No necesita carta de presentación. Juan María Traverso estuvo en nuestra ciudad para firmar el acuerdo de trabajo entre el autódromo Rosario, la Comisión Deportiva Automovilística (CDA), la Asociación Argentina de Volantes (AAV) y la Federación de Asociaciones de Pilotos y Clubes del Deporte Motor Santafesino (Fapcdms). Luego habló con Ovación. El Flaco confesó que el Fangio es especial. “Podríamos estar hablando largo de esta pista. Pero lo que sí puedo decir es que cuando vine por primera vez, lo hice con botas de goma. Fue para ver cómo iba a ser el diseño de la pista. Yo, que no entiendo mucho, decía en ese momento «esto es una locura, es un pantano». Y mirá lo que se hizo. Al fin y al cabo, era un proyecto bárbaro”, exclamó el Flaco mientras fumaba sin pausa ni prisa.
La historia estrictamente deportiva indica que Juan María Traverso se llevó varios trofeos del Fangio. “Acá gané una cantidad increíble de veces. Encima a mis rivales los tiré al diablo en varias ocasiones”, acotó con su picardía y sinceridad natural.
El circuito local se caracteriza por ser un trazado denominado boutique pese a que ahora cuenta con casi cuatro mil metros de extensión. También hay que sostener que es considerado muy técnico por los pilotos. ¿Qué opina del Flaco sobre nuestro autódromo? “Desde que la Fórmula Uno corre en las calles de Mónaco, se habla mucho del tema. Qué quiero decir con esto, que se puede correr en todos lados. Te dicen que esta curva es peligrosa (apunta hacia el curvón), pero los autos tiene un pedal en el medio que es para frenar. Si tenés miedo, frená y listo, dejá de hinchar los quinotos”, contó el múltiple campeón nacional.
“El autódromo de Monza se corre entre vecinos y, sin embargo, cuando hay una carrera el mundo entero la mira o nadie se queja. Por eso, cuando se corre acá, todo el país está mirando lo que sucede en Rosario y hay que saberlo aprovechar”, deslizó con marcado raciocinio y minimizando el reclamo de un grupo de vecinos que ponen el grito en el cielo cuando hay actividad debido al sonido de los autos.
“Mucho ruido también genera la música que escuchan los pibes en los boliches. Lo mismo pasa con los aviones, motos o autos en las calles. Esta actividad es así y nunca me enteré que alguien se puede morir porque pase un auto de carrera haciendo un poco de ruido dentro de un autódromo”, apuntó.
Y acotó: “Esto es una empresa que es muy importante porque genera muchísimos puestos de trabajo. No solo de manera permanente sino además temporal. Esta industria mueve mucho más que autos en una pista”.
Por último, el Flaco habló a corazón del recientemente fallecido Carlos Alberto Reutemann. “Tuve la suerte de ser amigo del Lole. De conocer al verdadero Lole. Era un tipo genial. Entendí perfectamente su forma de ser. Tenía los mismos problemas que yo: pánico, claustrofobia, cuando había que subirse a los aviones lo hacía descompuesto del cagazo. Lo conocí íntimamente. Era bárbaro. Además, ganó en Nürburgring (el circuito más extenso, exigente y peligroso del mundo) con lo cual está entre los mejores del mundo en la historia de la Fórmula Uno”, cerró con marcada emoción y dejando una estela de silencio antes perder su mirada a la nada.