En medio de un contexto de falta de transporte en la ciudad, por la deficiencia de taxis y frecuencias de colectivo, los remiseros rosarinos piden que se reglamente una ordenanza que fue aprobada hace siete meses en el Concejo Municipal y sumaba 210 nuevas chapas a la calle. Según la vieja norma que regula al rubro, en Rosario tiene que haber 520 remises, pero solo hay 220 circulando, y las otras 300 chapas se encuentran en caución.
La reforma presentada por la concejala socialista Lorena Carbajal y aprobada en mayo, decía que volverían a rodar 110 licencias a la calle y otro 15 por ciento del total (unas 100 chapas más) están destinadas a conductoras mujeres y trans. El texto vuelve además la licencia transferible, como la de los taxis, y agrega licencias al cambiar la fórmula de cálculo de un coche cada 2 mil habitantes, a uno cada 1.500.
“Estamos a la espera de las licencias que solicitamos, 660 chapas sería el nuevo número total, pero Servicios Públicos las va a ir largando de a poco, si el mercado lo pide”, comentó Alfredo Gordo, presidente de la Cámara de Remises de Rosario. “Dicen que están viendo cuántas chapas van a dar. Parece que fueran a hacer la reforma de la Constitución Nacional”, se quejó por la demora.
Gordo afirmó que “no hay autos porque Servicios Públicos no larga las chapas”, y dijo que así no tienen forma de competir con el taxi, que llega en 10 minutos ante un llamado por teléfono o aplicación, contra 30 o 45 minutos de demora de un remís. “Abrieron los restaurantes, la noche, los hoteles están a full y está por abrir el aeropuerto ¿Con qué van a cubrir eso?”, se preguntó.
El número actual de licencias fue dispuesto en 2011, y desde entonces no salieron nuevas. Las que dejaban de explotarse, se iban cubriendo con un listado de personas definido en un sorteo público. Cuando se terminó esa nómina, las chapas comenzaron a acumularse en la Secretaría, ya que al no ser transferible, a quien le fue mal en el negocio, no pudo cumplir con el cambio de la unidad, se jubiló o no pudo trabajar más por la pandemia, debió devolverla. En cuanto salga la reglamentación, podrá venderse, el que la adquiere pagará el derecho de explotación y ya podrá usarla.
Falta
“Hoy hay trabajo pero no hay coches en la calle”, repite el referente. Las razones por las que son requeridos son la inseguridad y alcoholemia cero. Pero no solo es de noche: muchas personas los usan para ir a trabajar. “Al aeropuerto también vamos, aunque no podemos entrar por falta de normativa y nos quedamos a 100 metros esperando. En el Casino y en el Padre Ignacio nos echan los truchos”, reveló. Pero insiste en que “hay gente que quiere remís, por ejemplo porque podemos tener vidrios polarizados, que los taxis no pueden, y eso a algunos les da seguridad”.
Otra de las razones es el precio: la bajada de bandera de remises, que siempre tuvo un 30 o 40 por ciento de diferencia, es hoy durante todo el día la misma que la nocturna de taxis (118 pesos), y la ficha tiene centavos de diferencia: 6,10 el kilómetro contra 5,40. “La tarifa de remís se fue congelando, antes eran muchos autos gasoleros y hoy no queda ninguno, son todos GNC. La flota de taxis mejoró en calidad de coches, y nosotros nos hemos quedado porque dejó de ser negocio”, analizó.
La ecuación hoy de los remises es la siguiente: un 30 por ciento se lo lleva el chofer, el 20 por ciento la agencia, 15 por ciento es combustible, el 10 por ciento leyes sociales, y el 25 restante se reparte entre chapería, mecánica, cubiertas, seguro y amortizar el auto para cambiarlo cada 5 años, una exigencia especial, ya que los taxis pueden hacerlo cada 10. Eso arroja una ganancia mensual del conductor (si es el titular) de 70 u 80 mil pesos por 12 horas de trabajo con un solo franco a la semana. Muy parecido a un peón de taxi.
También piden una aplicación para remises como la Movi Taxi, pero también está en estudio. “Todavía en la ordenanza dice que funcionamos llamando por teléfono como hace un siglo, y no podemos levantar gente por la calle”, cerró Gordo.