Santiago del Estero (enviado especial).-Abel Balbo es uno de los productos más destacados surgidos de la fábrica sin humo que hizo grande y transformó a la cantera rojinegra en una marca registrada de trascendencia internacional. Como jugador, su espíritu lo llevó a cruzar el océano y forjar grandes conquistas. Su talento y su capacidad goleadora lo elevaron de nivel y le permitieron disputar tres mundiales y dos copas América. Y como entrenador está tratando de darle caudal a un recorrido que lo motiva.
“Me gustaría dirigir Newell’s o la Roma, pero ahora estoy muy enfocado acá, en Santiago del Estero”. En una extensa charla con Ovación, el técnico que está a punto de comenzar su segunda etapa conduciendo Central Córdoba, confió el arraigo emocional que lo ata a su club de origen y desde esa plataforma analizó el encuentro de este jueves.
—Los dos equipos están en etapa de armado todavía, ¿cómo te imaginás el partido de arranque de la Copa de la Liga con Newell’s?
—Los primeros partidos de cada torneo son una gran incógnita para todos. Uno nunca sabe cómo está parado uno y tampoco el rival. Son situaciones en que muchas veces salen defectos por la falta de trabajo. Para mí, Newell’s es un equipo muy competitivo. Respecto a nosotros, tiene la ventaja de que cambió pero no tanto como nosotros que trajimos 18 jugadores. Tiene una base del ciclo anterior que ya vienen jugando juntos. Será un partido complicado para nosotros y también para Newell’s. En estos primeros partidos puede pasar cualquier cosa. No nos conocemos nosotros y tampoco los rivales.
—Desde hace un tiempo a Newell’s le cuesta de visitante, ¿creés que eso puede influir?
—Son cosas de épocas. Arranca un torneo nuevo y todo es distinto. Para mí Newell’s tiene un equipo competitivo y puede sacar buenos resultados de visitante también.
—¿A quién le cambia la hoja de ruta por jugar en el Alfredo Terrera y no en el Madre de Ciudades?
—Yo prefiero jugar en el Madre de Ciudades, por una cuestión de dimensiones. Es más grande, hay más espacios, y nosotros tenemos jugadores rápidos y jugamos mejor con espacios. Lógicamente, siendo más grande la cancha, todo es más difícil, marcar y cubrir los espacios para los rivales, pero nos toca jugar los tres primeros partidos de la Copa de la Liga en nuestra cancha porque el Madre de Ciudades tiene el césped en reparación. Jugaremos ahí, nos adaptaremos y enfrentaremos las dificultades que van a encontrar también los rivales.
—¿Qué perfil le puede dar Larriera a Newell’s?
—A él no lo conozco tanto, pero he visto los amistosos. Me parece que tiene una propuesta ofensiva, acorde a lo que es Newell’s como tradición. Newell’s tiene un equipo competitivo, y yo le deseo toda la suerte. Todo el club necesita un buen año, sobre todo después del título de Central. Ojalá le vaya muy bien este año.
—¿Hay una presión por la diferencia de momentos y contextos?
—Yo sé muy bien cómo es Rosario. Este es un momento complicado. Al haber salido campeón Central le mete mucha presión a Newell’s. Ojalá tenga Newell’s un año extraordinario y logre más tranquilidad.
—¿Cómo es tu relación con los hinchas de Newell’s?
—Cuando voy a Rosario, o cuando me cruzo hinchas en algún lugar, siempre me tratan muy bien. Ayer encontré uno acá en Santiago que se paró con la moto y casi lo choca un auto por venir a saludarme. Yo soy hincha de Newell’s y siempre sentí que me tratan con mucho afecto. Y desde ese lugar siempre quiero lo mejor para el club. Hoy seremos rivales sólo por 90 minutos, pero después siempre habrá un vínculo muy fuerte.
—¿Esperás algún día ser el técnico de Newell’s?
—Uno nunca sabe. A lo mejor aparece una chance, a lo mejor no. La verdad es que nunca estuve cerca, nunca me buscó Newell’s para que sea el entrenador, así que ahora estoy acá, muy enfocado en este club, con un año de contrato y la idea es hacer algo más largo. Las cosas van muy bien, y ahora no pienso en eso.
—¿No te ponés objetivos para dirigir otro club más grande o ir a Europa donde tenés contactos?
—No. Tengo en claro que en esto hay que ir despacio. Y primero tenés que hacer un buen trabajo donde estás para pensar en otra cosa. Lógicamente, el día de mañana me gustaría dirigir Newell’s o la Roma, que son equipos que yo quiero mucho, pero ahora estoy muy enfocado acá, en Santiago del Estero. En este momento lo mío es pensar sólo en que Central Córdoba tenga un buen año y no tenga problemas con el descenso.
—Hace pocos días murieron Griffa y Puppo, dos símbolos del Newell’s cantera del que vos saliste. ¿El club tiene que seguir por el camino que marcaron esos referentes?
—Newell’s tiene que tener gente capaz, que conozca lo que hace. Encontrar otro Griffa será muy difícil porque fue un maestro de maestros, y nos ayudó mucho. A mí personalmente me ayudó muchísimo en mi carrera y a todos los chicos de esa generación. Lo mismo Puppo. Son gente del club, extraordinaria como personas y por su conocimiento de fútbol. Nos ayudaron a crecer como futbolistas y como personas, y nunca nos vamos a olvidar de ellos.
—¿En qué momento te sentís como entrenador?
—Acá me encuentro muy bien, ya conocía el ambiente y me dejan trabajar con tranquilidad. Uno va creciendo en todos los aspectos y se apoya en las experiencias buenas y en las malas. La última experiencia de Estudiantes (que no fue buena) me enseñó mucho, me fortaleció y hoy me siento muy motivado en el lugar donde estoy. Estoy muy tranquilo porque nuestra idea de juego es buena y sabemos que va a funcionar. Tengo la suerte de que acá los dirigentes confían en mí por el buen trabajo que hice la vez anterior y se volvió a abrir una puerta importante para mí. Saben que estoy acá para ayudar desde mi rol. Me dan mucha libertad para trabajar y eso no se consigue fácilmente en el fútbol actual. Acá soy feliz, me gusta lo que hago, y en esta segunda etapa me dieron la libertad para elegir los jugadores y confían a pleno en mí. Yo tenía varias opciones para seguir mi carrera como DT pero elegí este club por estas cosas, porque sabía que iba a encontrar la tranquilidad y el respaldo para trabajar a mi manera.
—¿Qué cosas buenas tiene el Central Córdoba que dirigiste antes y querés repetir?
—Nuestra propuesta de juego es siempre la misma. Buscamos un juego de protagonismo, veloz, tratando de jugar de igual a igual en todas las canchas. En mis equipos de los 10 jugadores de campo siete son ofensivos y la idea es muy clara. Lógicamente, para jugar de esta manera hay que saber defender bien y por eso estos procesos llevan tiempo de práctica y de funcionamiento. Y además se necesita el compromiso total de todos los jugadores, porque para mí, los 11 atacan y defienden.
—¿Qué creés que le falta a Santiago del Estero para afirmarse en la escena del fútbol nacional?
—Tiene que surgir la convicción de que se pueden lograr cosas importantes. Veo que acá hay poco convencimiento en ese aspecto. Y la vez anterior lo había notado, y sigo con la misma idea. Y también hay que profesionalizar todo un poco más. Este club está trabajando en ese sentido, pero hace poco que está en primera y lógicamente no tiene la experiencia de un club que hace 60 años está en esa categoría. Trabajamos para cambiar esa mentalidad, y estamos tratando de ayudar al presidente para que el club crezca y se profesionalice en todas sus áreas. Tiene que surgir que se pueden lograr cosas importantes siendo Central Córdoba.