Si bien hay una ley que prohíbe los escapes que generan ruido es improbable que un policía de tránsito los pare y los multe o confisque la moto. El domingo de la semana pasada, mi nieto de siete meses despertó atormentado por el escape de una moto, el ruido era intolerable a los oídos. Durante las siguientes horas estuvo llorando acongojadamente, estábamos almorzando en casa de unos amigos y tuvimos que irnos porque el llanto de mi nieto era ininterrumpido y el resto de la gente intentaba pasar un domingo tranquilo. Este incidente, imagino que debe suceder con frecuencia, lamentablemente las autoridades no se ocupan de resolver el asunto. Sobre las avenidas se ven frecuentemente motos a alta velocidad, incluso corriendo carreras y con el escape a todo ruido. No es difícil sancionar a estos conductores casi psicóticos y retener sus motos hasta que les pongan un escape normal. Parece increíble que un trabajo sencillo, como es guardar el orden de las motocicletas, no se les ocurra a los funcionarios. He visto retenes que paran a los motociclistas, para pedirles la documentación y ni se les ocurre revisar si el escape está libre y atormentando a los peatones. Espero que las autoridades en el futuro se ocupen de este asunto más que de brillar en política. No dudo que tomar medidas que terminen con estos ruidos los favorecerá políticamente.