Estos doscientos últimos años han marcado la historia planetaria. Sin dudas pocas veces en la historia se observaron cambios de la magnitud experimentada en este período. El crecimiento poblacional, el impetuoso desarrollo productivo industrial, el crecimiento del uso de recursos naturales no renovables al límite de sus existencias y el colapso creciente de la biosfera como sumidero de emisiones y desechos son algunos aspectos. Debemos asumir también la fuerte pérdida de calidad de los ecosistemas y creciente caída de la biodiversidad en todas las áreas. Como nunca antes en la historia la actividad del hombre logra alterar parámetros climáticos globales que amenazan su propia existencia. Una relación utilitaria con la naturaleza que ni siquiera puede garantizar que todos los habitantes del planeta vivan dignamente.