Con relación al tren bala, con la autoridad que me da haber trabajado durante varios años como ingeniero en los talleres ferroviarios de Rosario, Pérez y Villa Gobernador Gálvez, quiero señalar que no estoy en contra del progreso, pero sí entiendo que siempre "hay prioridades". Si un hombre vive en un rancho, cuyos techos se llueven, los pisos son de tierra, y de pronto se gana la lotería, sería ridículo gastar el dinero en comprarse un auto 0km y una lancha para pasear por el río, pues lo "prioritario" es arreglar su vivienda. Con el ferrocarril pasa lo mismo: en la década del 90 vino la locura privatista de ramales, estaciones, talleres ferroviarios, etcétera. Y se licitaron pocas líneas, usufructuadas por capitales foráneos u oportunistas, que solo las usan para deficientes trenes de carga, sin realizar ningún tipo de mantenimiento. Hace años que no se reparan o renuevan tramos de vías, desaparecieron los talleres especializados en reparaciones de locomotoras, coches, vagones y se dejó alegremente en la calle a decenas de miles de obreros, técnicos, ingenieros y personal altamente especializados, que hoy son viejos y formar nuevos llevará años. Me pregunto: ¿de dónde saldrán los técnicos para construir, mantener y hacer funcionar el tren bala? Indudablemente tendremos que traerlos del extranjero. ¿Quién suministrará la energía eléctrica que necesita para circular? Habrá que construir usinas y subestaciones transformadoras "exclusivas para él", cuyo costo no está contemplado, como tampoco las expropiaciones para ubicar las vías, que también serán "exclusivas para él". Ni siquiera sabemos dónde ubicar la estación de Rosario, que es prioridad uno en este momento, con o sin tren bala. La prioridad del país es rehacer gran parte de lo destruido, comenzando por las vías. Hace poco un tren de prueba de pasajeros demoró 8 horas para unir Buenos Aires con Rosario, y pocos días atrás el tren "Gran Capitán" probó unir Posadas con Buenos Aires en 18 horas, pero demoró 48. ¿Por qué? En ambos casos por el pésimo estado de las vías y locomotoras. Rehacer a nuevo los principales ramales ferroviarios del país podría demandar 600 a 800 millones de dólares, con técnicos y obreros argentinos, y podrían circular locomotoras modernas, a unos 150 Km/h. En síntesis, hay que arreglar la casa antes de tener el O kilómetro.