En medio de denuncias por defraudación y supuesta connivencia con la policía, un nuevo escándalo
envolvió al frigorífico Vicentín Faenas de Villa Ocampo. Un empleado jerárquico de la empresa
intentó atropellar a un fiscal provincial durante un allanamiento a su casa, cuando el funcionario
quiso impedirle que escapara con archivos de la firma. El episodio impulsó un enérgico reclamo de
intervención del poder político de la provincia por parte de autoridades judiciales y de la esposa
de un socio minoritario, quien acusó a la empresa de llevar una doble contabilidad.
La intimidación al fiscal de Reconquista Ireneo Berzano ocurrió en medio
de una misteriosa trama que envuelve a la empresa y que ya se expresó en dos graves hechos: a fines
de octubre el jefe de la Guardia Rural de la zona, Juan Cuñé, fue relevado del cargo bajo sospecha
de cohecho al detectarse hacienda de sus familiares en los corrales del frigorífico que debía
controlar. Un mes más tarde, otro jefe policial se disparó en la cabeza en circunstancias no
aclaradas y asombrosas cuando le tomaban declaración por amenazas en una causa ligada a Vicentín
Faenas (ver aparte).
Aunque el fiscal no presentó una denuncia formal, el incidente quedó
registrado en el acta del allanamiento a la casa del administrativo, donde se secuestraron unas 50
cajas con archivos de Vicentín Faenas. Los denunciantes, quienes aseguran que en el frigorífico se
comercializan animales en negro, creen que se trata de registros de la doble contabilidad de la
empresa.
Aunque ese material es objeto de pericias, lo que alarmó al Poder
Judicial de la zona es el ataque al funcionario. “En esta zona hay mafias decididas a hacer
cualquier cosa. Por falta de personal el fiscal terminó haciendo de policía y tuvieron el tupé de
tirarle el auto encima al ser descubiertos en flagrancia delictiva”, describió alarmado un
funcionario judicial de Reconquista.
El origen. Vicentín Faenas es una empresa familiar con 25 años de trayectoria y unos 160
empleados, dirigida por parientes de hasta un cuarto grado de consanguinidad. Funciona en el
antiguo matadero municipal de Villa Ocampo, una localidad situada sobre la ruta 11 en el
departamento General Obligado, en el extremo noreste de la provincia y cerca del límite con Chaco.
Los enredos al interior del frigorífico se remontan a unos cinco años
atrás. A raíz de una disputa interna, el socio minoritario Jorge Alberto Vicentín inició una causa
civil en la Justicia provincial. Acusó a otros accionistas de realizar maniobras en los estados
contables para perjudicarlo en la distribución de ganancias. Se trata del único socio que no
percibe dividendos.
Luego su esposa, Mónica Bernardis, denunció penalmente a la empresa por
defraudación. “El frigorífico declara menos de la mitad de lo que faena, por lo que no sólo
está estafando a los socios sino también al Estado”, reprodujo a La Capital la
denunciante, quien asegura que en el lugar se comercializan animales en negro y vacas robadas. Y
que ello se hace ante la mirada tolerante de la policía regional a cambio de favores.
La acusación resuena en un punto del mapa provincial donde las denuncias
por abigeato no son infrecuentes. El hurto de ganado a gran escala preocupa a los ganaderos del
vecino departamento Vera, al punto que por eso mantuvieron una reciente reunión con un diputado
nacional.
De todos modos, ninguna de las causas penales que involucran a Vicentín
cuentan aún con imputados. Eso remarcan desde el frigorífico, donde en respuesta a las acusaciones
señalan que hay una campaña para desprestigiar a la empresa. “Nos acusa la mujer de un socio
que es una denunciante compulsiva, con una denuncia híbrida que sólo persigue notoriedad
pública”, contraataca el abogado Francisco Turbay.
Desde Tribunales, en tanto, admiten que “aún no se ha indagado a
nadie”. pero aclaran que “las denuncias tienen visos de seriedad”.
Cajas en un galpón. En ese contexto, el pasado martes 22 de enero la jueza de Instrucción
Fabiana Pierini dispuso un allanamiento en la casa de la madre de Alfredo Mensching, un jefe
administrativo de Vicentín Faenas. Los denunciantes señalan que el hombre además dirige la
subempresa Alemania SRL, una abastecedora de carne que compra, faena y vende hacienda. “A
través de esa subempresa se negocia buena parte de la hacienda de Vicentín y eso reduce las
ganancias reflejadas en los balances”, apuntó Bernardis.
Acompañados por efectivos de la Unidad Regional IX de Reconquista, la
jueza y el fiscal secuestraron en un galpón de esa propiedad unas 50 cajas con documentación de la
empresa. Y advirtieron que la vivienda se conecta por el fondo con el chalé de Mensching, ubicado
en una esquina de Villa Ocampo. Entonces le advirtieron a la hija del administrativo que no podía
retirar ningún objeto de la vivienda.
Pese a la advertencia, minutos más tarde el propio fiscal Berzano notó
movimientos raros en la propiedad lindera. Descubrió entonces que dos personas (se presume que
entre ellas estaba Mensching) cargaban papeles y carpetas en un Peugeot 206 con vidrios polarizados
que estaba en la cochera de la casa, a punto de partir. El funcionario se apuró a detener la marcha
del vehículo y golpeó el vidrio trasero, pero el auto salió rápidamente marcha atrás arañando la
pared del garaje y no embistió al funcionario porque éste alcanzó a correrse.
El auto fugitivo fue hallado más tarde en las instalaciones del
frigorífico Vicentín, donde las autoridades judiciales fueron recibidas por el abogado de la firma.
Pero la documentación que se escamoteó a la Justicia ya no estaba allí. Los archivos que sí
alcanzaron a ser secuestrados completaron la caja de una camioneta Ford Ranger y el baúl un auto
Ford Mondeo del Poder Judicial.