El bloque parlamentario que apoya al presidente Jair Bolsonaro fue el gran vencedor de las elecciones generales de Brasil, tras las cuales tendrá mayoría en el Congreso, liderazgo en la distribución del presupuesto y capacidad negociadora en caso de que Lula da Silva sea electo mandatario en el ballottage del 30 de octubre. En Diputados, el bloque que apoya a Bolsonaro controlará más de 300 de los 513 escaños.
El gran desempeño del “Centrao”, el bloque al que pertenece el Partido Liberal de Bolsonaro, en la primera vuelta electoral permitirá al presidente hostilizar a un posible gobierno de Lula y preparar una eventual campaña presidencial en 2026. Comentaristas políticos brasileños coincidían en destacar el poder que han dado los comicios al presidente del PL, Valdemar Costa Neto, casi a la altura de los del vencedor Lula y del tractor de votos que ha demostrado ser Bolsonaro.
“Tendremos un Congreso muy bolsonarista que ya se anticipa como hostil en caso de que Lula gane las elecciones” y sea presidente por tercera vez, dijo a Télam el cientista político Vinicius Vieira, profesor de la Fundación Armando Alvares Penteado (Faap) y de la universidad Fundación Getulio Vargas (FGV), ambas de San Pablo. “Bolsonaro, por su parte, tendrá en este Congreso un lugar donde encontrar resistencias institucionales a las denuncias que recibirá cuando ya no tenga inmunidad presidencial. Las chances de un acuerdo para protegerlo del Poder Judicial son reales”, agregó Vieira.
Además de presidente y vicepresidente, los brasileños estaban llamados a elegir gobernadores de los 27 estados, incluido el Distrito Federal de Brasilia, los 513 escaños de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, de 81 asientos, así como las asambleas legislativas estatales.
El PL, al que Bolsonaro se afilió recién el año pasado, logró 23 diputados más en estas elecciones, llegando a los 99, y el propio presidente se anotó grandes victorias en el Congreso con la elección como diputados de dos exministros. El PL se convirtió en la mayor bancada de la Cámara de Diputados desde 1998.
El Partido de los Trabajadores de Lula elevó a 76, de 56 que tenía el número de escaños que controlará en Diputados. En total, el bloque lulista del PT y sus aliados del Partido Verde y Partido Comunista do Brasil (PCdoB), tendrá 80 diputados
Aliados de Lula como Red de Sostenibilidad, el partido de Marina Silva, exministra de Ambiente electa diputada, y el Partido Socialismo y Libertad, del líder “sin techo” Guilherme Boulos, lograron entrar al Congreso, desde el que defenderán un eventual gobierno del PT.
En Brasil, a diferencia de Argentina, la conducción de la Cámara de Diputados es más independiente y responde a dinámicas sectoriales.
Actualmente, el presidente de Diputados y segundo en la línea de sucesión presidencial es Arthur Lira, del partido Progresistas, integrante del “Centrao”, que cajoneó durante dos años más de 200 pedidos de juicio político contra Bolsonaro.
Costa Neto, por su parte, fue aliado de Lula, de la expresidenta Dilma Rousseff, también del PT, y del expresidente Michel Temer, y le ha cedido el partido a Bolsonaro a cambio de que la fuerza, junto con los oficialistas Progresistas y el cristiano Republicanos, dominen el llamado “presupuesto secreto”, las partidas que pueden enviarse a los estados a través de sus diputados y no del gobierno central.
Este político y empresario titular del PL fue preso y condenado a 7 años de cárcel en 2012 por corrupción y lavado de dinero en el escándalo conocido como Mensalao, que involucró a la alianza de partidos que respaldaban a Lula durante sus dos mandatos, de 2003 y 2010. El “Mensalao” terminó con la cúpula del PT de entonces, y mandó a prisión a los hombres más cercanos a Lula entonces, Jose Dirceu y José Genoino.
El Congreso que surge tras las elecciones del domingo tiene rostro de “Centrao”, pero también de la extrema derecha bolsonarista reforzada después de cuatro años de gobierno. En Diputados, el bloque que apoya al presidente controlará más de 300 de los 513 escaños. En el Senado, en tanto, la derecha bolsonarista y no bolsonarista dominará más de la mitad de las 81 bancas.
Pero Lula tendría margen de negociación con dirigentes de los partidos del “Centrao” del noreste, muchos de los cuales siguen aliados al PT por el éxito electoral del líder del partido en esos estados, los más pobres del país.
Detrás de Boulos, en San Pablo, principal estado del país, fueron electos como diputados Eduado Bolsonaro, hijo del presidente, Carla Zambelli y Ricardo Salles, tres nombres directamente empujados por el presidente.
Sobre todo Salles, exministro de Ambiente y lobista de sectores ruralistas. Vieira dijo que el bolsonarismo podría aprovechar la mayoría en el Senado para iniciar procesos de impeachment de los jueces de la Corte Suprema que anularon por motivos procedimentales dos condenas por corrupción contra Lula.
La fórmula que puede llegar a usar Bolsonaro en la oposición y sin fueros es “hacer fracasar desde su fuerza en el Congreso” al Ejecutivo y preparar el terreno para su retorno al poder en 2026, tal como lo está haciendo Donald Trump en Estados Unidos.
Lula, además, en caso de vencer a Bolsonaro, tendrá un mandato de cuatro años, con lo que sumará 81 años de edad el 31 de enero de 2026.
“No quiero ser como Mario Soares que en Portugal fue candidato a los 90 y sacó cerca de cero”, explicó Lula la semana pasada, cuando contó algunas anécdotas referidas al paso del tiempo en la política.
“Un mandato de cuatro años es un gobierno de transición”, lo denominó antes de la primera vuelta Edinho Silva, coordinador de comunicación de la campaña de Lula, especialista en marketing político e intendente de una localidad del interior de San Pablo.
El PT de Lula ha logrado ganar en primera vuelta las gobernaciones de Piaú, Ceará y Rio Grande do Norte, pero el bolsonarismo ha arrasado en los tres principales distritos electorales del país: San Pablo, Río de Janeiro y Minas Gerais.
En San Pablo, el exministro de Infraestructura Tarscisio Freitas, nacido y criado en Río de Janeiro y sin residencia permanente en San Pablo, ganó por 7 puntos de diferencia e irá al balotaje con Fernando Haddad, ex candidato presidencial del PT contra Bolsonaro en 2018.
En Río, el gobernador Claudio Castro, bolsonarista, fue reelecto en primera vuelta contra todas las encuestas ,y en Minas Gerais fue reelecto Romeu Zema, del Partido Nuevo, un antiguo liberal que se ha convertido en un libertario bolsonarista.