Comunicación. Caruana junto al intendente Pablo Javkin.
"A las personas con enfermedad no se las aísla para evitarlas, sino para cuidarlas", reflexiona el secretario de Salud de la Municipalidad, a poco de cumplirse dos meses del primer diagnóstico positivo de Covid-19 en la ciudad y cuando se inicia la fase 4 que habilita el funcionamiento de nuevas actividades.
El escrache al que fueron sometidos algunos trabajadores del área de salud y personas que se contagiaron con el nuevo coronavirus es un tema que preocupa al funcionario, quien está convencido de que abordar a la pandemia como si fuera una guerra y al virus como un enemigo genera un serie de problemas concretos: "El temor a ser señalados o maltratados aleja de la consulta a quien tiene sintomatología leve, estresa mucho más a quien se enferma y expone a los trabajadores de la salud de quienes se dice, por ejemplo, que están en la primera línea de fuego y son los primeros que caen".
El lenguaje bélico aplicado a los temas de salud trae consecuencias. Después de la pandemia de H1N1 en el 2009 se hicieron numerosos estudios académicos sobre el impacto de los modos de comunicar, que en aquel momento hicieron hincapié en comparar la situación provocada por un virus con un campo de batalla. Lo único que se consiguió fue generar miedo. Ni reflexión ni toma de conciencia, ni registro del otro, que es lo que más importa en estas situaciones.
"A lo comunicacional lo planteamos desde un principio y lo trabajamos con Conicet. Cómo abordar la pandemia en este aspecto es algo de jerarquía. Las pandemias han tenido siempre una connotación de lucha, de guerra, que sólo provoca discriminación y estigmatización porque si el virus es el enemigo quien se enferma se convierte en ese enemigo. Esto tiene efectos, no sólo en la salud psíquica de quien adquiere el virus sino en cuestiones concretas como demorar la consulta por miedo a tener la enfermedad", dice Caruana.
"Creo que hay que recuperar las palabras de cercanía y acompañamiento. En la salud no hay bandos ni una lucha en contra de alguien o algo, hay personal capacitado, hay equipos trabajando en el cuidado de la comunidad y con una mirada humana. De esta situación salimos como comunidad, es la única manera", destaca el funcionario, y agrega: "Es un buen momento para pensar en esto y alejarnos de los conceptos que imponen más barreras. Cambiar el miedo, la estigmatización, la mirada individual por la importancia de los vínculos entre el equipo de salud y la comunidad, y la confianza entre los vecinos. La estrategia sanitaria es colectiva", remarca.
Un cambio en la realidad
Caruana cree que el Covid-19 dejará algunas marcas indelebles en la sociedad en relación a un nuevo modo de manejarse con la higiene personal y grupal, el cumplimiento del calendario de vacunación, la necesidad de cuidarse entre todos. "Esta pandemia cambió nuestra vida cotidiana pero también la agenda de trabajo en salud. Me parece que después de esto habrá que revisar algunos modos de atención, mejorar el sistema de consultas programadas, ver la posibilidad de manejar ciertas situaciones vía telemedicina y hasta analizar cómo plantear las campañas de vacunación para evitar la gripe en personas vulnerables por enfermedad previa o por ser adultos mayores: la de este año fue exitosa porque nos acercamos nosotros a todos los grupos de riesgo de los centros de salud sin que esas personas deban movilizarse", comenta.
Hasta ayer Rosario llevaba 14 días sin nuevos contagios de Covid-19, una situación que incluso fue señalada por el presidente de la Nación, Alberto Fernández, en la conferencia que brindó el viernes por la noche. El responsable de Salud municipal cree que haber llegado a mediados de mayo con un número relativamente bajo de contagiados y una situación muy distinta a la que se pensó en un primer momento, se debe en gran medida al trabajo previo que existe en la ciudad en las áreas de salud. En ese sentido, mencionó la tarea de quienes asisten a los habitantes de los barrios desde los centros de salud. "Llevamos 30 años de un modo de manejarnos que pone el acento en el conocimiento de los vecinos por parte de los trabajadores de la salud. Por eso se pudieron captar en forma rápida algunos positivos en zonas más vulnerables, aislarlos por prevención y cuidado en lugares adecuados cuando no podían permanecer en sus domicilios y garantizar el seguimiento de todos los contactos", dice.
Caruana destaca que la cuarentena fue sin dudas central en el control de la curva de contagios: "También nos dio tiempo para prepararnos, para conseguir los elementos de bioseguridad en toda la salud pública y pensar espacios como el Hipódromo para darles la posibilidad del aislamiento a quienes no pueden cumplirlo. No fue sólo tener un buen número de camas de terapia intensiva sino afianzar una estrategia de un sistema integrado de salud. Ahora, en España, se está hablando de que la forma de frenar el avance del coronavirus pasa, justamente, por una fuerte presencia de los centros de salud", comenta.
Lo que viene ¿Pensaba que a dos meses del primer caso en Rosario se iba a flexibilizar el aislamiento obligatorio? Frente a esta pregunta Caruana elige ser cauto: "Sigo pensando en que hay que ser prudentes y responsables. Aunque mirábamos las curvas y situaciones en otros países sabíamos que no se podían ni se pueden extrapolar exactamente en nuestra región. Incluso en un mismo país se dan situaciones diferentes. Teníamos y tenemos que vivir nuestra experiencia con todos los recaudos y medidas que se fueron tomando. En esta etapa de mayor flexibilización, que no implica que todo volvió a ser como antes, hay que poner el acento en que se haga de manera programada, progresiva, inteligente, en términos de gestión", puntualiza.
"El control de los accesos a la provincia de los viajeros que van y vienen a Buenos Aires porque venden insumos, porque sus actividades están habilitadas es muy importante, porque allí está hoy presente el Covid-19 con una frecuencia mucho más alta. Pero insisto en que no es a través del miedo que nos cuidamos y cuidamos a los otros sino de la responsabilidad y del cumplimiento de todos los protocolos. Lo que aprendimos y pusimos en marcha en la etapa 1 debe seguir vigente. Lo sanitario sigue siendo lo rector porque tenemos una desaceleración de contagios pero no una ausencia total de casos"cierra.
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