Una banda de narcotraficantes compuesta por 16 personas y que era liderada por pandilleros criminales "maras" fue desarticulada durante procedimientos realizados en el partido bonaerense de La Matanza, donde dos delincuentes murieron en enfrentamientos con la policía.
En los allanamientos se secuestraron 30 mil dosis de paco y "alita de mosca" (cocaína de altísima pureza), 12 kilos de marihuana y siete armas de alto poder de fuego, entre ellas un fusil con mira láser.
El ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, remarcó: "Hemos descubierto que los maras están presentes" en la Argentina.
La gavilla tenía nexos internacionales, ya que tres de los detenidos pertenecen a la organización del narco peruano Gerald Oropeza y otros poseen vinculación con la banda criminal MS13, más conocida como Mara Salvatrucha.
El procedimiento policial fue denominado Operativo Callao, por el lugar de origen de los tres cabecillas narcos detenidos, la ciudad peruana El Callao.
La Mara Salvatrucha tiene su asiento principal en El Salvador, donde cuenta con un ejército de 30.000 pandilleros, pero una importante ramificación ha logrado constituir en Perú. En el primer país se financia fundamentalmente de la extorsión (ver aparte) mientras que en Perú gran parte de la actividad delictiva está ligada al narcotráfico.
Ritondo fue rotundo: "Son maras. Tiene que ver con la identificación que tiene esta organización con Oropeza, que trabaja en Perú. Ya algunos especialistas habían denunciado que desde 2006 había maras en la Argentina, pero hubo una negación permanente. Hoy los hemos descubierto y están presos", precisó el ministro.
El funcionario opinó que "sin duda" hubo connivencia de la Justicia y la política con la delincuencia: "Hubo quienes miraron para el costado para que entraran los maras".
Ritondo dijo que ahora "debemos dar todas las garantías para que los fiscales, la Justicia y la policía actúen. Tienen todo nuestro respaldo, saben que pueden trabajar tranquilos, que hay firmeza, que hay un compromiso del gobierno de acompañar estas decisiones".
"Estamos trabajando para dar respuesta al compromiso que tomaron el presidente (Mauricio Macri) y la gobernadora (María Eugenia Vidal) desde el primer día de lucha al narcotráfico", agregó.
La organización criminal era comandada por tres sujetos conocidos como Mocozón, Alfredo Jesús y René Vladimir (o Cojo René), oriundos de El Callao (Perú). Además de ellos tres, fueron apresados otros ocho ciudadanos peruanos. Los restantes aprehendidos son argentinos, un boliviano y un paraguayo. Los dos muertos en enfrentamiento no fueron identificados.
La fiscal de La Matanza, Patricia Ochoa , señaló: "Querían instalar el narcomenudeo en la Argentina y eligieron Villa Celina porque hay una gran comunidad peruana".
Las primeras pesquisas habían determinado que la banda se había instalado en la villa Las Achiras y en la localidad de Villa Celina.
Fuentes policiales dijeron que los delincuentes "eligieron estos sitios por su cercanía con la Capital Federal y las similitudes demográficas y edilicias con la villa 1.11.14".
Entonces se realizaron tareas de inteligencia y se estableció que los delincuentes habían montado ‘tienditas', como denominan a los lugares de venta de droga al menudeo y que son custodiados por delincuentes armados.
Así fue como se realizaron los allanamientos en los cuales, además de la droga, se secuestraron dos fusiles, uno de ellos con mira láser y el otro similar a un AK-47; cinco pistolas 9 milímetros y una gran cantidad de municiones de diferentes calibres, entre ellas varias de teflón que perforan chalecos antibalas.
La socióloga Laura Etcharren, experta en narcotráfico, indicó que los maras "tienen una fuerte penetración en Perú y Argentina''. Según explicó, una célula está insertada en el conurbano bonaerense "con una peligrosidad importante''. Señaló que ese grupo pudo operar los últimos años con la connivencia de la policía y reclutó a varios de sus miembros en las cárceles.
Con presencia hoy en una decena de países, Mara Salvatrucha se originó en la ciudad estadounidense de Los Ángeles en los años 80, integradas por centroamericanos, como salvadoreños, guatemaltecos y hondureños.
Los integrantes de las maras utilizan tatuajes en todo el cuerpo y mantienen fuertes lazos entre sí, tras violentos ritos de iniciación que llegan a ser el hecho de asesinar a alguien y en el caso de las mujeres, a ser violadas.