Vanesa Morla, hermana del ex apoderado de Diego Armando Maradona y empleada del “10”, aseguró que todas las decisiones las tomaba el ex capitán de la selección argentina, que “nadie pensó que iba a pasar lo que pasó” en la internación domiciliaria que culminó con su deceso, y denunció que recibió amenazas.
En tanto, las testimoniales de la causa continuaban este jueves por la tarde con la declaración de Rocío Oliva, la ex pareja de Maradona, cuya declaración había sido postergada porque estuvo haciendo aislamiento preventivo luego de haber regresado de un viaje que había hecho al exterior, en el marco de lo que indican las medidas sanitarias por la pandemia de coronavirus.
Oliva llegó pasadas las 12 a la sede de la Fiscalía General de San Isidro, donde no formuló declaraciones en su ingreso, para ser interrogada por los fiscales Patricio Ferrari, Cosme Iribarren y Laura Capra, quienes la convocaron pese a que estaba separada de Maradona desde fines de 2019, algo que según declararon algunos miembros del entorno, lo tenía deprimido al “10”.
El miércoles fue el turno de Vanesa Morla, quien en su declaración testimonial dijo que “todo lo decidía Maradona”, y sobre su hermano Matías Morla, comentó que era “el socio, el abogado y el amigo de Diego”.
La testigo se definió ante los fiscales como la “empleada” de Maradona que a partir de “2016 o 2017” le resolvía “las cosas que necesitaba en el día a día” y que en el marco de esa función es que cuando se decidió la externación de la Clínica Olivos, tras la operación por un hematoma subdural, ella se encargó de conseguir con una agente inmobiliaria de Tigre cinco opciones de casas para alquilar.
Comentó que fue el ex DT de Gimnasia de La Plata quien decidió que se alquilara la casa del barrio San Andrés de Tigre donde falleció de un edema pulmonar y una afección cardíaca el pasado 25 de noviembre.
“Yo las casas se las informé a todos, a Verónica y a Jana. Jana estaba siempre presente. Y hasta sus hermanas, pero igual valía lo que decía Diego de lo cual tengo entendido que él vio todas las casas y eligió una”, comentó.
Sobre esa vivienda, contó que ella fue dos veces antes de la llegada del ex futbolista “para chequear alguna cuestión en relación a las comodidades de Diego” y que si bien en un principio “tenía su habitación en la planta alta” luego se enteró que por una cuestión de “comodidad” se “usó la habitación de abajo”.
En la testimonial, fue el abogado Mario Baudry, quien representa a la querella del hijo menor de Maradona, quien hizo las preguntas referidas a un audio de WhatsApp donde ella dice “lo quieren meter ahí para quedarse con todo”, cuando el médico Leopoldo Luque, principal imputado, le dijo que tras la operación las hijas querían internarlo en una clínica.
“Es una conversación mía de manera informal con Luque”, trató de explicar y agregó: “Era la pelea eterna de ellas contra todos y en ese todos yo no soy parte, yo soy una empleada. Fue un comentario desubicado de mi parte lo admito, pero no con un fin. Fueron cosas desubicadas que dije. Pido perdón a WhatsApp y a Dios por las cosas que uno dice sin pensar”.
En otros tramos de la testimonial, Vanesa Morla dijo que “todos consideraban que lo mejor era que vaya a una casa”, que “en la reunión todos decían que Diego no tenía que estar internado” y que “nadie pensó que iba a pasar lo que pasó”, en relación a la muerte del “10”.
Baudry también le preguntó si alguna vez dio indicaciones a Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov -otra de las imputadas-, para que no digan la verdad respecto de la situación médica de Maradona y lo negó.
“En ningún momento di ninguna indicación de nada, si podría darle mi parecer jamás recuerdo de haberles dicho de decir que digan algo cambiado en absoluto. Si capaz ante algunos enfrentamientos o peleas de las partes pude haber aconsejado algo”, señaló.
Al inicio, explicó que ella es abogada y trabajaba en el estudio de su hermano hasta que “en el año 2016 o 2017” y luego de resolverle un problema personal, Maradona pidió que trabajara para él.
Aclaró que en la actualidad sólo hace “cursos” para “volver a ejercer” y ante la consulta de uno de los abogados, explicó que tuvo que cambiar de número telefónico porque recibió amenazas que aún no denunció.
“Tuve que cambiar hasta mi número de teléfono, después de que se publique en la televisión recibí varias amenazas y el límite fue cuando las amenazas decían que le iba pasar algo a mi hijo. Ese día decidí no ver más la televisión y cambiar mi teléfono”, dijo.
Respecto de Luque, opinó: “Hoy entendiendo y por haber escuchado, la verdad que por momentos me parece que Luque si era el médico de cabecera y por momentos no”.
Sobre el manejo del dinero, la abogada dijo: “Pasaba que Diego tenía su plata y hacía lo que quería y capaz venía el que cortaba el pasto y le quería dar 20 mil pesos. Y yo le decía es un montón y él me decía se lo merece. Por ejemplo venían sus hermanas y les daba plata. Él era muy generoso”.
Consultada por ingesta de alcohol de Maradona cuando vivía en el country de Brandsen, Morla contestó que ella “ninguna vez” vio alcohol, que sólo se compraba “cerveza o algo” para “los eventos sociales” y que “se decía” que si el ex DT de Gimnasia tenía acceso a bebidas alcohólicas era “por Charly”, Carlos Ibáñez, el allegado de Oliva que en ese momento era secretario personal y convivía con Maradona y ahora está preso en una causa por robo y por tenencia de armas.
“Compras que resolvían en el horario que ellos estaban solos en la casa. La realidad es que Diego era súper ingenioso”, agregó.