El juez de Instrucción Juan Andrés Donnola procesó ayer a Gustavo Ezequiel Tetu Caminos, de 22 años, como coautor del asesinato de Maximiliano Nota ocurrido el pasado 5 de agosto en la plazoleta Rodolfo Walsh, ubicada en Isola y el pasaje 412, en los confines del barrio Municipal y el Fonavi de Grandoli y Gutiérrez. En esta causa fue detenido y quedó bajo la tutela de la Dirección de la Niñez y la Adolescencia de la provincia un hijo de 15 años de Roberto Pimpi Caminos, ex líder de la hinchada de Newell's. El menor está apuntado como el autor material de los cinco disparos que mataron a nota. Tetu es sobrino de Pimpi.
El asesinato de Maximiliano Nota, de 19 años, a quien se lo reconocía por el apodo de Pipi, fue el punto final de una pelea que tuvo dos secuencias la noche del viernes 5 de agosto. En la primera cuatro hombres que se movilizaban en un auto de color rojo, un Mitsubishi, entre los que estaban, según los testimonios los primos Caminos.
Al pasar por la plazoleta Rodolfo Walsh abrieron fuego contra una decena de pibes, entre los que estaba Pipi Nota. De acuerdo a los testimonios el que disparó fue el hijo de 15 años del Pimpi. Esa agresión fue repelida por uno de los muchachos de la plaza, lo que puso en fuga a los del auto y generó el desbande del grupo que estaba allí.
A los pocos minutos por la escena de la balacera pasó una Yamaha Crypton Azul en la que circulaban dos muchachos, como quien patrulla la zona. Según los testimonios en la causa el que manejaba la Crypton era el Tetu Caminos y como acompañante viajaba el hijo del Pimpi, quien en la cintura portaba un revólver calibre 357. En uno de los playones estaba Nota junto a otros dos muchachos y al pasar ante ellos la Crypton se detuvo. Según los testimonios que se pueden leer en la resolución Tetu le dijo a su primo: "Tirale a ese puto", apuntándolo a Maxi Nota. El hijo del Pimpi bajó de la moto, caminó hacia Nota y antes de que el pibe pudiera esgrimir una frase, le disparó cinco veces. Luego los primos Caminos salieron de vuelo con la Crypton azul y se perdieron en la oscuridad del Municipal. A Nota los vecinos lo trasladaron en un auto particular al Roque Sáenz Peña, pero llegó muerto.
Miedo de los testigos. "Existe una concatenación de sucesos que se desarrollan en el tiempo y que coincide plenamente con los relatos minuciosamente expuestos en la causa, que demarcan los vehículos, personas con sus identidades, arma y forma en que el hecho sucede que resulta a todas luces corroborados por las mismas constancias de la causa que le dan absoluta credibilidad a estos más allá de los errores marcados y las dudas o miedos puestos de manifiesto por los testigos", indicó el juez Donnola en su resolución de procesamiento contra Tetu.
Además de procesarlo como coautor homicidio agravado por la participación de un menor de edad, le dictó la prisión preventiva y ordenó un embargo sobre sus bienes por 250 mil pesos.
Pero eso no fue lo único. En el dictamen el juez le ordenó a la División Judiciales de la policía rosarina que aporte información respecto a qué agrupaciones y efectivos trabajaron en la escena de la primera balacera, la del Mistubishi color rojo. Y que la sección Homicidios identifique al muchacho que estaba en el grupo de los amigos de Nota, mencionado por su apodo, que repelió a los tiros la agresión desde el auto en el que viajaban los primos Caminos.
Otro de los detalles que pueden observarse en la resolución, al leer fragmentos de testimonios, son los múltiples motivos por los que en lugares como el barrio Municipal, el Fonavi de Gutiérrez y Grandoli o La Tablada, se puede asesinar.
La pelea. Los testigos cuentan que Nota era un buen pibe. Algo osado a la hora de postear consignas vecinales en Facebook. Y que alguna vez se trompeó con un amigo de los primos Caminos, apodado Lamparita. Otra vez queda en evidencia que en los lugares mencionados muchachos de armas portar pueden matar por cuestiones tan banales como un desplante, un insulto, un piroto obsceno fuera de tiempo y lugar o simplemente estar al otro lado de una calle que imaginariamente parte al mundo en dos. En este caso calle Gutiérrez.
Apuntado. Un testigo de identidad reservada -que pidió protección al conocer a los implicados del barrio y por haber estado en el homicidio de Sebastián Galimany, el 19 de enero de 2009 en Grandoli y Olegario Víctor Andrade (ver aparte)- contó: "Cuando A. (el hijo del Pimpi) se bajó de la moto, el Tetu le dijo: «pegale a ese puto» (marcándole a Maxi Nota). Cuando se bajó de la moto ya tenía el arma en la mano adentro del bolsillo de una campera. El Tetu tenía puesto un camperón de Argentina y una gorrita de lana de Argentina, la moto era un Crypton azul pero no se de quién era. Yo salí corriendo por 412 para el lado de Isola y Maxi Nota le decía a A.(hijo de Pimpi) «pará, pará, que yo no tengo nada que ver». Y cuando yo salí corriendo escuché que A. le dijo «si, vos». Ahí escuché unos 5 o 6 disparos. El problema es que los del barrio Municipal, donde viven los Caminos, tienen problemas con los de Sánchez de Thompson. Meten a todos en la misma bolsa. Porque a la plaza (Rodolfo Walsh) va cualquiera. Se juntan de todos los barrios", relató el testigo.
Y agregó: "No se si A. (por el hijo del Pimpi) conocía a Maxi. El que lo conocía era Tetu, porque cuando le dice «pegale a ese puto», lo apunta con la mano a Maxi. A. se dio vuelta como preguntándole cuál era y ahí se lo marca. El arma que tenía A. era un revólver todo cromado, grandote, para mí era un 357 porque se escuchó re fuerte, además siempre se comentó que Alexis andaba un arma de esas", aportó el testigo que colocó a Tetu, camino al juicio oral y público.
Otro crimen, el mismo apellido
El crimen de Sebastián Galimany, ocurrido el 19 de enero de 2009, en Grandoli y Andrade también fue mencionado en el fallo del juez Juan Donnola. Uno de los testigos en la causa de Maximiliano Nota manifestó miedo al haber colaborado en esa investigación. Galimany estaba junto a su amigo Facundo Simois buscando una moto chocada cuando fueron emboscados a los tiros por Jonathan Chamí Caminos, otro hijo de Pimpi que entonces tenía 17 años. Dos años después la jueza de Menores Gabriela Sansó halló penalmente responsable por ese crimen a Chamí, quien recibió prisión morigerada.