Serie/Crítica de "The Crown" - Temporada 4: Dios salve a la reina (y a Olivia Colman)
Calificación: Buena. Intérpretes: Olivia Colman, Tobias Menzies, Emma Corrin, Gillian Anderson y Josh O'Connor.
Creador y guionista: Peter Morgan. Género: Drama biográfico. Emisión: Netflix.
22 de noviembre 2020 · 03:15hs
¿Qué es mejor que un culebrón? Un culebrón sacado de la vida real. Y “The Crown” es eso. Y mucho más su cuarta temporada. Una telenovela— con un envidiable despliegue de producción, una narración ajustada y grandes actuaciones—, pero una telenovela al fin. Por eso había tantas expectativas con esta nueva temporada: la reina Isabel II es siempre el centro de la historia, pero aquí entran en juego Lady Di y Margaret Thatcher, dos polos opuestos que durante décadas generaron tanta fascinación como rechazo. El cuento de hadas hecho pedazos de Diana Spencer ya había sido reflejado por libros, películas y documentales. Y así y todo se esperaba la versión de “The Crown” del asunto, como una suerte de “telenovela no oficial” de la historia.
Los tics de Peter Morgan —creador y guionista de la serie— se conservan intactos en los nuevos capítulos: la literalidad de los diálogos, la puesta en escena excesivamente prolija y esa estructura narrativa tan precisa como rígida. La adolescente Diana Spencer aparece en escena enseguida marcando la diferencia: un personaje joven y cuasi plebeyo en “The Crown”. Con sueters coloridos y sin maquillaje. Qué frescura. Pero va a durar poco. La boda con Carlos se arregla a los porrazos, mientras él sigue fascinado con su ex novia (Camila Parker Bowles), y la inocente Diana se convierte en Princesa de Gales pensando en que todo cambiará para mejor.
Morgan moldea a Lady Di como un personaje prácticamente unidimensional. Hay un énfasis excesivo en mostrarla como víctima, con sus reacciones desesperadas, su bulimia y su búsqueda de comprensión y afecto en un ámbito cínico. Sin embargo, y afortunadamente, la actuación de Emma Corrin logra correrla de ese lugar estanco y le aporta varios matices. Por otro lado, el príncipe Carlos se convierte automáticamente en victimario: machista, autoritario, infiel y celoso. Aunque se sabe que en “The Crown” la culpa no es de nadie, ni siquiera de la reina: por encima de todo está “la corona”, como una especie de sistema que condiciona y justifica a sus criaturas desde la cuna hasta la muerte.
El “caso Thatcher”, por su parte, es inversamente proporcional al “caso Lady Di”. Acá la Dama de Hierro no se presenta como la villana de rigor. Morgan trata de reflejar también su costado vulnerable. Pero lamentablemente todo se echa a perder por la actuación de Gillian Anderson. Anderson no interpreta, imita. Imita a tal punto que su Margaret Thatcher parece pensada para una sátira. Exagera su tono de voz lento, su respiración entrecortada y su postura encorvada. Cada vez que asoma en la pantalla molesta. Es una distracción, rompe el clima dramático.
Además, los que entren en la serie para ver cuál es el enfoque sobre la Guerra de Malvinas van a salir desilusionados. El conflicto se aborda de manera muy superficial, como una maniobra distractiva de Thatcher para apuntalar su imagen pública. Acá el acento está puesto en las políticas de ajuste de la primera ministra, el desempleo y el clima social agitado de esa época.
Curiosamente, lo mejor de la cuarta temporada de la serie es una paradoja. Si bien Diana y Thatcher prometían comerse la pantalla, nunca consiguen eclipsar a la reina. Y la reina no es sólo Isabel y su rica historia. Acá la reina es Olivia Colman, una de las mejores actrices de las últimas décadas. Colman ni siquiera necesita parecerse físicamente a la monarca. Le alcanza un gesto, una mirada y unas pocas palabras para encarnar todo lo que su personaje es y significa.
The Crown Temporada 4 (2020) Netflix Serie Tráiler Oficial #3 Subtitulado