La polémica generada en torno del tren bala me retrotrajo al año 1992, cuando en España se inauguró
el ave Madrid-Sevilla. Mucho se dijo entonces sobre el fracaso de una obra tan cara. Con el tiempo
se convirtió en uno de los trayectos más utilizados y rentables de la red ferroviaria española.
Casi 20 años después la red de alta velocidad sigue creciendo por toda la geografía española y no
hay ciudad que no pida ya la llegada del tren bala, como lo llaman ustedes. El funcionamiento es
impecable, los precios son accesibles y más aún si se reservan con antelación. España es un país
mediano y quizás por eso se ha apostado por la alta velocidad, los trayectos en avión son más caros
y no es tanto el recorte en el tiempo. Quizás en el caso de Argentina, con sus enormes distancias,
es desaconsejable el desarrollo de la alta velocidad en toda su geografía, pero sí puede resultar
satisfactorio que las tres ciudades más grandes del país, y no tan alejadas unas de otras, estén
conectadas con el tren. Son zonas muy pobladas, no faltarán clientes y la economía lo agradecerá.
Antonio Cortina de Castro (Madrid, España)
acdecastro@yahoo.es