La Emilia.— La planta industrial de armado de motos Motomel cerró
intempestivamente sus puertas tras un conflicto laboral que comenzó el lunes, cuando sus 440
empleados decretaron un paro por 48 horas para reclamar un incremento salarial de alrededor del 30
por ciento. Luego del feriado del miércoles, la empresa respondió con el envío de 100 telegramas de
despido y el cierre de la planta que funciona en esta localidad cercana a San Nicolás, la que sigue
sin abrir.
Mientras un grupo de empleados monta guardia en el exterior
del edificio —que durante décadas ocupara la ex fábrica textil La Emilia— directivos de
la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de San Nicolás aseguraron que "existe diálogo" con los
empresarios y estimaron que mañana la planta "podría" reabrir sus puertas.
"Se ha iniciado el diálogo respecto de los despedidos, y se
ha avanzado al punto de que algunos de ellos tienen posibilidad de ser reincorporados. Otros
podrían acogerse a un retiro voluntario con la indemnización que les correspondería. Estamos
dialogando sobre esa base", reveló ayer Fabián Gigli, de la comisión directiva de la UOM
nicoleña.
El conflicto se inició luego de que los operarios
reclamaran un incremento de los salarios básicos, para pasar de 1.200 a 1.600 pesos mensuales.
"Esto no se definió, porque los empresarios alegan que van a esperar el desarrollo de la paritaria
para el sector", señaló Gigli.
Competitividad. En la planta de Motomel se ensamblan mensualmente unas 7 mil
unidades de 35 modelos de motovehículos que produce la empresa, con partes importadas de China en
su gran mayoría.
Sin embargo, el libre ingreso al país de motocicletas ya
armadas en el sudeste asiático —especialmente chinas— afectó la competitividad de esta
firma de capitales nacionales que emplea a unos 600 trabajadores en sus plantas de La Emilia y San
Luis.
"Efectivamente —corroboró el gremialista—,
Motomel está perdiendo competitividad por el libre ingreso de motos armadas afuera, en una
situación similar a la de la década del 90".
Tan así es que ni siquiera la incorporación de un
porcentaje de componente nacional en el armado de los motovehículos podría resolver este grave
problema, habida cuenta de que el costo de fabricación de un chasis local duplica a los importados
desde China, según experiencias realizadas por Motomel.
Mientras aguardan que la planta reabra mañana sus puertas,
un grupo de obreros apostados en el ingreso fabril apeló a "la solidaridad de los pueblos emiliano
y nicoleño" porque, sostienen, su lucha "es la lucha es la de todos".
"Hace más de un mes que peleamos por un aumento salarial.
No sólo no lo conseguimos, sino que nos respondieron con 100 telegramas de despidos", se
indignaron. l