Las sanciones impuestas por Estados Unidos a Rusia por la invasión a Ucrania ya causaron reacciones en los mercados del país europeo. No solo hubo un fuerte impacto económico sino que además, ante la emigración de marcas emblemáticas estadounidense, el marketing sintió el cimbronazo.
Una empresa rusa decidió sacar al mercado doméstico marcas de bebidas gaseosas en reemplazo de Coca Coca, Fanta y Sprite, que se fueron de Rusia, y ya encontró sus nombres: Cool Cola, Fancy y Street.
Las nuevas bebidas, que llegaron esta semana a los comercios rusos, son producidas por la empresa Ochakovo, que se presenta como "100 por ciento made in Rusia", y que tiene toda la línea de producción y capitales dentro de las fronteras del país.
Para la versión propia de la bebida más popular del planeta, la empresa asegura que tiene "el clásico sabor de la cola", a la que suma etiquetas que recuerdan a la otra gran competidora, la Pepsi, con lo que hace un guiño a las dos marcas más importantes del mundo con un solo producto.
Más similares a las versiones estadounidenses son la Fancy, bebida con sabor de naranja, y la Street, alimonada y con una botella verde.
Pese a las sanciones, en realidad las bebidas originales se pueden conseguir aún en ciertos negocios de Moscú, pero según la prensa sus precios aumentaron hasta un 200%.
Fundada durante la Unión Soviética, en 1978, Ochakovo produce una cerveza tradicional rusa, Kvass, y una bebida de bajo contenido alcohólico llamada Medovukha, y no es la única en tratar de aprovechar la salida de la Coca-Cola.
En abril, el grupo Slavda, que produce bebidas en el Extremo Oriente ruso, lanzó la Grink Cola y días atrás la fábrica Syktyvkarpivo, con sede en Komi, en el norte, hizo lo propio con la Komi Cola, pero no funcionaron porque los consumidores las consideraron poco dulces y con baja gasificación.
La falta del famoso ingrediente secreto de la Coca-Cola parece hacerse sentir.