Con referencia a la carta de lectores titulada "La muerte no mejora ni empeora (II)", del jefe de
la sección Policiales de La Capital el diálogo que estamos manteniendo con el periodista sí nos
parece trascendente y no desearíamos calificarlo como el “de los matrimonios
desavenidos”, porque el auténtico destinatario del mismo es la comunidad lectora del diario.
A nuestro entender y con la posterior colaboración del periodista, se ha conseguido el objetivo de
reflejar aspectos esenciales de la profesión y de esa forma evitar que la comunidad lectora, a
partir de texto y titulado estridente, adopte posiciones o conceptos descalificantes de un colega
fallecido. No queríamos que el abogado que defiende al defraudador, al genocida, al violador, al
narcotraficante o al delincuente común sea confundido con su defendido y se le extienda el
descrédito.
La historia de la humanidad y nuestra historia reciente dan cuenta de la cantidad de abogados
que fueron puestos en la misma bolsa con sus clientes y que fueron víctimas de agresiones y hasta
perdieron la vida por haber defendido a personas o causas que los violentos, intolerantes o
totalitarios no compartían o combatían. Nadie tiene soberanía sobre los modos en que la comunidad
recibe la información periodística, sin embargo es innegable la trascendencia de los medios de
comunicación como formadores de opinión o de imágenes o desintegradores de trayectorias; es por
ello que agradecemos públicamente la generosidad de La Capital al brindarnos la oportunidad para
expresar nuestro punto de vista, que es compartido por decenas de letrados que nos recomendaron no
quedar callados. Por ello reiteramos, la muerte no mejora ni empeora, pero todos tenemos derecho a
que se preserve nuestra auténtica memoria y los abogados también.
Arturo Araujo
Presidente del Colegio de Abogados de Rosario