Tras dos semanas de negociaciones, los delegados celebraron al cierre de la cumbre climática de Naciones Unidas en Egipto o COP27. Se definió un fondo para ayudar a los países afectados por catástrofes causadas por el calentamiento global. Pero no se pudo garantizar el compromiso con el límite de 1,5º en el aumento de la temperatura media global que exigen los científicos, adoptado por el Acuerdo de París de 2015, y que cuenta con el apoyo de la Unión Europea (UE).
Había poca expectativas de grandes avances en la cita en Sharm el Sheik, Egipto, aunque las recientes inundaciones en Pakistán y Nigeria reforzaron las peticiones de que ayuda urgente. Las consecuencias geopolíticas de la guerra de Rusia en Ucrania y las tensiones latentes entre China y Estados Unidos plantearon un contexto difícil para las conversaciones.
La idea de un fondo para cubrir “pérdidas y daños’’ fue recibida con entusiasmo por parte de los países pobres. Los países desarrollados, en cambio, si bien se mostraron dispuestos a poner el dinero, son muy reacios a firmar compromisos que eventualmente den pie a una demanda judicial internacional por daños y perjuicios.
Hacía mucho que los países desarrollados se resistían a crear un fondo de esa clase por temor a verse forzados a pagar miles de millones de dólares por el fallo de una corte internacional por las décadas en las que liberaron dióxido de carbono a la atmósfera. Hoy EEUU es ampliamente superado como emisor de CO2 por China.
Pero una oferta de la Unión Europea puso el proceso en marcha y se cerró un acuerdo en 48 horas. Aún hay que concretar los detalles, pero los países más vulnerables pueden contar con recibir dinero para lidiar con catástrofes climáticas en el futuro.
Los países donantes han reclamado que el dinero enviado esté alineado con los objetivos del Acuerdo de París. Pero países en desarrollo se han resistido a esto. Muchas naciones en desarrollo rechazan de hecho el objetivo de un límite de aumento de la temperatura global de 1,5º adoptada en París en 2015. Los negociadores en Sharm el Sheik no pudieron llegar a un acuerdo sobre el tema, que se planteará en Dubai el año que viene.
Los científicos advierten de que se están agotando las posibilidades de limitar el calentamiento global a 1,5º centígrados, como se estableció en el Acuerdo de París de 2015. En lugar de reducirse, las emisiones de gases de efecto invernadero siguen creciendo. Antes de París, el mundo se dirigía a un calentamiento de 4,5 grados para fines de este siglo en comparación con la temperatura media global de 1850. Las estimaciones recientes han reducido ese incremento a 2,6 grados gracias a las medidas tomadas y compromisos firmes de los gobiernos. Pero al parecer nadie salvo Europa se plantea respetar el límite de 1,5ºC.
Se confiaba en que Egipto instara a fijar objetivos más ambiciosos. La decepción fue evidente entre la delegación europea, que hasta último momento exigió un compromiso concreto con el límite de 1,5º establecido en París. La Unión Europea expresó su “decepción” por la “falta de ambición” en el acuerdo final sobre la hoja de ruta para reducir las emisiones de CO2. “Lo que tenemos no es suficiente para constituir un paso adelante para la población del planeta. No aporta suficientes esfuerzos adicionales por parte de los mayores contaminantes para aumentar y acelerar el recorte de sus emisiones”, dijo el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, al clausurar la conferencia en Sharm El Sheik.
Los negociadores acordaron confirmar los compromisos de la cumbre del año pasado en Glasgow, Escocia, pero poco más. No hubo una petición de que grandes contaminantes del mundo en desarrollo, como China e India, aceleren su reducción de emisiones.
Las conversaciones del año pasado en Glasgow terminaron con un acuerdo de “abandono gradual’’ del carbón. Era la primera vez que un combustible fósil en particular era señalado, culpado y puesto en vía de retirada a nivel internacional. India, descontenta con la decisión, hizo una inesperada petición este año en favor de añadir también el abandono gradual del gas natural y el petróleo, aunque la propuesta no se aprobó.