Hace tres años, la película animada "Río" se convirtió en un éxito de taquilla con su historia de un pequeño guacamayo azul absolutamente domesticado que emprende la aventura de su vida en los cielos brasileños. El filme de Fox Animation y Blue Sky Studio —los mismos de la saga de "La era del hielo"— recaudó un total de 486 millones de dólares a escala global, y también fue un gran suceso en DVD. Ahora, el director Carlos Saldanha, el mismo que pergeñó "Río", vuelve a rendir homenaje a su país y su ciudad natal, Río de Janeiro, en "Río 2", la esperada secuela que hoy se estrena en los cines de Rosario.
Los personajes centrales vuelven a estar presentes, el guacamayo Blu y su ahora esposa Perla, pero también se suman sus tres hijos, un temible suegro y una galería de simpáticos pájaros con los que deberán convivir en la selva. En "Río 2" encontramos a Blu, Perla y su familia, quienes llevan una vida doméstica perfecta en la ciudad. Los retoños son Bia, quien vive con su pico en un libro y a la que le gusta parlotear hechos y cifras, igual que su padre; Tiago, el más joven, que siempre está dispuesto a la aventura, especialmente si tiene que ver con destruir algo, y Carla, la mayor, una valerosa adolescente que anhela tener un poco de espacio para expresar su costado musical.
Cuando Perla decide que los niños necesitan aprender a vivir como auténticos pájaros, insiste en que la familia se aventure al Amazonas. Blu le comenta a sus amigos de sus planes de viaje, pero Nico, Pedro y Luis le advierten del sinnúmero de peligros que podrían presentarse en la selva. Sin embargo, el siempre positivo Rafael alienta a Blu cuando le recuerda que "una esposa feliz significa una vida feliz".
A su llegada a la selva, Blu y Perla conocen a los lugareños, incluyendo a Eduardo, un impresionante patriarca con un reglamento rígido, que se convierte en un obstáculo cómico para Blu; Mimi, la cariñosa e insolente hermana de Eduardo, que le gusta decir lo que piensa, incluso a su arrogante hermano, y Roberto, un espécimen perfecto de pájaro silvestre, quien cautiva a todos a su alrededor y cohíbe a Blu. Mientras Blu trata de adaptarse, le preocupa que Perla y las criaturas se pierdan en el llamado de la naturaleza.
Mientras tanto, el traicionero papagayo Nigel (que aparece en la primera parte) planea vengarse de Blu con la ayuda de Gabi, una linda rana venenosa, quien es ferozmente leal a Nigel y, aunque es pequeña de tamaño, posee un gran corazón malvado.
Con el éxito de "Río", la llamada para hacer una secuela se dio de inmediato. Después de haber dado a entender al final de la película la nueva vida que Blu y Perla iban a emprender juntos, y con sus tres nuevos críos, Saldanha compartió su idea para una nueva historia. ¿Qué tal si Blu y su familia no son las últimos guacamayos azules, algo que se había dado por sentado? ¿Qué pasaría con la dinámica familiar? El director decidió situar su historia en la monumental jungla brasileña. "Quería un lugar muy distinto al que exploramos en «Río». Me pareció que debíamos alejarnos de la ciudad", explicó.
Saldanha imaginó un mini diario de viaje, que llevara rápidamente a los personajes de Río de Janeiro al Amazonas y que, al mismo tiempo, mostrará su querido Brasil de una manera divertida. Para representar el viaje, los realizadores idearon un mapa desplegable y un mapa emergente, así como algunas imágenes en GPS, todas presentadas de una manera estilizada. Conforme progresa la secuencia, la escena va y viene entre el mundo real y el mundo emergente en papel.
Una vez que llegan a su destino —la jungla más grande del mundo— la familia absorbe las maravillas del Amazonas: inmensos árboles de todo tipo, la ilimitada flora y fauna y ríos gigantes. Es un lienzo mucho más grande, y, por ende, más desafiante al momento de producir que lo que fue generar la ciudad de Río en la primera película. "Queríamos capturar la vibración del bosque y su armonía, con la naturaleza y los animales", comentó Saldanha.
El director quería una jungla vasta, salvaje e indómita. Cada zona es natural y frondosa, por lo que ofrece un sentido de la vastedad del Amazonas, y, al mismo tiempo, resalta su intimidad. Además, el bosque amazónico es una reserva en cada sentido de la palabra. "El hecho es que estos pájaros se encontrarán pronto, han sido mantenidos con vida y han logrado sobrevivir porque han estado aislados del contacto humano", indicó Saldanha. "Creamos un pueblo de aves contenido, que es un microcosmos de la gigantesca Amazonas", explicó.
Después de que Saldanha escribió la historia, el guionista Don Rhymer, quien había trabajado en "Río", comenzó a darle vida a las ideas del realizador. Fue una fructífera colaboración, que tristemente terminó cuando Rhymer falleció a finales de 2012. "Don era nuestro tipo", dijo Saldanha. "Valoró la visión del primer filme y tenía ideas muy emocionantes para «Río 2». Su muerte dejó un gran hueco en nosotros. Fuimos muy afortunados en contar con los sorprendentes escritores Carlos Kotkin, Jenny Bicks y Yoni Brenner para que nos ayudaran a terminar el guión, pero Don fue una persona muy especial que desempeñó un gran papel en el desarrollo del proyecto", aseguró.