Septiembre en nuestro país es un mes especial para la educación por las conmemoraciones que se vinculan desde la historia misma del proceso de construcción de un Estado educador, que ha sido en sus devenires la base material y simbólica de nuestro presente de haceres educativos y pedagógicos.
El 8 de septiembre de 1965 ha sido declarado por la Unesco como Día Mundial de la Alfabetización, con el objetivo de visibilizar y concientizar acerca de esta problemática desde la perspectiva de los Derechos Humanos. En nuestro país el 11 de septiembre festejamos el “día del maestro”. El 17 de septiembre es para nosotros el “día del profesor” en homenaje a la figura de José Manuel Estrada por su fallecimiento. Hay más, el 21 de septiembre es el día del estudiante.
Tanto el Congreso Pedagógico de 1882 cuyo gran avance fue el debate que se trasladó al proyecto de Ley Nº 1420 de educación pública, laica y gratuita, y el “día del maestro” están vinculados a la figura de Domingo Faustino Sarmiento. Legado que no se puede evitar; además durante su presidencia fue responsable de la construcción de más de 800 escuelas. El 21 de septiembre del año 1888 llegan sus restos repatriados al país, de ahí el “día del estudiante”.
Los 40 años de democracia son nuestros, aprendimos y enseñamos en las escuelas a cuidarla, a valorarla y a defenderla. Creemos que este contexto es una buena oportunidad para debatir, compartir sentidos y significados sobre una problemática que atraviesa todos los sistemas educativos en nuestro país y el mundo.
Todas las acciones y proyectos que hemos recordado hacen a la educación, a la escuela y al sistema de enseñanza desde el Nivel Inicial al Superior. Cuyo eje medular son la lectura y escritura, herramientas en el sentido vigotskiano, que permiten aprender. Todos los recorridos que hacen en su vida estudiantes y docentes, dependen de leer y escribir comprensivamente, más toda una serie de habilidades cognitivas lingüísticas que se implican subsidiariamente en estos aprendizajes.
Desde el año 2020, la Subsecretaría de Educación Primaria del Ministerio de Educación de Santa Fe llevó adelante un proceso junto y entre las escuelas primarias logrando abrir un debate. El mismo estuvo focalizado en mejorar la enseñanza y los aprendizajes en lectura, procesos de comprensión lectora y producción de escrituras. El proyecto prosperó porque se habitó una problemática que necesitaba respuestas. Se dejaron establecidos acuerdos reales con las escuelas, junto a las bases teóricas y metodológicas, con definiciones claves en cuanto a la alfabetización inicial y avanzada para la construcción de la currícula de las escuelas primarias.
Sería muy favorable acompañar desde todos los lugares posibles la iniciativa de poner en acción una reflexión activa y colectiva que lleve el objetivo de alcanzar la concientización, en el sentido freireano, de la necesidad de resolución a corto y mediano plazo de estas problemáticas que se vinculan a los procesos de alfabetización de la ciudadanía. Si bien hoy resulta más oportuno hablar de procesos de lectura, comprensión lectora y escritura, el concepto alfabetización asume una posición más profunda en cuanto a su sentido político y es justamente lo que no podemos soslayar en educación.
Propuestas para dialogar
Siempre resulta necesario retomar algunos hilos que han tejido la trama identitaria de nuestra historia educativa ligada desde sus inicios a la enseñanza de la lectura y escritura. Este 2023, en el particular contexto del cuadragésimo aniversario de la recuperación democrática en nuestro país, queremos invitar/nos a la celebración del mes de la lectura y escritura.
Leer es la base fundamental para lograr la escritura alfabética porque permite posar la mirada sobre un sistema representacional gráfico. Mediante la acción pedagógica de la mediación y la enseñanza será posible comprender y aprender a utilizar ese sistema para producir escrituras con sentido.
Un especial interés tienen las niñeces y adolescencias, ya que entre charlas, juegos y lecturas podemos abordar textos literarios que han transitado entre dictaduras y democracias. Contamos en nuestro medio, con una grandiosa producción de propuestas y materiales que están en las escuelas: el plan nacional de lecturas S.F; las colecciones literarias; libros para aprender; la lectura y estudio de la producción curricular, más las acciones propias que van generando las escuelas.
La propuesta es llevar adelante todas las situaciones de invitación a leer y escribir que se puedan realizar generadas por las escuelas a partir de: apertura de bibliotecas circulares, clases en las aulas, rondas de lecturas, tertulias literarias y realización de producciones escritas que retomen el sentido social, cultural, político y el empoderamiento subjetivo que se promueven mediante el leer y escribir. Dedicar todos los días un tiempo a la lectura en voz alta. Leer más y más, incentivando el sentido del placer de la mano de una nueva conquista cognitiva y cultural potencialmente subjetivante : leer por placer y leer para aprender.
Algo ocurre entre lo enigmático y maravilloso cuando se aprende leer y escribir para decir “nuestras palabras al mundo”, como lo ha expresado la metáfora freireana.
Escribir implica un trabajo cognitivo y representacional más complejo que requiere tiempo y elaboración, cuyo sentido se comprende cuando se ha conquistado la lectura. Es decir, leer y escribir no son aprendizajes reversibles, cada uno requiere de enseñanza específica.
El próximo 29 de septiembre se realizará la Maratón Nacional de Lectura bajo el lema: “De lo asombroso a lo imposible: cuando las puertas de lo fantástico se abren” .El mes de septiembre merece una distinción especial por todas las situaciones históricas mencionadas al inicio y en función de hacer una fiesta de la lectura y la escritura. El desafío es nuestro.
(*) Nanci Alario se desempeñó como subsecretaria de Educación Primaria del Ministerio de Educación de Santa Fe (2020-22) y referente jurisdiccional del Plan Nacional de Lecturas de Santa Fe.