La estatua de Cristóbal Colón fue bajada ayer con una grúa del monumento que se encuentra desde hace décadas en una plazoleta porteña detrás de la Casa de Gobierno, mientras inspectores de Espacio Público de la ciudad de Buenos Aires, sin acceso al sitio, observaron la acción preocupados porque la escultura fuera trasladada del lugar.
La presidenta Cristina Fernández pretende retirar el monumento al navegante genovés de allí y trasladarlo a Mar del Plata para reemplazarlo por otro de Juana Azurduy, que el gobierno boliviano obsequió a la Argentina.
Mauricio Macri, jefe de gobierno porteño, cuestionó varias veces la pretensión presidencial. Su administración, junto a miembros de la colectividad italiana, argumenta que el Poder Ejecutivo nacional no puede disponer libremente de la estatua porque pertenece a la ciudad, al igual que la plaza en la que está situada.
La Justicia, por su lado, frenó temporalmente el traslado del monumento ante un recurso de amparo presentado por la organización Basta de Demoler.
De unos seis metros de altura y hecha en mármol de Carrara, la escultura fue donada por la colectividad italiana en homenaje al primer centenario de la Revolución de Mayo de 1810. En 1921 fue emplazado detrás de la Casa Rosada.
Ayer, tras ser bajada, fue colocada sobre una tarima de madera y hierro al costado del emplazamiento, junto a dos grúas que permanecían dentro del predio delimitado por altas rejas.
Con lingas de seguridad pasadas por debajo de los brazos y otras sosteniendo la cabeza, una inmensa grúa elevó la figura para después depositarla debajo de su pedestal.
El procedimiento comenzó pasado el mediodía y una vez sujetada, en pocos minutos tocó tierra la enorme figura.
“No vamos a trasladar la estatua, solamente vamos a someterla a un proceso de restauración, ya que varios informes señalaron la posibilidad de que colapse debido a su deterioro”, manifestó Juan Arriegue, ingeniero a cargo del operativo. Según el ingeniero, “antes de iniciar el proceso de restauración hablamos con la comunidad italiana y obtuvimos su apoyo”.
“Las medidas de refacción y restauración se inscriben dentro de lo permitido. Lo que está prohibido es el traslado, pero nosotros no vamos a hacer eso. Independientemente de su traslado futuro o no. Si es que sucede y si todos los actores involucrados así lo desean, se hará o no, pero lo importante es poder mantener el patrimonio”, concluyó.