En el marco del Día del Preservativo, que cada 13 de febrero visibiliza su importancia a la hora de evitar Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y embarazos no deseados, organizaciones sociales advierten sobre la falta de disponibilidad de preservativos femeninos y campos de látex, lo cual afecta a poblaciones específicas y en general a cualquiera que desarrolle prácticas sexuales por fuera del coito. La agrupación lesbofeminista Las Safinas planteó que frente al desinterés comercial en estos dispositivos, los laboratorios públicos de producción farmacéutica deberían producirlos a los fines de no vulnerar derechos sexuales y reproductivos, y porque están aumentando los tasas de enfermedades como la sífilis, al tiempo que tampoco descienden las de VIH.
“No hay avances en cuanto a generar preservativos para personas con vulva y para determinadas prácticas como el sexo oral. No tenemos otra forma de cuidado si no se apela al campo de látex”, explica María Eugenia Sarrías, presidenta de Las Safinas, asociación que este año cumple dos décadas de vida. La militante social se refiere a una superficie fina que oficia de barrera cuando se practica sexo oral en la vagina o en el ano, o en el caso de frotar genitales. Como no se encuentra en el mercado, la sugerencia es elaborarlo a partir de un preservativo “tradicional”: una vez desenvuelto, se corta el aro de la base y luego en forma vertical, a lo largo. En su página web, la Fundación Huésped detalla cómo hacer uno; también en servicios de salud pública proponen su utilización.
“Nos obligan a recurrir a un dispositivo de cuidado que tiene un formato falocéntrico, es muy difícil en determinados momentos ponerse a hacer bricolaje”, ironiza y añade que si esta dificultad atenta especialmente contra los derechos sexuales y reproductivos de las lesbianas, afecta los de toda la población. En ese sentido preocupa el aumento de casos de cáncer de garganta producto del HPV (virus del papiloma humano) y el contagio de la sífilis, entre otras ITS. “Si no hay interés comercial por desconocimiento y naturalización de la inexistencia de los campos de látex, planteamos que un laboratorio público los fabrique, como ha pasado con otros medicamentos y fármacos”, completa Sarrías.
La presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Rosario, Claudia Varela, ratifica que el único método de barrera al que puede accederse en farmacias de la ciudad es el preservativo masculino. “Hace poco tuvimos una consulta sobre preservativo femenino y confirmamos que no hay existencia en la Argentina”, señala. Y sobre el profiláctico común abunda que “se vende mucho, como percepción y no como registro, ya que es muy difícil tener un conteo de un artículo de venta libre”. Lo llevan personas de todas las edades y géneros; en los últimos diez años su consumo se impuso y estabilizó; pedirlo no es tabú como en otras épocas, resume Varela. La marca líder cuesta 600 pesos y trae tres condones por cajita. No obstante, “hay preocupación por ITS como la sífilis, lo cual habla de un uso inadecuado. O insuficiente. En este momento no hay campañas oficiales que incentiven su uso”, precisa la farmacéutica.
En eso coincide el abogado Jaime Jorquera, de la organización Mesa Positiva y asesor legal de la asociación VOX, que trabaja desde 2001 por los derechos civiles y jurídicos de las disidencias. A la ausencia de campañas de las carteras de Salud se suma “el freno a la educación sexual integral (ESI)”, que no contribuye a que los jóvenes, en especial, vean al condón “como un elemento necesario, fundamental y amigable” sino como una complicación.
“El preservativo no está incorporado como un aliado dentro de las relaciones sexuales, no está erotizado diría (el activista) Cristian Alberdi”, sostiene Jorquera y reclama cambiar de estrategia porque “los informes epidemiológicos dan cuenta de que no se han reducido las tasas de infección de nada”.
El activista seropositivo recuerda que en la sede de Vox se distribuyen preservativos para prevenir las ITS, no solo el VIH. Y que adhieren al reclamo por la implementación de un dispositivo para vulvas, ya que su inexistencia deja desprotegidas a muchas personas que tienen prácticas sexuales fuera del coito. “No se trata solo de entregar forros a tontas y a locas sino de que haya un contexto, de cambiar la mirada preventista por otra más realista. No fomentar los fantasmas y los miedos”, concluye.
Un proyecto de ley espera en el Senado
El Senado provincial tiene para tratar un proyecto de ley que recibió media sanción en la Cámara de Diputados a fines del año pasado sobre Acceso Igualitario a Métodos de Profilaxis para todas las prácticas sexuales, autoría de la diputada Claudia Balagué. La idea es que el Estado provincial no solo garantice el acceso sino que investigue, produzca y distribuya elementos de cuidado y protección de mayor efectividad para toda práctica sexual cuidada. Por ejemplo y en especial, preservativos masculinos y femeninos (intravaginales) y campos o dedales de látex (para vulvas). En el caso de estos últimos, al no estar disponibles, son reemplazados por rectángulos de látex caseros hechos a partir de un preservativo peneano, guantes quirúrgicos o la goma dique (dental dam), material de uso odontológico.