"Los 8 escalones del millón" es la carta de triunfo que reclamó Marcelo Tinelli desesperadamente para salvar a "ShowMatch" de la debale que sufrió este 2021 en el rating. Lo pidió y lo tuvo. Pese a ello, y a las buenas mediciones del programa que conduce Guido Kaczka, "La Academia", más allá de uno que otro escandándalo prefabricado, despertó poco interés en la audiencia que huele al formato como vetusto y agotado.
Así y todo, el envío que popularizó Hugo Sofovich a mediados de los 2000 siguió su carrera de éxito sin inquietarse por qué programa lo anteceda o lo suceda, como sucede ahora con el tanque de Pol-ka, la tira "1-5/18", que con producción de Adrián Suar y los protagónicos de Agustina Cherri, Esteban Lamothe y Gonzalo Heredia, entre otros, devolvió la ficción al prime time tras el parate obligaod por la pandemia de coronavirus.
A su menú habitual de participantes inteligentes, jurados empáticos e invitados de lujo, le sumó este martes una convocatoria inesperada: María Kodama, quien fuera la pareja de Jorge Luis Borges y la responsable de proteger su legado personal. Su aparición en el jurado del certamen sorprendió, porque a primera vista no parecía que una mujer de la cultura como ella encajara en un envió que apuesta decididamente al entretenimiento.
Pero funcionó y cómo. Desde su presentación, que leyó Kaczka palabra por palabra: “Escritora, maestra, profesora, ella cuida celosamente algo que es patrimonio de la Argentina y del mundo: la obra de Jorge Luis Borges”, hasta sus ocurrencias, que la revelaron como un personaje ocurrente y, aunque el gran público no lo creyera hasta anoche, con una sensibilidad natural para el juego mediático y las cámaras de TV.
Primero lo primero: el responsable de que Kodama estuviera en el programa fue su conductor, quien en más de una oportunidad hizo pública su admiración por el escritor argentino, autor de "Ficciones" y "El Aleph", entre otros clásicos de la literatura universal. Por ese motivo, se empeñó en lograr que la viuda del escritor quien formule las preguntas acerca de su vida y su obra. Y lo consiguió, para su fortuna y la del público.
Kaczka contó cómo llegó a Borges y se entusiasmó con su literatura. Y no solo eso se dio el gusto de evacuar algunas de sus dudas sobre la obra del gran escritor argentino con quién más lo conoció y lo valora. “A veces se trata de intentar a Borges, siempre con un diccionario y libros de historia al lado. ¿No es cierto, María?”, preguntó el conductor de "Los 8 escalones" y le dejó picando a Kodama la oportunidad de contar quién era su esposo.
“No solo con la obra de Borges, sino en toda relación humana, lo primero es sentir. Si uno no siente hay que esperar porque nuestra mente todavía no está lo suficientemente entrenada para aprender eso con los sentidos”, respondió Kodama, quien a lo largo de los años defendió con uñas y dientes le legado de Borges, con la mira puesta en las nuevas generaciones y, sobre todo, en el valor de su obra.
También confesó su fascinación por los cuentos del autor de "Las ruinas circulares" y contó una anécdota. “Cuando yo tenía 8 años, cayó un libro de Borges y yo no sabía quién era. Lo abro y leo ‘nadie lo vio desembarcar en la unánime noche’. Yo pensé ‘Dios mío qué es esto’. No entendí nada, pero fue tan impresionante porque su prosa tiene un ritmo y ese ritmo me fascinó”, relató Kodama.
“Él explicó que cuando trabajaba en la Biblioteca Miguel Cané, lo único que quería era llegar a su casa para escribir ese libro. Dijo ‘lo terminé en una semana, nunca ni antes ni después pude escribir algo con esa intensidad’. Esa intensidad es la que sentí a los 8 años. Y la sentí sin entender intelectualmente nada de ese cuento. A tal extremo me fascinó que si hubiera que quemar todas sus obras, esa sería la única que conservaría”, añadió en tono confesional.
En el último bloque del del programa, Kodama les preguntó a los finalistas: “¿Cuál es para Borges la gran pasión argentina? Y, según dijo, ‘quizás la única’”. Pero ninguno supo acertar: la amistad. Luego, ya en el último escalón, el interrogante fue qué libro de poemas editó en 1923. Y fue Fernando quién respondió "Fervor de Buenos Aires" y se llevó el millón de pesos. Tras el festejo, Kaczka se acercó a Kodama para agradecerle por aceptar la invitación.
Para sorpresa de todos, los que estaba en el estudio y los espectadores en sus casas, en el momento culminante del envío, cuando el conductor le entre el cheque por el millón de pesos al gandor y explotan los papelitos, Kodama sacó su teléfono móvil y como si fuera una millennial grabó el momento y lo atesoró, además de sus recuerdos, en la memoria de su celular.