaría de Salud Pública recomienda ofrecerles agua en forma frecuente sin esperar a que la pidan, ofrecer el pecho o mamadera más seguido a los lactantes, no dar líquidos o comidas calientes o pesadas, bañarlos o mojarles todo el cuerpo con frecuencia, proponer actividades tranquilas y evitar juegos intensos.
Además, evitar que transiten y jueguen expuestos al sol, menos aún en horario del mediodía o a la tarde temprano. Si deben transitar bajo el sol, ponerles sombreros y usar protectores solares; vestirlos con ropa holgada, liviana, de algodón y colores claros; y nunca dejar a los niños dentro de un vehículo estacionado y cerrado.
Por su parte, se insta a que jóvenes y adultos no consuman bebidas con alcohol (incrementan la temperatura corporal y las pérdidas de líquido), aumentar el consumo de líquidos sin esperar a tener sed para mantener una hidratación adecuada, evitar esfuerzos físicos o actividades deportivas exigentes, sentarse y descansar cuando sientan mareos o fatiga, evitar comidas abundantes e ingerir verduras y frutas.