El productivismo es el fin último de la organización humana, siempre todo crecimiento se dará dando inicio a producir un bien o un servicio. Esto está más allá del los bienes monetarios ya que un bien puede ser intangible, como el conocimiento, como bien lo decía Adam Smith: ‘’No es de la benevolencia del carnicero, cervecero o panadero de donde obtendremos nuestra cena, sino de su preocupación por sus propios intereses”. Hoy en día vemos como políticos despotricaron en sus campañas trayendo propuestas y soluciones mágicas, hasta celestiales, que son incapaces de cumplir porque su misma función esta limitada y porque tienen un desconocimiento de la realidad inmensurable, hasta parecerían tomarnos por tontos. Las personas, en realidad los ciudadanos de a pie, tenemos otra realidad, sabemos que si no producimos, si no trabajamos no podemos pagar la cuenta, no podemos asistir nuestras necesidades básicas. Muchos políticos creen que la inclusión viene por cambiar una letra en el DNI o por echar culpas a otros. Las personas votan por dos cosas: 1 - Porque estamos obligados. 2 - Para demostrar descontento. El crecimiento de una Nación siempre será mediante el trabajo, y hablar de trabajo no es sinónimo de explotación como piensan algunos sectores de la política, el que vende pralinés en la peatonal está trabajando, el camionero, el que vende perfumes en la calle, el visitador médico, el cadete, el que baja los cajones de naranjas al verdulero, el que te lleva el café a la mesa, el que vende la máquina de café, entre otros. Todo es un ciclo y es obvio que habrá diferencia remunerativa, el que tiene más capital de conocimiento y lo sabe aplicar se le dará lo que corresponde, pero siempre hay que saber que la única manera de generar bienestar, riqueza, tecnología, innovación y desarrollo vendrá de la mano del trabajo.