El Premio Futurock Novela se presenta como el concurso literario más importante de la edición independiente en el país. Desde sus comienzos, en 2019, y con su sexta edición en marcha, convoca anualmente a centenares de autores de todo el país en la búsqueda de nuevas voces. Los ganadores del año pasado, José Ignacio Scasserra, por “San José dormido”, y Luz Pearson, por “Antártida”, vendrán a Rosario a presentar sus libros. La cita es este viernes, a las 18.30, en Mal de Archivo (Urquiza 1613), con entrada libre y gratuita.
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Un premio que abre puertas
Según ellos mismos describen, a la editorial la mueve una premisa contundente: “Es hora de que una nueva generación escriba un nuevo mundo”. En ese sentido, la idea del certamen surgió como una puerta de entrada hacia el inconmensurable mundo de la ficción argentina.
“Veníamos publicando no ficción o cuestiones que tenían que ver con la investigación periodística, lo cual obviamente nos resultaba más cómodo por el propio origen que tiene la editorial. Cuando apareció la voluntad de empezar a publicar ficción, no teníamos demasiada certeza respecto de por dónde empezar. Entonces, de manera un poco espontánea surgió la idea de realizar un premio, también porque nos dábamos cuenta de que no había muchos ni instancias parecidas”, contó a La Capital Leila Gamba, directora de la editorial.
“Haciéndolo nos dimos cuenta que tenía una importancia realmente grande, porque los circuitos de publicación de ficción están cada vez más cerrados sobre sí mismos. Eso también tiene que ver con las dificultades que tiene hoy el sector editorial, y la cultura en general. A la vez, este es un país en el que se escribe mucho y eso lo verificamos año tras año, porque cada vez llegan más novelas. Y cada vez las novelas son de mayor calidad”, sumó.
De ese modo, el premio permitió darles visibilidad a voces literarias muy diversas y muy particulares de todo el país. “Salvo alguna que otra excepción, es que han ganado autores que nunca habían publicado, que tenían entre manos novelas buenísimas y que probablemente no hubieran visto la luz, o les hubiese llevado mucho más tiempo publicar en una editorial con distribución nacional. Eso siempre nos pone muy contentos”, afirmó Leila.
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A lo largo de cinco ediciones, más de 3.500 escritores de la Argentina y Uruguay presentaron sus obras inéditas para ser evaluadas por las escritoras y escritores más importantes del país. Por el jurado pasaron autores como Mariana Enríquez, Gabriela Cabezón Cámara, Claudia Piñeiro, Sergio Bizzio, Fabián Casas, Martín Kohan y María Moreno, entre muchos otros.
La sexta convocatoria está abierta y hay tiempo para participar hasta el 18 de agosto. Las bases y condiciones se pueden consultar en la web de la editorial y el resultado será anunciado en octubre. Además de la publicación, la obra ganadora será reconocida con un premio de 4 millones de pesos. Esta vez, el jurado estará compuesto por Esther Cross, Mariano Quirós y Daniel Guebel.
Las novelas ganadoras
En 2024, el premio recibió más novelas que nunca: más de mil escritores de todo el país enviaron sus manuscritos, que fueron evaluados por Julián López, Carla Maliandi y Alan Pauls. “San José dormido”, de Scasserra, resultó ganadora y “Antártida”, de Pearson, fue reconocida como primera mención.
“Nos queda un catálogo medio extraño, porque las novelas que publicamos no se parecen. Las editoriales en general tienen catálogos más cerraditos. El nuestro no lo es tanto, pero vemos un valor ahí porque habla del origen diverso de esas novelas. Nos entusiasma bastante seguir haciendo crecer ese catálogo y ver hacia dónde va”, subrayó Gamba.
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Esta diversidad queda de manifiesto en las dos últimas novelas premiadas, que se presentarán este viernes en Rosario. En “San José dormido”, una pareja de varones gays hace cuarentena en un convento de monjas, en un pueblo de la pampa cordobesa. “Antártida, el viaje de una cobarde”, narra en primera persona a una mujer cautiva, casi congelada, que sufre todo tipo de abusos y violencias.
Además de las distancias evidentes, las obras difieren también en tono, en estilo, en el estado de ánimo que propician o proponen. Y además de tener en común la editorial y el premio, las dos son primeras novelas de sus autores. Pearson ya llevaba publicados poemas, cuentos y obras de teatro. Scasserra no tenía obras literarias con su nombre, pero sí algunas tesis y papers académicos.
“De chico me gustaba el arte en general y crear cosas, pero en mi casa no había instrumentos musicales ni acceso a pensar en escribir una película o una obra de teatro. Tenía un procesador de textos en la computadora y así empecé a escribir”, contó José Ignacio, docente, investigador y doctor de Filosofía, formado gracias a una beca del Conicet.
En 2019 se sumó al taller “El cuaderno azul”, que facilita Juan Sklar, y en ese espacio empezó a tomar forma “San José dormido”. En principio, fueron algunos cuentos que contaban la historia de Lucas, el protagonista.
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“Después de la pandemia apareció la posibilidad de encerrar a esos dos personajes en un convento, y que toda la historia se dinamice ahí. Por eso me gusta decir que no es una novela de pandemia sino que la pandemia es una excusa para encerrar a una pareja gay en un convento de monjas, que es la premisa de la novela”, detalló el autor.
En el libro premiado hay humor, erotismo, miedos nuevos y viejos, mandatos externos e internos. Todo eso se conjuga en una narrativa ágil y eficaz, que también pone el foco sobre entre las distancias todavía insondables entre lo rural y lo urbano. Cada uno de los catorce capítulos es un día de encierro (las famosas cuarentenas de dos semanas en la pandemia de Covid), en el que el pasado engrosa el presente en forma de recuerdos. La localidad de Jovita y el convento de San José de Pinerolo son tan protagonistas como los dos hombres que se desencuentran en ese encierro forzado.
“Es fundamental porque hace al extrañamiento y al choque de mundos. Es un novela que busca construir la posibilidad de pensar convivencias posibles entre aquello que es extraño. Y que sean monjas rurales y dos maricones sin dudas ayuda. Si la novela tiene algo de potente quizás sea eso, porque es lo que más nos está faltando hoy, la capacidad de convivir con aquello que es diferente”, apuntó José.
“Curiosamente, eso ayuda también a generar un punto de unión. El primer momento que tiene Lucas de lucidez y entiende que su marginalidad no es la única, que lo que él sufrió no es el único sufrimiento, es cuando ve que a estas monjas las persiguieron por hablar piamontés. Ahí se atisba una primera alianza entre minorías, que es un poco lo que viene a terminar de plantear el texto”, agregó el autor.
Scasserra se había presentado varias veces al premio de Futurock con distintas versiones de la novela, siempre trabajadas codo a codo con sus compañeros del taller. Por eso, cuando finalmente quedó seleccionado como finalista y resultó ganador, no sólo fue un reconocimiento a la forma final de “San José dormido” sino a todo ese camino recorrido. Y llegó como una “soga necesaria” en el momento en que que estaba abandonando el mundo académico “no por voluntad propia” sino como resultado del vaciamiento del sistema científico nacional llevado adelante por el gobierno de Javier Milei.
“Es una alegría inmensa en la que todavía no termino de caer. Me cambió la vida el premio, porque no es es solamente publicar sino que te ingresa en una conversación que es la literatura argentina, una conversación maravillosa. Y con mucha humildad, porque es una primera novela. Pero te motiva, porque me movilizó a seguir escribiendo y buscar historias. También confirma que todo el laburo vale la pena después de tantos años de intentar”, cerró el escritor.