Unidos para Cambiar Santa Fe va no sólo por el gobierno sino por manejar una de las llaves de la gobernabilidad: la mayoría en la Legislatura. Con ese objetivo, la alianza puso primera hacia las generales con una foto que reunió a Maximiliano Pullaro y Gisela Scaglia, candidatos a gobernador y vice, la ganadora de la interna de diputados, Clara García, y el resto de los integrantes de la boleta para la Cámara baja.
La postal de unidad se montó este miércoles en el Club Marinas, en el puerto de la ciudad de Santa Fe. Allí posaron el gran ganador de las primarias del 16 de julio con los integrantes de la lista, en la que están contenidas las distintas patas de la coalición que agrupa a la UCR, el Partido Socialista, el PRO, Creo, UNO, GEN, PDP, ERF, Ucedé y Unir.
En la cabecera de la mesa se sentaron Pullaro, Scaglia, García y quienes ocuparon el primer lugar en las otras listas para Diputados: José Corral, Dionisio Scarpin y Antonio Bonfatti.
“Ya estamos trabajando 24x7 para garantizar, desde la Cámara de Diputadas y Diputados, la gobernabilidad de la gestión de Maxi Pullaro. Unidos, Santa Fe Puede”, escribió García en su cuenta de Twitter.
Todos aprovecharon la oportunidad para tomarse fotos con Pullaro. Suman al álbum personal que cada uno va armando en las redes sociales. También sirven para reforzar el voto en el territorio.
“La reunión fue muy cordial”, dijo a La Capital uno de los asistentes a la reunión. El clima es de confianza, pero no quieren relajarse. “Cuchillo entre los dientes”, señalaron en modo Cholo Simeone.
En la pelea por la Gobernación la ventaja luce irremontable. Frente por frente, Unidos sacó 546 mil votos más que el peronismo: 980 mil contra 434 mil. De hecho, Pullaro solo obtuvo más votos que los cuatro precandidatos justicialistas juntos: 506 mil.
Más abierta parece la competencia en Diputados. En esa categoría la alianza opositora sacó 91 mil votos más que el peronismo, donde el gobernador Omar Perotti fue el candidato más votado.
Son varios los factores que llevan a los referentes de Unidos a ser cautos. A la probada resiliencia del peronismo, y el hecho de que maneja las palancas del gobierno provincial, se suma una mayor competencia.
Tanto por derecha, con Amalia Granata, quien fue la segunda candidata individual más votada en la categoría, y Juan Argañaraz, como por izquierda, con Carlos del Frade y Rubén Giustiniani.
No es una cuestión menor: la boleta única convierte a cada categoría en una elección independiente y elimina la tracción por defecto, como sí sucede con la boleta partidaria, de los cargos ejecutivos sobre los legislativos.
En el entorno Pullaro confían en que el ex ministro radical apuntale al resto. “Va a haber un efecto arrastre importante”, indicaron.
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Lo cierto es que la mayoría en Diputados es estratégica para Unidos. Gracias a la cláusula de la mayoría que establece la Constitución provincial, con sólo un voto más que sus rivales Perotti se llevaría 28 de los 50 diputados.
Al igual que sus antecesores Antonio Bonfatti y Miguel Lifschitz, Perotti busca construir en Diputados un polo de poder para que cualquier iniciativa legislativa deba contar con su aval.
La posibilidad de una mayoría propia estimula a todos los sectores internos de la alianza no peronista a trabajar por la victoria.
Si logran los 28 prácticamente todos los socios de la coalición tendrían al menos una banca en la Cámara baja.
De los integrantes titulares de la lista García colocó nueve, Corral ocho, Scarpin seis y Bonfatti cinco.
La foto tuvo asistencia casi perfecta: sólo faltó Ximena García, por un pequeño inconveniente de salud.
Además, Unidos va por el control completo de la Legislatura. Con el mapa desplegado de la provincia, creen que retendrán las siete bancas del radicalismo, confían en sumar Rosario y La Capital y miran con especial atención San Javier, San Lorenzo y San Martín, donde la suma de los frentes favorece al espacio opositor.
“Si hacemos las cosas bien se pueden ganar, va depender mucho de los dirigentes locales”, señala un armador. Con diez bancas lograrían quórum propio en una Cámara donde el no peronismo sólo tuvo mayoría cuatro años, entre 1983 y 1987, en los albores de la restauración democrática.
De acuerdo a la hoja de ruta que trazó Pullaro, hasta las Paso nacionales del 13 de agosto —una parada incómoda para todos en el camino hacia el 10 de septiembre— vendrá una campaña de baja intensidad, con recorridas por las localidades, visitas a instituciones y algunas entrevistas con medios locales.
Una vez que baje la espuma de las primarias, Unidos pisará el acelerador. El objetivo de la campaña corta será potenciarse entre las distintas categorías para conseguir un volumen de poder político inédito, que no tuvo ninguna de las tres administraciones del Frente Progresista Cívico y Social.