Uno de los sentimientos más repetidos que se recuerdan del tiempo inicial de la pandemia es el de sentirse inmovilizado, con miedos, angustias y sin saber cómo afrontar esa nueva experiencia que arrancaba sin pedir permiso. Aunque también deben haber pasado por algunos de esos padeceres, lejos de paralizarse, un grupo de docentes e investigadores decidió, en ese mismo marzo de 2020, unir sus saberes para armar una comunidad a la que denominaron MetaDocencia. Una propuesta que, con el apoyo de la tecnología, busca acompañar a todos aquellos profesores que en ese momento se encontraban bastantes desorientados ante el brusco cambio hacia la modalidad de aprendizaje virtual. Ya van por su tercer año y ahora hasta reciben financiamiento de la Iniciativa Chan Zuckerberg y también de la Nasa. Una rosarina forma parte de esta iniciativa.
Nicolás Palopoli es investigador del Conicet y docente de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), vive en Nuñez y es coordinador general de MetaDocencia. “El proyecto nació al reconocer la necesidad de acompañar a los docentes que, de la noche a la mañana, tuvieron que lidiar con la virtualidad sin contar con suficiente acompañamiento. Este espacio fue creado para que los docentes pudieran acceder a recursos educativos en su idioma, de forma abierta y gratuita, para reducir su ansiedad al tener que transmitir conocimientos en un entorno desconocido”, contó en diálogo con La Capital para remarcar que desde el inicio el objetivo es construir capacidades científicas y técnicas de manera responsable y con una perspectiva local en la comunidad hispanohablante.
https://twitter.com/metadocencia/status/1667161683343601665
“El propósito es ayudar al desarrollo de estas capacidades a través de la creación de redes de interacción entre personas y comunidades afines, la facilitación de espacios de aprendizaje para la transmisión e incorporación de conocimientos, y la posibilidad de disponer de recursos accesibles de forma abierta y gratuita, siempre basados en evidencia científica”, agregó Palopoli.
El primer curso lanzado por MetaDocencia fue el de “Introducción al ABC de la enseñanza online”. Un curso de tres horas que brindaba herramientas y estrategias para la enseñanza virtual. El segundo se centró en el uso de Zoom para clases activas, ya que trabajar en un entorno en línea implica nuevos desafíos, como hablar ante una computadora y que en vez de rostros se vean cuadritos negros que representan a personas, sin saber si están presentes o no. Estos cursos iniciales sentaron las bases para diversificar los contenidos y concentrarse posteriormente en cursos acerca de “Cómo enseñar a programar”, aprovechando los conocimientos y experiencias previas del equipo de MetaDocencia.
Actualmente los cursos que se ofrecen son: “Presente! Recursos para encuentros activos”, “Zoom accesible con lector de pantalla” y “Cómo enseñar a programar”. Siempre con clases activas y conectadas, independientemente de la plataforma elegida por los docentes. En 2020 hubo un total de 1272 inscripciones y muchos docentes se sumaron desde Santa Fe.
Cómo enseñar a programar - 1° Edición 2023
Talleres gratuitos
Si bien el núcleo de los investigadores que llevan adelante MetaDocencia tiene residencia en Buenos Aires, también hay participación rosarina. Romina Pendino estudia la licenciatura en comunicación social en la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y colabora en las áreas de enseñanza, gestión de personas y código de conducta de MetaDocencia. “Me sumé como voluntaria apenas se inició MetaDocencia, enseguida hice los cursos guiada por una inquietud relacionada con cómo las docentes y los docentes de mis hijos estaban dando clases en la virtualidad, entonces pensando en alguna manera de poder ayudar, me puse a buscar capacitaciones que pudieran brindar algunas herramientas, y luego me ofrecí a colaborar en distintas instancias”, dijo Pendino.
Con talleres gratuitos, el trabajo de docentes e investigadores fue voluntario en MetaDocencia, pero ya desde el año pasado cuentan con un subsidio de la Iniciativa Chan Zuckerberg, que fue fundamental para continuar brindando cursos y ampliar la oferta educativa en ciencia abierta.
Hasta finales de este año, esperan que estos fondos respalden la realización de más talleres y la implementación de nuevos proyectos. Entre las novedades de este año se encuentra el curso “MetaEvaluaciones”, que explora diversas herramientas para realizar evaluaciones formativas en plataformas en línea.
Además presentaron una solicitud colaborativa junto a comunidades afines en Estados Unidos y el Reino Unido para participar en la convocatoria de la Nasa denominada Tops (Transform to Open Science). “Esta iniciativa busca enseñar contenidos de ciencia abierta a diferentes comunidades. Se han presentado tres proyectos en los que se destacan las cohortes virtuales de formación en ciencia abierta, tanto en inglés como en español. Estos cursos, con una duración de seis semanas, contarán con la participación de alrededor de 50 personas. El objetivo principal es enseñar un currículum de ciencia abierta desarrollado por profesionales de todo el mundo, incluyendo destacados miembros de la comunidad de MetaDocencia, como Melissa Black”, contó Palopoli.
En tanto el financiamiento de la Nasa es para un proyecto centrado en el uso de datos de imágenes satelitales abiertas compartidas por la agencia. El propósito de este proyecto es aprender a predecir sequías, inundaciones, incendios forestales y otros fenómenos a través de la utilización de dichos datos.
“Entonces con esos tres proyectos, los dos de educación en inglés y en español, y además de datos satelitales, vamos a tener una nueva oportunidad para enriquecer a la comunidad hispanoparlante en herramientas de ciencia abierta. Y esos son proyectos particulares, pero en los que van a participar la mayoría de las personas en MetaDocencia, entonces también los fondos van a cubrir otras actividades”, concluyó Palopoli.
Esos ingresos contribuirán también a retribuir a quienes hasta ahora desarrollaron trabajo voluntario. “Debemos ser siete personas que nos sumamos como voluntarias originalmente, y la verdad es que para que sea sostenible cualquier trabajo en equipo, de la índole que sea, el trabajo voluntario tiene limitaciones. Eso en MetaDocencia se pudo ver y hay un reconocimiento, se valoran las horas y el tiempo que se dedica, más allá de todo el aprendizaje colectivo que tenemos, que es muchísimo”, evaluó Romina Pendino.
El trabajo en equipo de MetaDocencia permitió fortalecer una red de científicos y docentes que no para de crecer y facilitar herramientas para la formación tanto en educación tradicional como no formal. Un grupo que alimenta sus virtudes que no surgen más que de la comunión de saberes y de la perseverancia por mejorar, por conseguir cosas que a veces parecen imposibles.