Escribo esto como compañera de un guerrero que cada día, después de 41 años espera su honor y reconocimiento por parte del Estado Argentino, el mismo Estado que en 1982 los mandó a una guerra, ese Estado que les dio permiso de matar pero que no se encargó de desarmarlos, psicológicamente continúan con su fusil de guerra bajo el brazo, esperando al enemigo, y siguen su lucha, su eterna espera, mientras muchos de ellos fallecen, mientras la adrenalina en algunos casos es su cotidianeidad.
El estrés postraumático de guerra manifestado por ejemplo en una enfermedad de la piel llamada vitiligo, el dormir con remera y tapado hasta la cintura, siempre listo para el combate, en estado de insomnio permanente.
El estar en cualquier lugar y momento y percibir volar un helicóptero o avión y salir corriendo a verlo, buscarlo y describir los metros de distancia a los que se encuentra y qué es lo que está sobrevolando.
El salir de viaje en moto o estar viajando en auto, tren, avión y remarcar las salidas de emergencia y seguridad. El haber defendido la patria, dado su vida por nuestro amado y querido país, en el conflicto de 1982, en dónde no sólo las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur entraron en combate sino que la isla de Tierra del Fuego también sufrió ataques y aquí el tema en cuestión, como para que todos entendamos, nosotros los ciudadanos comunes, los que seguramente tuvimos un vecino, conocido o familiar al que le tocó ir a la guerra.
A mi compañero y sus camaradas, pertenecientes al Batallón de Infantería de Marina N° 1, les tocó actuar en tres frentes, Malvinas, Georgias del Sur y Tierra Del Fuego, siendo que en éste último territorio nunca estuvo en disputa su soberanía.
Ellos defendieron el territorio argentino del ataque británico (Operación Plun Duff) en la Isla de Tierra del Fuego.
La #leytoas de la que tal vez escuchaste hablar: "El proyecto de ley TOAS, que lleva el número 0505, tiene como objetivo dar justicia a los 9500 soldados conscriptos que estuvieron desplegados dentro de la zona del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur, en el litoral marítimo patagónico".
Hay que entender que nuestro territorio argentino estuvo en riesgo, secretos de estado que quieren que se silencien, pero claro hoy ya es momento de hablar.
Por eso si viajas a la Patagonia o a Tierra del Fuego las personas tienen un reconocimiento hacia los soldados que estuvieron en el conflicto de 1982, lo vivieron.
Como compañera desde hace 11 años de Carlos Andrés Tear, que llevaba su historia sólo en sus venas, que durante 30 años estuvo en modo pausa, y luego logró reencontrarse y compartir con sus camaradas, juntarse e identificarse en cada acto de vida, una misma historia, una espera eterna, compañera que acompaña y que hoy quiere que todo nuestro país y el mundo sepa que hay personas que por un número que les tocó cuando tenían 18 años, tuvo que realizar la colimba y justo sin saberlo, los llevaron a un lugar lejano, muy extremo y frío y se encontraron en un contexto bélico.
¿Quién repara ésta historia?
¿Quién puede darles su reconocimiento y honor tan merecido?
¿Por qué algunos sí y otros no?
Será mucho darle su reconocimiento a nueve mil, diez mil personas más, para un país que tiene una superficie de 3.761.274 km² y 46.044.703 habitantes?
Los derechos humanos, abreviado como DDHH, son aquellos «instrumentos fundamentados en la dignidad humana que permiten a las personas alcanzar su plena autorrealización» Merecen que les devuelvan su dignidad.
1.Cualidad del que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad, seriedad y con respeto hacia sí mismo y hacia los demás y no deja que lo humillen ni degraden
2. Cualidad de la cosa que merece respeto.
Siento destrato por parte del Estado. Quién debe accionar su causa que está a través de un abogado, el mismo que logró que las enfermeras sean veteranas y no los enfermeros, a través de no se qué juez?
Ésta es una larga historia, tengo que resumir, es una película de guerra....
Algunos de ellos, como mi compañero, fueron reconocidos veteranos y luego por un decreto en el gobierno de Raúl Alfonsín dejaron de serlo. Una película de terror...
Pero para que el final sea feliz, les cuento que Carlos me transmitió el valor por la vida, el disfrutar de cada momento, el no hacerme problema por cosas solucionables, solo de la muerte no se vuelve, el que en pandemia cuando yo me puse mal por vivir en un departamento pequeño me dijo, " yo viví un mes y medio en una trinchera de metro y medio a veinte grados bajo cero".
El que me llevó a recorrer cada rinconcito de nuestro país a través de su editorial de mapas y rutas, el que buscó hacer mapas para encontrarse, el que estudió Ciencias Políticas para saber ¿a quién se le ocurrió Malvinas?" Y hoy es historiador de la guerra, el que me llevó a metros de su trinchera para que conozca donde estuvo en Río Grande, Tierra del Fuego
El que cada día me sorprende con su capacidad de hacer y darlo todo, el que agasaja, festeja y brinda por la vida, el que se cree Rambo y vive a 220.
En tiempos de diversidades, tengamos empatía. Pido a quien quiera, acceda, a quien crea que puede mover una pieza de éste escenario de posguerra, para cambiar la historia de nuestro pueblo argentino, que pueda reconocer y dar justicia a nuestros héroes de la patria, dándoles simplemente su honor y reconocimiento, para que puedan vivir el resto de sus vidas en paz. Gracias
Laura Rodríguez