De lunes a lunes y desde los 15 años. Así se entrena la atleta Carolina Lozano, nacida y criada en Funes, y que ha obtenido logros competitivos que la convirtieron en una referente del atletismo nacional. La deportista, que integra la selección argentina, se destaca en medio y fondo. Tiene récords nacionales y sudamericanos. Su sueño es llegar al máximo de sus posibilidades, un meta que sigue persiguiendo con fuerza, disciplina y frente a numerosos obstáculos.
Uno de esos "frenos" tiene que ver con la falta de apoyo oficial a los deportistas nacionales que nos representan en todo el mundo. Para este último viaje, Carolina, que se encuentra participando de distintas competencias en Europa, tuvo que realizar una rifa en la que sorteó artículos personales como ropa y recuerdos de su historia deportiva. "No tenía otra manera de viajar", reflexiona.
La situación la puso en un lugar incómodo, le generó vergüenza, admite, pero no podía costear pasaje y comidas. Al alojamiento lo consiguió gracias a la solidaridad de Antonio Silio, un corredor argentino que vive a unos kilómetros de Madrid (y que en 2000 recibió el Konek de Platino como el atleta más importante de la década en el país).
"Siempre fue difícil para nosotros vivir del deporte. Pero como todos saben este año se puso más complicado aún. Se cortó todo. Hace unos días me enteré de que accedí a una beca de la Secretaría de Deportes (al haber obtenido una medalla de bronce en el Iberoamericano de 3.000 y 5.000 metros) y que si bien no es de mucho dinero me va a aliviar, pero incluso a ese dinero aun no lo tengo", explicó.
La fondista, que habla de manera pausada y sencilla, que transmite serenidad, pone toda la garra cuando sale a correr o a sortear vallas en la pista. Tiene una fuerza y una presencia increíbles, un espíritu competitivo y una cabeza que acompaña con rigurosos entrenamientos diarios, de manera incansable. "¿Dificultades? Un montón, pero no voy a parar", enfatiza.
Carolina charló con La Capital desde España donde estará instalada unos meses para sumarse a distintas competencias del circuito europeo que le permitan mantener el nivel de entrenamiento, medirse con pares de todas partes del mundo (incluso con las mejores a nivel internacional) y clasificar a distintos campeonatos.
"En Europa, de mayo a agosto hay diferentes competencias, algunas más importantes que otras, y uno va eligiendo de acuerdo a sus posibilidades, invitaciones, chances de viajar. Vienen deportistas de África, Sudamérica, Estados Unidos, muchos europeos. Es importante para buscar marca, para seguir mejorando".
"Cuando he podido viajé al exterior. En 2018 estaba becada y pude venir. También estuve en 2019 y 2022, pero el año pasado por un tema de presupuesto no fue posible, así que dije: esto no me pasa de nuevo".
"En este momento no tengo ningún apoyo de Nación. Durante años, como vivo en Puerto Rico porque mi marido trabaja en ese país, obtuve una beca para competir y estudiar que ya no la tengo. Lamentablemente muchos de los mejores atletas argentinos se van por falta de ayuda. Por eso decidí embarcarme en lo de la rifa. No fue nada fácil. ¡Lo que recaudé fue de gran ayuda y puede hacer este viaje! Había intentado con sponsors pero no lo conseguí. Los gastos eran muchos. Estoy muy agradecida con cada persona que colaboró, difundió o simplemente me mandó su ánimo ".
Carolina es además una apasionada de la música, al punto que hizo la carrera y se especializó en piano. "Hoy no estoy tan metida con el piano. Con los viajes es complicado. Necesito poner toda la energía en el deporte que es mi mayor objetivo pero cuando termine la temporada pienso retomar", afirma.
Amor y recuerdos
Habla con enorme pasión cuando relata distintos momentos de su carrera deportiva, los buenos y los que no salieron como esperaba. "En esto hay muchos altibajos, que dependen de un montón de cosas, pero yo salgo a correr y soy feliz", resume.
Si bien se define como nómade: "En los últimos años no se bien donde tengo domicilio porque voy de acá para allá pero yo sigo diciendo que vivo en Funes (se ríe)".
La atleta dice que extraña la tranquilidad de su ciudad natal, los sonidos "del pueblo" y mucho a su familia.
"Soy una persona insistidora, es verdad. Sigo y sigo hasta que las cosas salen. Como atleta quiero llegar a lo máximo, a los Juegos Olímpicos, tengo todavía muchos objetivos por cumplir", dice con emoción la deportista que con 28 años sigue teniendo el mismo entusiasmo que cuando comenzó a entrenar en Funes siendo una adolescente.
Este fin de semana estará en Gran Bretaña donde va a correr 3.000 metros. "Yo me levanto todos los días con energía. Hago fondo, trote y a la tarde regreso para estar más en la pista o ir al gimnasio. Descanso solo los domingos a la tarde pero no me pesa, es lo que amo y elegí".